06 Mayo 2021
Asistimos a una disputa por el poder que invade los principales portales de diversos medios de comunicación en la provincia, que intenta distorsionar y evadir el verdadero problema de fondo que hoy enfrentamos. Pareciera que la noticia es quién denuncia a quién, quién hace alianzas con quién, justificando quién se vacuna o quién ostenta el poder de turno, cuando la realidad que nos golpea no pareciera ser vista. Continuamos con una economía en estado crítico, la educación que no avanza, la pobreza que se extiende, las vacunas que no alcanzan, la seguridad que retrocede y las drogas que avanzan. Un gobierno que parece mirar hacia el costado a los reclamos de cada barrio por el cual transitamos, cansados de reclamar por mayor seguridad y con las esperanzas agotadas. Nos prometieron que iban a trabajar en brindarnos la seguridad que nos merecemos y que es su obligación como gobierno. Pero la realidad es que nada de lo poco que prometen mejorar parece dar resultados. La lucha contra los delitos de motoarrebato no mostraron los resultados esperados a pesar de tener una ley. Los controles y la implementación de cuadrículas que se anunciaron no logran avanzar. Las distintas reuniones mantenidas por el Ministerio de Seguridad, incluido con funcionarios de Israel y las distintas comisiones que se crearon con el objeto de combatir el delito, solo quedaron en eso -reuniones, análisis y comentarios- y, la lucha contra las drogas tiene una ley sancionada, con sus prórrogas vencidas y sin intenciones reales de combatirlas, que ciertamente se encuentra estrechamente vinculada con el poder de fuego de los clanes y los delitos violentos que siguen aumentando en la provincia y pareciera no detenerse. Nada de aquellos anuncios y promesas tuvieron el efecto deseado; a la vista vemos los resultados destacados en los medios de comunicación. ¿Existe un plan de seguridad? ¿O continuaremos escuchando las improvisaciones de quienes pareciera, no saben dirigirnos hacia el rumbo correcto?
Mariela Weisheim
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