Casi sin tiempo para tratar el proyecto de los biocombustibles

Casi sin tiempo para tratar el proyecto de los biocombustibles

El oficialismo quiere aprobar mañana en comisión el proyecto de la nueva ley, que reemplazará a la que vence el 12 de este mes. La oposición quiere prorrogarla para conseguir un consenso.

PLANTEOS. Productores que invirtieron en biocombustibles querían porcentajes más altos de cortes en las naftas. la gaceta / foto de aNTONIO FERRONI PLANTEOS. Productores que invirtieron en biocombustibles querían porcentajes más altos de cortes en las naftas. la gaceta / foto de aNTONIO FERRONI

Con los tiempos al límite, el Frente de Todos (FdT) buscará emitir mañana en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados dictamen favorable a un nuevo marco regulatorio de la ley de Biocombustibles que tendrá vigencia hasta el 2030, y establece la reducción del 10% al 5% en el corte obligatorio entre gasoil y biodiesel, pero mantiene el 12% en los corte de las naftas con bioetanol.

La bancada oficialista que conduce Máximo Kirchner (curiosamente se le atribuye la iniciativa pero no firma el proyecto) quiere avanzar esta semana en el despacho de la comisión, que será redactado en base a la iniciativa de los diputados del FdT, Omar Félix y Marco Cleri.

El oficialismo quiere que el dictamen llegue al recinto esta semana y sea aprobado, para que en la próxima lo trate el Senado y convierta ese proyecto en ley. Si bien en teoría esto es posible, en la práctica no puede haber una piedra en el camino y no todo está acomodado. La oposición está dispuesta a pelear primero por la prórroga de la norma vigente sobre Producción y uso sustentable de Biocombustibles (Ley 26093) que fue aprobada -por unanimidad- hace siete meses en el Senado, y darle recién tratamiento al proyecto para reeemplazarla.

La discusión en comisión se dará cuando faltan 9 días para que deje de regir Ley de Biocombustibles aprobada en el Gobierno de Néstor Kirchner. Y para poder tener tiempo y participar con sus opiniones y cuestionamientos, desde un sector empresario y de Juntos por el Cambio piden que Diputados convierta en ley la prórroga ya votada por el Senado.

Presencialidad

El dictamen se hará en base al proyecto de Félix y Cleri, que tendrá algunas modificaciones, según voceros del oficialismo. La reunión se deberá hacer en forma presencial ya que aún no se renovó el protocolo de funcionamiento de la Cámara Baja para las comisiones y sesiones, que permite la tarea legislativa en forma remota por la pandemia.

Unos de los inconvenientes del protocolo es que para emitir dictamen debe haber un acuerdo entre el presidente y vice de la comisión a cargo del FdT y Juntos por el Cambio, que ya había anticipado que no iba avalar que se emita dictamen mientras no se avance en un consenso.

De esta manera, el único recurso del oficialismo para emitir dictamen es convocar a una reunión presencial, para lo cual cada legislador deberá presentar un test de PCR que no tenga más de 48 horas de vigencia. Sin embargo, fuentes del oficialismo dicen que hay tratativas para renovar el protocolo y permitir que puedan participar grupos de riesgo en forma virtual.

De acuerdo

Una de las voces a favor del proyecto oficialista es la del presidente del Centro Azucarero argentino, Jorge Feijóo, quien se mostró satisfecho porque fueron incluidas pautas que son beneficiosas para ese sector.

Destacó que el bioetanol de caña de azúcar abastecerá un mínimo del 6% de la demanda total de naftas -como la ley vigente-; que las reducciones del corte de bioetanol de caña de azúcar sólo pueden deberse por razones de escasez y serán temporarias; y que el bioetanol de caña de azúcar tendrá volumen y precio regulado.

En Tucumán, los diputados nacionales del peronismo dieron su apoyo al proyecto oficial, en tanto que desde el sector sucroalcoholero se aferran a la promesa presidencial de “no discontinuar la Ley de Biocombustibles”, ya sea prorrogando la actual norma con aprobación del Congreso, o en su defecto con un DNU.

Otro punto del proyecto que genera debate es la reducción del corte a la mitad del biodiésel (10% al 5%), ya que por los beneficios impositivos pueden distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor, ante situaciones de escasez.

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