Rugby: inolvidable “Pochola”

Entre las cientos de vidas que día a día se sigue cobrando la pandemia de coronavirus en el país, se cuentan las de algunas figuras históricas del deporte nacional, como lo fue Héctor Silva. Integrante de la generación del 65 (la que le valió el mote de Los Pumas al seleccionado argentino), “Pochola” falleció ayer a los 76 años en una clínica de La Plata, en la que había permanecido bajo cuidados intensivos durante dos semanas luego de contagiarse del virus.

Formado en el club platense de Los Tilos, en el que jugó durante toda su carrera, Silva se desempeñó principalmente como tercera línea, aunque su polifuncionalidad le permitió ocupar otras posiciones incluso entre los tres cuartos. En 1965 llegó al seleccionado argentino y formó parte del plantel que derrotó a los Junior Springboks en Sudáfrica, dando lugar (por una confusión sobre el yaguareté que lucían en la camiseta) al apodo con el que se conoce hasta el día de hoy al representativo albiceleste en el mundo.

Como el líder nato que era, tres años después heredó la cinta de capitán del seleccionado, de manos de Aitor Otaño, y estuvo a la altura de tal honor. Sin embargo, cuatro años más tarde la UAR lo suspendió durante seis años por haber partido en una publicidad, lo que se consideraba una violación al código amateur que predominaba en aquella época.

En 1978 volvió a vestir la camiseta de Los Pumas, para cerrar su historia como jugador del seleccionado dos años más tarde, con una foja de 24 partidos y cinco tries. Más tarde, entre el 85 y el 87 ocupó el cargo de entrenador, liderando junto a Ángel “Papuchi” Guastella el recordado empate de 1985 contra Nueva Zelanda en cancha de Ferro, con los 21 puntos de Hugo Porta.

La vincha blanca que solía usar en los partidos inspiró a figuras como Guillermo Vilas. “Se la copié a ‘Pochola’”, reconoció “Willy” el año pasado.

Ex jugadores de Los Pumas, como Omar Hasán, Agustín Pichot, Eliseo Branca y Juan Manuel Leguizamón recordaron en las redes al caudillo, que dejó una profunda huella en la historia del seleccionado argentino, por sus cualidades como jugador y como persona.

Así lo resumía el propio Silva: “hay dos condiciones fundamentales para ser Puma: ser buena persona y buen jugador. Uno es Puma toda la vida”.