El productor necesita que el Estado dé certezas

El productor necesita que el Estado dé certezas

La semana pasada hemos señalado en esta misma columna la importancia de que el productor de trigo cuente con la información técnica necesaria para que realice una elección correcta de la fecha de siembra, de la variedad y del manejo de cultivo, con el apoyo fundamental de los técnicos y de los organismos de investigación, que conocen a profundidad este cultivo para esta importante región productora de granos.

Además se informó acerca de que los contenidos de humedad en los suelos de la región, que están siendo desocupados luego de la trilla de la soja, presentan, según la zona, contenidos de humedad muy desparejos, debido a las precipitaciones irregulares que se dieron en cuanto a tiempo y a espacio.

Según la información suministrada por técnicos vinculados a esta temática, la siembra del cereal invernal para esta campaña podría ser un poco menor a la anterior. Sobre todo porque actualmente los suelos no dispondrían de humedad como para que el arranque del cultivo sea normal.

Además resulta importante precisar que algunas decisiones que está tomando el Gobierno nacional en cuanto a política agropecuaria inquietan al sistema agroproductivo nacional, y hacen que el productor entre en un desaliento preocupante.

Igualmente, y a pesar de que en la región y en el país se percibe un desánimo debido a lo que pasó con la prohibición de las exportaciones de carne, la siembra de cultivos invernales como trigo y el garbanzo en nuestra zona se realizan en más o en menos, según como se presentan las cosas.

Decimos esto porque cuando se dieron buenas condiciones para producir -y, sobre todo, para comercializar el trigo producido en el país- los productores que conocen de este cultivo volvieron a sembrarlo, y lograron nuevamente suministrar de trigo suficiente a los molinos argentinos, para la producción de pan y de fideos. Y también lograron importantes excedentes del cereal, que se venden en los mercados internacionales.

Varios años atrás, la cosecha nacional de trigo alcanzó las 16,9 millones de toneladas al tiempo que la producción mundial llegaba a las 626,7 millones de toneladas. En el 2014, la Argentina produjo 12,5 millones de toneladas -un 26% menos-, mientras que el mundo alcanzó las 726,4 millones de toneladas -un 16% más-. En 2015, muchos productores habían optado por casi no sembrar trigo, lo que perjudicó la vida económica de las comunidades pampeanas y redujo el ingreso de divisas para el país.

Cambio

Por suerte esa situación se revirtió, ya que en la campaña 2016-2017 se logró una cosecha récord de 18,3 millones de toneladas, que dejó un saldo exportable de 11 millones de toneladas. En la campaña 2018-2019 se consecharon 19,4 de toneladas; y en la siguiente se estimó una cosecha de 19,7 millones de toneladas.

Por desgracia en la actual, en la cual el clima tuvo mucho que ver, se dieron 17,6 millones de toneladas. Pero se espera que si el clima sigue comportándose como hasta ahora en la región pampeana la producción podría llegar a ser récord; pero en nuestra región las cuestiones climáticas no se dieron como se esperada en cuanto a las lluvias.

Lo real es que los productores deberían ocuparse de hacer un buen trigo con la tecnología que corresponde para lograr los mejores resultados, en la medida de que todo esto sea posible.

Consejos

Para ello solo deben seguir las recomendaciones dadas a conocer por los organismos de investigación, que van desde la elección adecuada del cultivar, el uso de una semilla de óptimo poder germinativo, la siembra con el adecuado distanciamiento, la fecha óptima para la siembra, la humedad del suelo al momento de sembrar, y la profundidad correcta para colocar la semilla.

Es necesario, además, el uso de adecuados curasemillas, la realización de la siembra en un suelo limpio y bien barbechado y, por supuesto, la aplicación de fertilizantes en tipo y dosis a lo que el suelo y el cultivo requiere.

El trigo avanzaría hacia un futuro bastante bueno en cuanto a las necesidades del mercado nacional e internacional y con precios bastante buenos. Pero el sector duda debido al cambio en las condiciones de política agropecuaria, que podrían darse si se mira el árbol en lugar del bosque, respecto del proceso inflacionario.

El productor sabe producir bien; y cada vez mejor. Pero debe contar con herramientas que le den certeza y continuidad en los mercados.

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