Quinoa: la semilla ancestral andina que le da vida al desierto de Sinaí

Quinoa: la semilla ancestral andina que le da vida al desierto de Sinaí

Un equipo internacional liderado por el biólogo tucumano Juan González sigue hallando “virtudes escondidas”. Aminoácidos esenciales. Alimento funcional.

Quinoa: la semilla ancestral andina que le da vida al desierto de Sinaí

En un planeta cada vez más superpoblado y amenazado por al cambio climático, asegurar alimentos que resistan la sequía es fundamental. De hecho -destacó el biólogo Juan González, director de Ecología de la Fundación Miguel Lillo- la gran mayoría de las especies vegetales de las que se originan nuestros alimentos se verán amenazadas de profundizarse la crisis ambiental... Por eso (entre otras razones) desde 1989, acompañado por diferentes equipos, se dedica al estudio de la quinoa, a la que cada vez le descubren más virtudes. El nuevo hallazgo (que seguramente no será el último) acaba de ser publicado en la prestigiosa revista “Plants”, de Suiza. González, esta vez como líder de un grupo de investigación internacional.

“Desde hace varios años se conocía que el grano de quinoa era rico en minerales importantes para la salud, como potasio, fósforo, magnesio, calcio, sodio, hierro y manganeso. Y este estudio nuestro reciente halló en el grano de quinoa otros 34 minerales que también poseen efectos saludables”, contó a LA GACETA González. Pero no fue lo único: demostraron la viabilidad del cultivo de buena calidad en suelos altamente salinos

La investigación

En el equipo liderado por González participaron investigadores de la Unidad Ejecutora Lillo (Fundación Miguel Lillo y Conicet) de Egipto, de Holanda, de Francia y de España.

Trabajaron con cultivos de dos lugares de Egipto, los alrededores de la ciudad capital, El Cairo, y el desierto de Sinaí. Y los resultados son muy alentadores.

En las condiciones más extremas, la del Sinaí, la quinoa pudo germinar y completar su ciclo, y producir 1.028 kilogramos de por hectárea, mientras que en El Cairo se obtuvieron 1.948 kilogramos. “Son rendimientos muy buenos, si se tiene en cuenta que se lograron en una zona donde no crece ningún cultivo conocido”, destacó González.

“Esto abre la posibilidad de cultivar quinoa en zonas con suelos marginales no sólo en Egipto sino en todos los países del Mediterráneo”, resaltó el francés Didier Bazile, excoordinador de la FAO para el proyecto de quinoa en la zona del Mediterráneo y Los Balcanes.

“Esta tolerancia de la quinoa va más allá de lo conocido, tanto biológica como agronómicamente, y abre la posibilidad de nuevos estudios genéticos para ser aplicados a otros cultivos”, se entusiasmó Leonardo Hinojosa, la “pata holandesa” del equipo, con sede de trabajo en el Instituto de Biodiversidad y Dinámica de Ecosistemas de la Universidad de Amsterdam.

Los minerales

El hallazgo y la detección de los “nuevos” minerales, se llevaron a cabo en Instituto de Geociencias de Barcelona, Barcelona, España, mediante espectroscopía de masa, una técnica de análisis que permite determinar la distribución de las moléculas de una sustancia en función de su masa, cuenta González.

Estuvieron a cargo de del español del equipo, José Luis Fernández Turiel, investigador senior de Ciencias de la Tierra.

Por su parte, la ubicación espacial -dentro de la semilla- de los nutrientes descubiertos, para la cual se usó microscopía electrónica de barrido (concretamente, espectroscopía de rayos X de dispersión de energía) se llevó a cabo en el Centro Integral de Microscopía Electrónica (Conicet Tucumán) y estuvo a cargo de María Inés Mercado y Graciela Ponessa (de la Fundación Miguel Lillo) y Daniela González becaria del Conicet

“Además de los minerales ya conocidos pudimos cuantificar la presencia de otros minerales como el cromo, litio, silicio y níquel”, resaltó Fernández-Turiel desde Barcelona.

Por su parte, Daniela González señaló: “el cromo tiene un rol importante en enfermedades como la diabetes; el litio es un elemento esencial para el sistema nervioso central; el silicio es fundamental en la asimilación del calcio y en la formación de nuevas células, y el níquel es necesario para el correcto funcionamiento del páncreas. Teniendo esto en cuenta, nuestro hallazgo afianza la calificación de la quinoa como alimento funcional, es decir es importante por sus características nutricionales pero también puede mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades”.

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