09 Mayo 2021
Selva Almada (Villa Elisa, Entre Ríos, 1973) reúne una copiosa obra que contiene poemas, relatos, crónicas, un documental que articuló una película de Lucrecia Martel (“Notas del rodaje de Zama”) y tres novelas. Por orden de aparición, El viento que arrasa, Ladrilleros y No es un río.
De la trilogía de marras, una ha destacado de un modo tan vigoroso que conllevó sendas traducciones al alemán, al francés, al neerlandés y al portugués, inclusive: El viento que arrasa, editada por vez en primera en 2012 y reeditada en 2020 por Mardulce, figura una auténtica sinfonía de la singular mirada con la que Almada persiste en los contornos de sucesos de tierra adentro, no ya como la mera referencia al llamado interior del país, a secas, sino al modo de una sucesión de muñecas rusas en cuyo crescendo se espejan las profundidades de personajes que, tal parece, nuestra autora va intuyendo y conociendo según los personajes mismos se dejan ver, escudriñar y cincelar.
Un reverendo y su hija, un mecánico y su joven apadrinado, un encuentro providencial en los lindes de Chaco y Santa Fe propician una argamasa vincular que sin que ninguno la pretenda se vuelve igual de inevitable y vívida que el calor bochornoso y un horizonte menos prometedor que opaco.
Los fervores de la fe, lo inapelable del pasado, la soterrada tensión de lo dicho, lo no dicho y lo por decir, o acaso ni siquiera; hebras de ruptura que se abren paso donde a primera mirada no hay más que terreno yermo y resignada quietud, pulsan en esas cuatro almas que
Almada espía, desnuda, describe, ora minuciosa, siempre encendida, cual si fuera una niña que detalla los descubrimientos de un paseo inolvidable.
Después de todo o antes que todo, Almada se siente cómoda en la piel de Una chica de Provincia, que así se tituló el libro de cuentos que fungió de puente a su notorio desembarco en las veredas de las lupas variopintas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde radica desde hace más de una década. En el corazón del barrio de Almagro da talleres de escritura y cuando cuadra confiesa que haber entrado al universo de la novela significó desandar caminos y abismarse en espesuras de las que no siempre registró la certeza de haber salido airosa.
En El viento que arrasa, por lo pronto, Selva Almada, se luce en la impronta de un estilo inclasificable y a la vez reconocible en las sutilezas con que de la hipotética banalidad saca agua de las piedras.
NOVELA EL VIENTO QUE ARRASA
SELVA ALMADA (Mar Dulce- Buenos Aires)
PERFIL
Selva Almada nació en Entre Ríos, en 1973. Su primera novela, El viento que arrasa, tuvo una gran recepción de la crítica y fue sido señalada como uno de los mejores libros editados en 2012. Después de ser traducida al inglés en 2019, obtuvo el First Book Award de Edimburgo. Luego publicó Ladrilleros y No es un río. Es autora, además, de cuatro libros de cuentos, uno de poesía, otro de literatura infantil y dos de no ficción. Coordina talleres de escritura y es una de las propietarias de la librería online Salvaje federal, dedicada a la promoción de la literatura de las provincias.
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