08 Mayo 2021
VENTAJAS. Los gases de los biocombustibles son más limpios que los de la nafta; y a diferencia del petróleo, su producción es renovable; es decir, inagotable.
La Argentina toda se encuentra actualmente en una instancia crucial en cuanto a su política energética ya que debe definir si se mantendrá en la línea de acelerar el desarrollo de la explotación de sus yacimientos de gas y de petróleo; si se volcará a la generación de combustibles a partir de fuentes renovables de energía en detrimento de aquellas, o si intentará crecer en paralelo en ambas líneas de acción. Tal afirmación sostuvieron los miembros de la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca).
Los estudios realizados en las últimas dos o tres décadas a nivel internacional demuestran claramente que el principal causante del calentamiento global es el incremento en el consumo de energía producido por las sucesivas revoluciones industriales, a expensas de las reservas fósiles (gas “natural”, petróleo y “hulla” o carbón de piedra).
El incremento mundial en la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) se explica solo a partir de la extracción de dichas reservas, pues es la única que realiza aportes netos a esta: los conocidos ciclos de los elementos químicos de mayor “peso” por los GEI que los incluyen (carbono, nitrógeno y azufre) determinan que estos van y vienen por la tropósfera, formando diferentes compuestos más o menos oxigenados. No obstante, sus cantidades totales venían siendo prácticamente estables desde la caída del meteorito en el Golfo de Yucatán hace unos 60 millones de años que generó, entre otros, el enterramiento de millones de toneladas de biota. esta, mediante la acción de la presión, de la anoxia, del calor y del paso del tiempo, produjo dichas reservas.
La conjunción entre el inicio de la extracción en gran escala de gas y de petróleo durante la década de 1860, y la invención de los motores de combustión interna y el comienzo de la segunda revolución industrial ocurridas durante la década siguiente, marcó el inicio del ascenso de la curva de concentración de GEI en la atmósfera, que continúa hasta hoy y es la causa del cambio climático, cuyos desastrosos efectos son en la actualidad claramente evidentes.
Debido a ello se precisa cambiar la matriz energética nacional, a raíz de las ventajas ambientales que generan los biocombustibles líquidos.
Sin dudas el primer y principal beneficio del remplazo de los combustibles de origen fósil por los biocombustibles es la disminución de alumbramiento a la tropósfera de elementos y compuestos químicos que en algún momento generarán GEI. Además de esta, el bioetanol en particular presenta entre otras las siguientes ventajas:
- Según extensivos estudios realizados en Brasil, su huella de carbono es inferior entre el 70% y el 80% al de la nafta o gasolina.
- Remplaza a antidetonantes que producen cáncer y/o que generan saturnismo u otras enfermedades graves, como son los casos del tetraetilo de plomo, el MTBE y el ETBE.
- Sus gases de combustión son claramente más limpios que los de la nafta.
- Su producción es renovable y, por lo tanto, inagotable, a diferencia del petróleo.
- Se lo puede producir de modo descentralizado, lo que evita el oligopolio y la cartelización de la oferta, típicos del petróleo. Algunos de los principales países productores sufren además con cierta frecuencia convulsiones sociales o políticas internas, que generan incertidumbre mundial en cuanto al aseguramiento de la oferta en tiempo, forma y precios adecuados.
- Si bien la densidad energética del bioetanol (expresada en unidades de energía por unidad de masa o de volumen) es del orden del 70% de la que brindan los combustibles líquidos de origen fósil, supera en 60 veces a la obtenible desde baterías de litio o de níquel/cadmio.
- Sustituye importaciones y/o aumenta las exportaciones, lo que mejora la balanza comercial y permite incrementos en el ingreso de divisas.
- Se puede usar como materia prima eficiente en la autogeneración de hidrógeno, a fin de propulsar vehículos con celdas conversoras y motores eléctricos y, así, eliminar en forma paulatina los de combustión interna.
- Permite utilizar instalaciones preexistentes, a diferencia del gas natural o de la energía eléctrica no autogenerada por los vehículos.
- Es posible, asimismo, transportarlo mediante poliductos ya existentes.
- El impulso a esta actividad ayudaría a la Argentina a cumplir con las contribuciones determinadas a nivel nacional ya comprometidas, lo que facilitaría la afluencia de inversiones extranjeras vía bonos de carbono (también llamados “bonos verdes”), tan necesarias para el desarrollo del país y cuyo crecimiento se encuentra hoy en pleno auge.
- El desarrollo en paralelo de la producción de biodiesel y el incremento paulatino en su porcentaje de corte permitirían disminuir notablemente la huella de carbono del bioetanol, uno de cuyos principales componentes es el gasoil utilizado para las tareas de plantación, cultivo, cosecha y transporte de la caña de azúcar, y de sus productos y subproductos derivados.
- Numerosos países y ciudades ya han establecido la eliminación de los motores de combustión interna para dentro de pocos años (2025-2030).
- Si bien la industria del petróleo genera una importante percepción de impuestos para los Estados nacionales y provinciales, estos no alcanzan ni por lejos a cubrir los costos de recaptura del carbono alumbrado a la superficie.
- El incremento en la explotación de la formación de Vaca Muerta, objetivo inalienable para la Argentina, debe estar acompañado por el desarrollo paralelo de la producción de energía a partir de fuentes renovables. De otro modo será imposible cumplir con las contribuciones determinadas ya comprometidas por Argentina, lo que puede llegar inclusive a generar restricciones o barreras arancelarias o paraarancelarias a la exportación de productos de origen nacional.
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