20 Mayo 2021
Lamentablemente la situación económica de la República Argentina no va más. Si había una planificación claramente fracasó y los resultados están a la vista. Los anuncios de las miserables modificaciones salariales para los trabajadores, jubilados y demás, son absorbidos por la imparable inflación, los ascendentes impuestos y los despiadados incrementos de precios en la canasta básica. Hay sectores con ambiciones desmedidas y fuera de contexto, es cierto que todos los que tienen un negocio comercial deben ganar, pero en este escenario hay que ubicarse y tener paciencia para hacerlo; el ofrecimiento productivo debe estar fuertemente relacionado con realidad financiera de los consumidores, de lo contrario es improductivo el consumo y en detrimento el negocio. El ejemplo más claro está en la carne; los índices de consumo arrojaron cifras históricas en baja. La ciudadanía no puede acceder, es muy distinto a que no quiera hacerlo, sabiendo que el argentino es un gran consumidor cultural de este producto pero cada vez consume menos por la incesante remarcación de precios. A esto se suma una medida profunda e innecesaria como el cierre de la exportación de carne por parte del Gobierno. Si aplicamos el castigo como corrector, los extremos están marcados en una suerte de golpe por golpe entre productor y Estado sin una solución viable. Lamentablemente los perjudicados son siempre los que menos tienen y es por eso que la brecha de pobreza nacional es la única que engorda en esta cada vez más difícil República Argentina
Williams Fanlo
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