Consumo consciente: cuando el medio ambiente sale ganando

Consumo consciente: cuando el medio ambiente sale ganando

La realidad sanitaria planteó nuevas necesidades y modificó los hábitos de compra. ¿Arrancó la era del consumo consciente?

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La pandemia provocó numerosos cambios en los hábitos de las personas. Y no solo en las cuestiones de salud, trabajo y educación. Los especialistas en ecología ven con muy buenos ojos que se está despertando una mayor conciencia ambiental. Entre otras cosas, consideran que esto impacta en el consumo y también ven que hay más interés en ser amigables con el planeta: específicamente en Tucumán han aumentado las consultas para aprender a separar residuos.

La emergencia sanitaria nos hizo revaluar prioridades. Muchas personas empezaron a preguntarse por qué y para qué compramos lo que compramos. ¿Necesitamos tener tantas cosas materiales?, es una de las preguntas que más se disparó.

Una investigación internacional demostró que la pandemia ha intensificado el “consumo consciente”. Según este trabajo en la actualidad más gente toma seriamente en cuenta los impactos sociales y ambientales que tienen sus opciones de compra.

Entre las conclusiones de este nuevo estudio de la consultora Accenture se ve que dos tercios de los encuestados a nivel global creen que sus respectivos gobiernos deberían introducir legislación para promover el consumo consciente. El 69% cree que las marcas deberían hacer más para facilitar un consumo amigable con el planeta. Por ejemplo, tres de cada 10 compradores no saben bien qué artículos pueden o no puede reciclar. Asimismo, más de la midad desconocen qué marcas son sustentables.

“La pandemia está haciendo que los consumidores piensen más en el impacto que sus decisiones de compra tienen en el medio ambiente y en la sociedad en general”, dijo Oliver Wright, director gerente senior y líder global del grupo de la industria de bienes de consumo de Accenture. “La atención que prestan a aspectos como la procedencia de los ingredientes y las materias primas, las prácticas laborales, el impacto medioambiental de los productos acabados y los envases, exige que las empresas garanticen la agilidad y la capacidad de ser relevantes para los consumidores”, apuntó.

A nivel nacional, la encuesta fue realizada en forma casi paralela a la versión mundial. Con respecto al consumo, el informe indica que la mayoría de la gente ha estado comprando más productos locales en pandemia. Cuando pase la crisis seguirán optando por productos y servicios sustentables, buscando reducir el desperdicio de alimentos y continuarán optando por marcas de origen local, anticipan los expertos.

Estos son algunos de los puntos más sobresalientes, según distintos especialistas tucumanos, sobre el impacto que tuvo la pandemia en nuestra conciencia ambiental:

1- El placard bajo la lupa

Los ingresos de las familias pelean una batalla dura contra los aumentos de precios. Eso obliga a repensar de manera integral los gastos de los hogares. Uno de los rubros que más afectados se vio durante la pandemia fue el de la indumentaria. Mucha gente tomó conciencia que no necesita una gran cantidad de ropa y que la industria textil genera un daño al medio ambiente, por la cantidad de recursos que se usan y que después se desechan, sostiene Antonella Marchionni, creadora del espacio de moda sustentable “Vecchia Vintage”. Marchionni ve cada vez más gente interesada en las ferias de segunda mano, donde se pueden conseguir buenas prendas y a mucho mejor precio si se compara con lo que hoy cuesta la ropa. Además, de acuerdo a su perspectiva, aumenta la postura en contra del “Fast Fashion”, el llamado fenómeno de la moda desechable que está generando demasiados contaminantes a nuestro planeta.

2- Empezar por casa

Cuando hablamos de ecología, ya no se trata de consignas utópicas o lejanas. La gente tuvo más tiempo en su casa y entendió que puede empezar por ahí: con la separación de residuos, con el ahorro de agua y la elaboración de alimentos. Malu Sorondo, de la ONG “SOS Tierra”, vio que durante la pandemia y por los confinamientos en todo el mundo se pudo dimensionar que, cuando a la naturaleza la dejamos más tranquila, el mundo responde mejor y está empezando a despertar más conciencia.

“Lo que también se vio es que la gente estuvo mucho en la casa y hubo un boom de cocinar y comer más saludablemente. Más familias optaron por hacer su huerta y se interesaron por separar residuos e incluso armar ecoladrillos”, consideró Malu, quien junto a Pablo Córdoba, desde hace seis años vienen difundiendo prácticas sustentables a través de distintas actividades en la provincia.

3- Conciencia sobre el empaque

Otro impacto de la pandemia fue que se empezaron a vender más productos a granel en algunos comercios. Y eso tuvo una consecuencia amigable con el medio ambiente: hubo menos desperdicios de paquetes. Es lo que, por ejemplo, notó Lucía Gómez Romero, de Eco Hogar. “En nuestro Negocio implementamos el servicio a granel de productos de limpieza y la gente se comprometió a reutilizar sus envases de plástico limitando el desperdicio y a su vez ahorrando el valor de este producto. También empezamos a recibir ecoladrillos, con envoltorios que la gente armaba para que alguien pueda darle un segundo uso”, detalló.

Gómez Romero también notó un incremento en el interés de comprar productos ecológicos, como cepillos de bambú y shampoo sólido, los cuales contribuyen a evitar una acumulación de plásticos y residuos. “El cambio a nivel general lo vemos en una conciencia de la huella que dejamos con los elementos de un solo uso. La pandemia impactó a nivel emocional y eso generó un cambio en los hábitos de compra, ya que hoy se busca adquirir sobre todo productos de salud y bienestar . En cuanto al enfoque social y ambiental, vemos que ya hay más gente eligiendo marcas que demuestren un mayor compromiso con el planeta”, sostuvo.

4- Más información

Agustina Tarcaya, de la agrupación Salvarnos Salvando, notó una mayor predisposición de la gente para hacer un cambio de hábitos. Por ejemplo, hubo más interesados en separar residuos y llevarlos hasta los ecopuntos que hay en distintos lugares de la provincia.

No obstante, para Agustina lo más importante es que, al haber estado encerrados, con más tiempo disponible y prendidos a las redes sociales y a internet, la gente tuvo mucho más oportunidad para informarse y darse cuenta de los grandes problemas ambientales que están sucediendo, como por ejemplo la deforestación excesiva, la emergencia hídrica y la crisis climática.

“Los problemas ambientales siempre estuvieron, pero fueron más visibles. Ojalá este sea el primer paso para empezar a cambiar un sistema de consumo que nos está destruyendo”, reflexionó.

El consumo sustentable y consciente se presenta como el mejor camino para ser amigables con nuestro entorno. Si el consumidor está tomando más conciencia de los impactos sociales y ambientales que tienen sus opciones de compra, sin dudas será desafío para la industria del comercio.

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