

- ¿Cuál es la importancia real del 25 de Mayo en el camino hacia la Independencia?
- La importancia del 25 de Mayo es que abre un camino que conduce a la Independencia. En ese momento se produjo la ruptura del vínculo que unía a las ciudades que componían el Virreinato del Río de la Plata con el imperio español. En ese camino de seis años hubo distintas maneras de pensar y de planear la coyuntura. En los primeros años se pensaba en la idea de cómo generar con España otro tipo de relación, reconocer al rey, tener ciertas libertades en los territorios de América. Pero la obstinación de Fernando VII cuando vuelve al trono en 1814 generó un ambiente en el cual, la única alternativa posible para beneficio de los americanos era declarar la independencia.
No había nación entonces, ni tampoco Estado, sino unos territorios vinculados por una breve historia común y un cierto consenso por hacer efectiva esa ruptura, esa era la única certeza en un camino incierto, de luchas internas en pos de una unión. Eso a su vez generó tensiones en las ideas, conceptos de soberanía, planes de organización territorial para lograr un orden constitucional que prometía materializarse en 1816, pero que en realidad llevó mucho más tiempo de discusiones, luchas para construir un estado-nación.
- ¿Podía haber 9 de Julio de 1816 sin 25 de Mayo de 1810?
- Sin 25 de Mayo no hay 9 de Julio. A partir de 1810, no habrá más autoridades españolas en el territorio rioplatense, iniciándose de esta manera un periodo independiente “de hecho”, que se convertiría seis años más tarde en uno “de derecho” al establecer jurídicamente la Declaración de Independencia. De esta manera, no podemos disociar el 25 de mayo de 1810 del 9 de julio de1816. Ambas fechas son fundamentales ya que forman parte del mismo proceso independentista.
- ¿La de Mayo se trata, efectivamente, de una Revolución?
- El movimiento de 1810 fue una Revolución, entendiendo esta como un cambio profundo y duradero de las estructuras políticas, económicas, sociales e institucionales. Si bien las reformas borbónicas de mediados del siglo XVIII contribuyeron a sembrar el descontento en los grupos criollos, y las invasiones inglesas hicieron lo propio al militarizar a la sociedad de Buenos Aires, no debemos olvidar que la formación de la Primera Junta de Gobierno Patrio fue la respuesta del grupo patriota ante la incertidumbre que provocaban las noticias que llegaban desde España.
La Revolución de Mayo excedió su condición de acontecimiento o proceso histórico al constituirse en un verdadero mito o, si se prefiere, en una creencia colectiva capaz de orientar el proceso político abierto con la crisis de la Corona española y su administración local.
Cabría argüir entonces que la noción de Revolución no sólo se constituyó en una categoría o principio formal para pensar la política abierta con la crisis del orden colonial, sino también en un mito que, además, era capaz de incitar y orientar las voluntades que se iniciaron en la misma.
Lo interesante es que si bien podemos decir hoy que se trató de un proceso que produjo un cambio radical, en los primeros meses, la idea de Revolución no va a ser muy clara. Los vocales de la Primera Junta no hacen pública la idea de que se trató de una revolución, podía ser utilizada en forma neutra, un cambio de gobierno con carga negativa fuerte. Por otro lado, los sentires de los revoluciones, por ejemplo cuando Castelli habla de ”Nuestra feliz revolución”, o Moreno se refiere a “La revolución de las ideas” cuando prologa El contrato social de Rousseau.
La valoración positiva de revolución es cuando comienza a radicalizarse. No hay de entrada un horizonte. Moreno comienza a tomar la dirección de la revolución, hablando de que se luchó contra siglos de despotismo; y la importancia de la libertad y la igualdad, con todas las limitaciones de la época, no es la misma que entendemos hoy en día.
- ¿Por qué cree que tenemos los tucumanos contra los porteños una suerte River vs. Boca respecto de ambas fechas? ¿El 25 de Mayo es más bien porteño y el 9 de Julio es más bien federal?
