Urge frenar la obesidad y el sedentarismo en la infancia

Urge frenar la obesidad y el sedentarismo en la infancia

11 Mayo 2021

La salud adulta se protege desde la infancia. En ese sentido, la buena alimentación y el ejercicio físico a temprana edad juegan un rol central para prevenir enfermedades a futuro. Se han hecho múltiples investigaciones que demuestran esto. Y, sin embargo, cada vez se descuidan más estos dos aspectos en los chicos.

Ahora, entre los efectos secundarios de la pandemia de Covid-19, nos encontramos con un cuadro más preocupante porque aumentó el sedentarismo y el sobrepeso entre los menores. Antes que la situación se agrave, urge que las autoridades tomen medidas para proteger el futuro de toda esta generación.

En un reciente informe que publicó LA GACETA, los nutricionistas mostraron su preocupación por lo que sucedió en 2020. Mientras los chicos estuvieron confinados y tomando clases de manera remota, disminuyó la actividad física y aumentó el consumo de alimentos dulces y grasos.

Antes de la pandemia la situación ya era alarmante: el 41% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años tenían exceso de peso, según la encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Otro estudio del Ministerio de Salud había mostrado que el 80% de los chicos y adolescentes no alcanza a cubrir las recomendaciones diarias en cuanto a la práctica de actividad física requerida.

Cuando vuelvan a hacer mediciones sobre el estado nutricional de los menores en Argentina los resultados aún más graves, advierten los especialistas. Lo ven en los consultorios públicos y privados: el exceso de peso y el sedentarismo atraviesan todas las clases sociales.

Aunque hoy la emergencia siga siendo el coronavirus, no debemos olvidar que la obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública de máxima prioridad. Se necesitan medidas cuanto antes para combatir el avance de esta epidemia. Para empezar, sí o sí se deben aumentar las horas de educación física en las escuelas. En promedio, los chicos tienen una hora a la semana y eso es insuficiente. Especialmente si tenemos en cuenta que los niños y adolescentes pasan cada vez más tiempo frente a las pantallas, a las que dedican en unas tres o cuatro horas los días.

Los establecimientos escolares, además, tienen que cumplir con la obligación de tener kioscos saludables (ley aprobada en 2017). O el Estado debe exigir que se implemente la norma. Por otro lado, según los nutricionistas, la escuela tendría que asumir el rol de enseñar a los alumnos sobre la alimentación saludable en forma constante.

Son conocidos los nefastos efectos del sedentarismo y la obesidad sobre la salud: influyen en la salud cardiovascular y muscular, y aumentan el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, entre otras cosas.

Por todo lo expuesto, de manera coordinada entre los distintos ámbitos gubernamentales, urge diseñar programas y políticas que promuevan la alimentación saludable y la actividad física regular de los chicos dentro y fuera de la escuela. Combatir el sedentarismo y el sobrepeso en la infancia es una forma de proteger la salud a largo plazo.

El esfuerzo que hagamos hoy es para que generaciones de chicos no vean hipotecado su futuro con las graves consecuencias de salud, pero también económicas, que traen consigo estas enfermedades.

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