El desarrollo de las habilidades cognitivas para fortalecer el rendimiento deportivo

Un entrenamiento integral, eso es lo que se propone para lograr un mayor rendimiento en los deportistas. Es que profesionales de diferentes disciplinas, como la psicología por ejemplo, afirman que el desempeño de una persona no sólo depende del plano físico sino también del cognitivo y del emocional.

Cada vez son más los equipos deportivos que buscan la ayuda de psicólogos especializados para analizar y ayudar a sus integrantes. La licenciada tucumana Camila Madero resalta la importancia del rol del psicoanalista ya que provee a los atletas de habilidades mentales que optimizan su rendimiento, tanto cuando están iniciando la carrera como cuando se encuentran en momentos clave de competición.

“La psicología ayuda a desarrollar habilidades útiles para enfrentar contratiempos, errores, fracasos, exigencias, presiones y la mirada externa, que pesa mucho en los atletas profesionales”, dice la especialista al subrayar que el entrenamiento de la psiquis debería tomar igual relevancia que el físico y el técnico, al entender que cumple un rol fundamental en el desempeño de la persona.

Madero menciona que las habilidades de las que te dota el ejercicio de la mente, ayudan a sobrellevar de una mejor manera todos los aspectos profesionales del deporte y favorece las destrezas.

Si bien pensamos en este tema como algo que puede aplicarse durante la “vida útil” de la persona como deportista profesional, también hay que tener en cuenta que brinda herramientas para enfrentar el “final” de esa etapa y encarar mejor la que sigue. “Cuando el deporte se transforma en un medio de vida, en una identidad y en lo que termina definiendo a una persona, cuando esa etapa termina puede provocar una crisis, por la corta ‘vida útil’ que tiene la carrera. En ese caso, se suele trabajar el desarraigo, para prepararse cuando eso suceda”, agregó.

Entre los otros aspectos que se pueden trabajar están: mejorar la concentración y las habilidades cognitivas; controlar la ansiedad, el estrés y la inseguridad, optimizar las relaciones entre compañeros de equipo, favorecer la motivación, mantener un estado mental equilibrado para sobrellevar los altibajos de la profesión, planificar objetivos, propiciar la imaginación, gestionar emociones y aprender a capitalizarlas y flexibilizar la mente para adaptarse a los cambios.