- Creo que hay que evitar la guerra de cronologías, tal como lo dice la historiadora rosarina Marcela Ternavasio. Con esto pienso que plantear una disputa en torno a dos fechas nos lleva a un callejón sin salida, responder cuáles son los significados que distinguen a ambas efemérides resulta más difícil porque se trata de un proceso histórico complejo.
De hecho, siempre que estamos en vísperas de estas fechas, la polémica se reactualiza para instalarse, en algunos casos, en un registro que busca definir cuál de las dos efemérides es la más emblemática de nuestra historia patria. Los argumentos invocados animan viejas controversias, tales como la identificación del 25 de Mayo de 1810 con una gesta netamente porteña, centralista y jacobina, y la del 9 de Julio de 1816 con una empresa “de amplio alcance nacional” concretada en una ciudad provinciana. La guerra de cronologías se reaviva así en un escenario en el que los actores participantes intentan, a veces, reivindicar una tradición localista de pertenencia; y en otras, aplanar el pasado a un presentismo político que poco contribuye a ilustrar –en el doble sentido que asume el término– a la opinión pública.
También hay que tener presente que las guerras de cronologías y la presencia de más de una efeméride vinculada al mito fundacional de las naciones no es patrimonio argentino sino que forma parte de la agenda cívico-celebratoria de varios países hispanoamericanos.
Por lo tanto evitaría las antinomias o el intento de sembrar grietas en torno a estas fechas, que lo único que hacen es banalizar al proceso histórico en sí. Fijar una fecha según una grilla clasificatoria que traza antinomias tales como, centralistas-federalistas o porteños-provincianos no hace más que banalizar el drama histórico y exacerbar visiones maniqueas que no colaboran a entender ni el pasado ni el presente. Hablaría de que nuestra patria tiene dos cumpleaños: el 25 de Mayo con la Revolución y el 9 de Julio con la Declaración de la Independencia.
- Del famoso “Ideario de Mayo”, ¿cuáles considera que son las ideas más perennes?
- Antes que nada, creo que cuando hablamos del “Ideario de Mayo” hay dos conceptos que debemos destacar. Primero la propia idea de Revolución, en el sentido de que cuando aludimos a esa palabra, pensamos que todo cambio puede ser posible, en el sentido de lucha y compromiso con nuestra patria. La Revolución no era sólo un proceso, sino también el advenimiento o el inicio de una nueva etapa histórica que ya no tenía por qué remitirse necesariamente a las experiencias o a los estados de cosas existentes: su sentido venía dado desde el futuro, desde las expectativas que había despertado en esa sociedad que, a la vez que descubría la política, aspiraba a dejar atrás su pasado.
En segundo lugar, la idea de libertad, que si bien no se tenía muy en claro que signficaba en ese momento, igual se la celebraba por el propio entusiasmo de la época de saber que se estaba frente a algo distinto. Hay que destacar el enorme compromiso cívico de la época que atravesó a casi todos los sectores sociales. Hay que reivindicar el entusiasmo por luchas por la libertad, aunque en ese momento no se sabía bien qué era.
Me parece necesario destacar que cada nueva celebración nos lleva a ejercitar el diálogo entre el pasado y el presente. Es decir, nos invita a que reflexionemos desde una mirada crítica y responsable, qué lugar tienen en nuestra sociedad aquellos valores de unidad, emancipación y libertad que en 1810 fueron fundamentales para la lucha en pos de un objetivo común.
¿Es posible que en estos tiempos en donde reina la falta de certezas tras la situación de pandemia que atravesamos, la inmediatez, la creciente violencia e intolerancia y la desigualdad, podamos como sociedad pensarnos como aquellos hombres de Mayo en busca de un ideal colectivo para lograr una sociedad en donde lo común sea el cuidado y el respeto del otro, en donde el trato entre hombres y mujeres sea igualitario y en donde la inclusión no sea una utopía?







