La crisis en el teatro alcanza la producción y las estéticas

La crisis en el teatro alcanza la producción y las estéticas

Roberto Toledo fue reelecto por concurso al frente de la representación Tucumán del organismo federal. Deudas y objetivos para la nueva etapa.

EN FUNCIONES. Roberto Toledo cumple su segundo y último período de cuatro años como representante del INT. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO EN FUNCIONES. Roberto Toledo cumple su segundo y último período de cuatro años como representante del INT. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO

“El teatro tucumano está en permanente crisis, y lo mismo ocurre con casi todo el teatro del mundo. No solo en términos económicos sino también en su sistema de producción”, advierte el representante local del Instituto Nacional de Teatro, Roberto Toledo.

El funcionario está comenzando su segundo período consecutivo (sólo hay una reelección) al frente de esta delegación, luego de haber ganado el concurso respectivo, en una terna final donde estaban también Marcos Acevedo y Jackie Anastacio Salas. A modo de balance de lo hecho en sus cuatro años anteriores y también de anticipo de lo que vendrá, en diálogo con LA GACETA reconoció que “faltó un trabajo más profundo con la actividad del interior, porque debemos lograr una real integración entre los artistas de toda la provincia, que permita la circulación tanto de la producción física de espectáculos como de las discusiones, debates, transmisiones cognitivas y empíricas y sus propósitos estéticos, filosóficos y políticos”.

- ¿La urgencia de la pandemia postergó algunos debates?

- Es necesario que abordemos discusiones que hemos dejado sin atender por la persecución endémica de las urgencias. Esta crisis habilitó nuevas propuestas estéticas y políticas en el tejido poético (tejido en el sentido artesanal, del hacer artístico) y una verdadera y auténtica relación ecléctica del colectivo. Pero la emergencia debe ser atendida, como lo hicimos cuando la representación tucumana del INT fue el eje de distribución en la región de la asistencia del Ministerio de Cultura de la Nación en materia alimentaria durante el cierre total de las actividades. Esto mostró la capacidad de e importancia geopolítica de la nuestra estructura y representación territorial, entre otras.

- Mencionaste al interior como deuda. ¿Hay otras?

- Atender a los nuevos proyectos y tendencias de producción y gestión; y una concreta y comprometida política de igualdad de género, que transformen la actividad y conformación del entramado. Estos tres ejes serán fundamentales en esta nueva etapa: juventud, género e interior; lo que se traduce en igualdad, equidad, reparación, gestión, federalismo, renovación y comunicación. En Tucumán nos faltó además una política más clara de comunicación, que sin recursos genuinos no era posible; debimos tener mayor presencia en el devenir cotidiano, en el contacto cercano con los beneficiarios y con la comunidad.

- ¿Qué rescatás de tu gestión?

- La compra de dos salas independientes nuevas (Puerto Libertad y Casa Luján); el nombramiento de dos asistentes nuevas en la representación, cumpliendo con el cupo trans y travesti, lo que nos permite la reestructuración administrativa de la representación; el incremento de solicitudes de subsidios del interior; la realización de fiestas y de circuitos con gran cantidad de público asistente; la realización de la Gira NOA en el interior; el programa de difusión teatral “A sala llena” en acuerdo con canal 10, que llegó a toda la provincia; la escuela de espectadores que venimos sosteniendo a pesar de las dificultades; el proyecto Calanca, que inauguró una revisión y una mirada múltiple sobre nuestra historia; y la implementación del Plan Podestá.

- El cambio de Gobierno en 2019 impactó fuerte en el INT...

- En el tramo de la gestión anterior del INT, encabezada por Marcelo Allasino, atravesamos una peligrosa fragilidad. Con distintas estrategias, diversos perfiles y variado estilo fuimos sosteniendo su institucionalidad, en un Gobierno que había degradado el Ministerio de Cultura a Secretaría y que intervenía el campo de la política con un largo y denso brazo burocrático. El Consejo de Dirección había sido prácticamente intervenido y desguazado en 2018, lo que permitió un enorme recorte presupuestario del organismo. Mi mayor orgullo es haber sido parte de ese Consejo que navegó en tempestades sosteniendo la balsa y el rumbo, sin quebrarse, hasta esta nueva etapa en el INT en que asumieron como Director Ejecutivo y Secretario General dos compañeros del riñón de la actividad y la militancia política teatral: Gustavo Uano y Ariel Molina.

Resiliencia
Cambio de etapa

Roberto Toledo fue parte de la gestión del Instutito Nacional de Teatro durante la gestión macrista, desde la reivindicación de su identidad peronista. No ahorra críticas a ese período, pero resalta que se está en una nueva etapa: “este cambio fue posible por la resiliencia del sector y por la capacidad de gestión política de sus referentes y dirigentes”. Y subraya que el objetivo del INT no es hacia adentro de la actividad sino hacia el conjunto a la sociedad. “La comunidad es la verdadera y última destinataria de la Ley de Teatro 24.800 sancionada en 1997, para que reciba las propuestas y absorba o se apropie de la pulsión vital que el artista trata de transmitir con su efímero pero, paradójicamente, perpetuo acto de entrega”, concluye.

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