Un enfermero les canta a los pacientes con covid-19 en Concepción

Un enfermero les canta a los pacientes con covid-19 en Concepción

Hugo Andrés Quiroga estuvo al borde de la muerte en la sala de enfermos; sabe de la desesperanza que allí acecha, hoy les lleva música a los que esperan recuperarse.

En la sala de pacientes Covid-19 del Hospital Regional “Miguel Belascuain”, de Concepción, el silencio consume la angustia e incertidumbre de los internados. De repente ese clima se quiebra y brota de la guitarra y la voz del enfermero Hugo Andrés Quiroga una canción que le asesta un sacudón al desánimo. Wonderful Tonight (Maravillosa esta Noche), de Eric Clapton, comienza a hacer milagros. Los ojos de hombres y mujeres convalecientes se iluminan y hasta algunos toman aliento para acompañar casi susurrando la interpretación en español. Los pulmones estragados por el virus se reactivan. Y se respira esperanza en el ambiente.

Hugo sabe muy bien lo que significa cursar esa enfermedad, sabe de los padecimientos que parecen interminables; de la desesperanza que acecha y a la que hay que pelearle con uñas y dientes. Él estuvo al borde de la muerte en esa misma sala en la que ahora contribuye para curar el cuerpo, estimulando también el espíritu. Fue en octubre del año pasado. “Estuve muy grave, con una neumonía bilateral. Tenía los pulmones muy comprometidos. Casi no podía respirar. El equipo de profesionales me salvó la vida. Estuve 18 días sufriendo, con la incertidumbre de no saber si salía de esa enfermedad”, contó.

“Toda experiencia deja una lección. Ahí aprendí de la importancia de la empatía, de ponerse en el lugar del otro. Aunque fue la doctora Rocío Corbalán a la que le surgió la idea de que cantara en la sala, no dudé en hacerlo y entregar lo mejor de mi”, añadió. La iniciativa surgió en un momento de descanso matizado con interpretaciones de diferentes temas musicales. Hugo cantaba, abrazado a su guitarra, acompañado del cirujano Juan Manuel Duhalde cuando la médica Corbalán propuso: “¿Y porque no cantas en la sala?”. “La doctora les preguntó a los pacientes qué música preferían escuchar. Y la mayoría coincidió en que quería algo melódico. Entonces me despaché con Maravillosa esta Noche, en la versión de Juan Antonio Ferreyra (JAF)”, relató.

La reacción fue casi inmediata. “La gente cambió de semblante -dijo- y el ambiente adquirió otro clima”. “Estar enfermo, aislado, sin poder salir ni ver a tus familiares es tremendo. Entonces nuestra función adquiere mucha importancia en la contención, en el estímulo necesario en momentos en que tus pensamientos te juegan en contra. A veces el padecimiento psicológico es peor que la enfermedad misma”, advirtió Hugo.

El enfermero aclaró que la instrumentación de la musicoterapia es posible cuando el paciente está compensado, estable, emergiendo de la enfermedad. “Es cuando hace falta el empujón anímico”, observó. Hugo, de 36 años, casado y con dos hijos, cuenta que se incorporó al programa Covid-19 del hospital Miguel Belascuain con la aspiración de avanzar en su carrera profesional. “Tuve miedo, como cualquier humano que tiene conocimiento de los riesgos a los que se expone. Pero fui capacitado para asistir a la gente que lo necesita y tenía que asumir mi responsabilidad”, confesó. Y no pasó mucho tiempo cuando finalmente cayó contagiado. “La carga viral que recibí fue muy fuerte y me salvé de milagro”, reconoció. El director del nosocomio, Rodolfo Cecanti, valoró la actitud del enfermero Quiroga y destacó que “hay muchos héroes anónimos que día a día, en nuestro hospital, ponen todo su esfuerzo en la atención”.

Humanizar el servicio: música y contacto con la familia

“Tratamos de humanizar el servicio no sólo con la musicoterapia, sino también implementando en algunos pacientes en recuperación la posibilidad de que puedan tener contacto con su familia. Así permitimos la visita de un pariente con todas las medidas de protección”. Es lo que comentó el cirujano Juan Manuel Duhalde, que integra el equipo de profesionales de la sala Covid-19 del Hospital Regional Miguel Belascuain. “Lo que se busca es el estímulo en el paciente sobre todo en los que han tenido un compromiso pulmonar severo o neumonía grave. La evolución en ellos es más lenta y por eso tratamos de darles un empujón o envión anímico para que salgan adelante”, explicó. “Con la cercanía de un hijo, padre o hermano, aunque no por mucho tiempo ya sirve para adquirir el impulso anímico necesario para avanzar en la recuperación”, insistió el profesional

Reporte epidemiológico: cinco fallecidos y 433 nuevos positivos                              

El reporte de coronavirus del domingo en Tucumán llegó con cinco fallecimientos y 433 nuevos contagios, de acuerdo con lo informado por el Ministerio de Salud Pública. Las cinco personas que perdieron la vida se encontraban en terapia intensiva y padecían comorbilidades. Tres eran mujeres (de 69, 71 y 91 años) y dos, hombres (58 y 81). Desde el inicio de la pandemia murieron 1.842 comprovincianos. La cartera sanitaria, a su vez, indicó que con los 433 nuevos casos confirmados de covid-19 el total asciende a 107.701. De los contagios dados a conocer ayer, el 73% corresponden a departamentos cuyas ciudades conforman el Gran San Miguel de Tucumán: 150 en Capital; 66 en Cruz Alta; 55 en Tafí Viejo; 39 en Yerba Buena; y 6 en Lules.

En el parte también se comunicó que hay 454 personas en camas críticas, de las cuales 152 se encuentran con respiración asistida.



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