Clima deteriorado para la libertad de prensa

Clima deteriorado para la libertad de prensa

Hoy se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, instituido en 1993 por la Asamblea General de Naciones Unidas a partir de una iniciativa de la Unesco y haciendo propia la idea expresada en la Declaración de Windhoek, firmada dos años antes en esa ciudad de Namibia en un congreso de periodistas africanos. El objetivo de la fecha es “fomentar la libertad de prensa en el mundo al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática”.

Como cada año, se rinde tributo a los profesionales del periodismo hostigados, perseguidos, agredidos y muertos en todo el mundo, quienes ponen sus vidas en riesgo para cumplir con la misión de obtener la información que desde los poderes (múltiples y diversos) se quiere ocultar y difundirla para que las sociedades conozcan los hechos de la manera más amplia y profunda posible y puedan tomar sus mejores decisiones.

En esta ocasión, la jornada se realiza en medio del luto que aún se atraviesa por el asesinato de los españoles David Beriain y Roberto Fraile, ultimados en Burkina Faso por un grupo afín a Al Qaeda. Beriain tuvo su paso por la Argentina: trabajó en el diario El Liberal de Santiago del Estero.

La imagen de aventureros alocados es muy distante de la real voluntad de los periodistas que se exponen a represalias por buscar la verdad. Ningún colega quiere sufrir ataques y menos perder su vida en una cobertura; lo mueven los valores más altos de una profesión que se abraza con vocación, al servicio de otros.

En los relevamientos que periódicamente se hacen, África no es el continente más peligroso; América Latina encabeza una lista lamentable, con México en el primer lugar de asesinatos de periodistas según Reporteros Sin Fronteras (relevó 19 crímenes en 2020) y Venezuela, Cuba, Nicaragua y Brasil como otros países donde es riesgoso ejercer la profesión.

En el informe semestral de la Asociación de Entidades periodísticas de Argentina (Adepa), “Sombras para el ejercicio de la libertad de prensa”, se advierte que el clima para el ejercicio de la actividad se ha deteriorado desde que comenzó a extenderse la pandemia en Argentina. Se mencionan presiones del poder contra los medios y la justicia y proyectos para “criminalizar” la tarea periodística. Por otra parte, hoy se conocerá el informe anual del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), un documento indicativo de la situación en el país.

En cada oportunidad, la Unesco define un tema de interés específico. Este año se aborda “La información como bien público”, idea que hace énfasis en “la importancia de valorar la información como bien público y para explorar lo que se puede hacer en la producción, distribución y recepción de contenidos para fortalecer el periodismo y avanzar en la transparencia y el empoderamiento sin dejar a nadie atrás”. El organismo considera que este asunto “es urgente para todos los países del mundo y reconoce el cambiante sistema de comunicaciones que incide en nuestra salud, los derechos humanos, las democracias y el desarrollo sostenible”.

En ese sentido, define tres ejes sobre los que actuar: “medidas para garantizar la viabilidad económica de los medios de comunicación; mecanismos para garantizar la transparencia de las empresas de Internet, y la mejora de las capacidades de alfabetización mediática e informacional que permitan a la gente reconocer y valorar, así como defender y exigir, al periodismo como parte fundamental de la información como bien público”.

De una prensa libre, profesional, independiente, rigurosa y útil a la sociedad deriva una democracia consolidada y de calidad. Alcanzar los objetivos trazados requiere el concurso de todos, incluyendo de los gobiernos de turno.

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