Piglia y una antología necesaria

Piglia y una antología necesaria

Narraciones breves bajo la supervisión del propio autor. Por Hernán Carbonel para LA GACETA.

LA CONFESIÓN. “Increíblemente me he pasado más de cincuenta años escribiendo cuentos, o mejor, ficciones breves”, anotó Piglia en la “Nota del autor”. LA CONFESIÓN. “Increíblemente me he pasado más de cincuenta años escribiendo cuentos, o mejor, ficciones breves”, anotó Piglia en la “Nota del autor”.
09 Mayo 2021

Era necesaria una publicación como la que acaba de aparecer: ochocientas veinte páginas con la obra cuentística completa de Ricardo Piglia, que él mismo dejara preparada para su edición. Entre 2014 y 2017, consciente de las dificultades que le planteaba su enfermedad (ELA), el autor trabajó en un plan de futuras publicaciones (ya fue el turno del tercer tomo de los diarios, Los casos del comisario Croce y Teoría de la prosa); así lo describe Guillermo Schavelzon en el opúsculo que cierra el tomo.

“Increíblemente me he pasado más de cincuenta años escribiendo cuentos, o mejor, ficciones breves”, comienza la Nota del autor, fechada el 10 de abril de 2016, donde Piglia confiesa que su “idea del cuento ha ido cambiando con los años”, algo que puede advertirse notoriamente al recorrer este casi medio centenar de textos: heterogeneidad, pluralidad de estilos, diferentes vertientes que plantea en su fundamental “Tesis sobre el cuento”.

Relatos a la manera norteamericana (“Tierna es la noche”); cerrados sobre sí mismos (“La honda”); históricos (“Las actas del juicio”, “Desagravio”); el estreno de Emilio Renzi, su personaje fetiche, en el que da título a La invasión (un homenaje solapado a El beso de la mujer araña de Puig); los que recuperan la tradición gauchesca (“El gaucho invisible”, los del Comisario Croce); los más extensos (“Prisión perpetua” y “Encuentro en Saint-Nazaire”); los que remiten al género policial (“La loca y el relato del crimen”; Croce, nuevamente); los que ficcionalizan sus experiencias personales (tomemos, como mero ejemplo, “Hotel Almagro”); los que hacen intertextualidad con la obra propia (aquellos rescatados en Cuentos morales, vinculados a la novela La ciudad ausente) y con otros autores a los que Piglia también dedicara buena parte de su amplio caudal ensayístico (Borges, Pavese, Macedonio, otros), con “Nombre falso” como su paradigma, esa nouvelle donde homenajea y reversiona a Arlt y Andreiev, quiebre en su narrativa que preparará el terreno para lo que luego será Respiración artificial.

Se agregan, aquí, las “Historias personales (2015-2017)”, cuatro relatos largos que aparecieran en la trilogía de Los diarios de Emilio Renzi.

“No creo que un escritor evolucione”, dice Piglia en esa nota de cierre, “son las formas las que cambian y uno sólo debe estar abierto a la experimentación”. Aún a riesgo de contradecir a una voz narrativa inmensa como la de Piglia, estos cuentos completos son la mejor muestra, sí, de su evolución, tanto como de su experimentación con las formas.

COMPILACIÓN CUENTOS COMPLETOS

RICARDO PIGLIA (Anagrama - Buenos Aires)

PERFIL

Ricardo Piglia (Adrogué, 1941-Buenos Aires, 2017) es un clásico de la literatura actual en lengua española. Autor de las novelas Respiración artificial, La ciudad ausente, Plata quemada (llevada al cine por Marcelo Piñeyro; Premio Planeta), Blanco nocturno (Premio de la Crítica, Premio Rómulo Gallegos, Premio Hammett y Premio Casa de las Américas) y El camino de Ida; los cuentos de La invasión, Nombre falso, Prisión perpetua y Los casos del comisario Croce; y los textos ensayísticos y autobiográficos de Formas breves (Premio Bartolomé March a la Crítica), Crítica y ficción, El último lector, Antología personal y Los diarios de Emilio Renzi.

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