Respetar la distancia, una clave en la pandemia

Respetar la distancia, una clave en la pandemia

01 Mayo 2021

Presencialidad sí en las escuelas o presencialidad no; ese fue uno de los temas más debatidos en estas dos semanas luego de que el presidente Alberto Fernández prohibiera, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, las clases presenciales en el Ámbito Metropolitano de Buenos Aires (AMBA). Esa decisión instaló en la sociedad una nueva grieta, ubicando de un lado a quienes apoyan la medida y del otro, a quienes sostienen que de esa manera se les está ocasionando a los chicos un daño aún mayor que el coronavirus.

Si bien en Tucumán las instituciones educativas han ido retomando la presencialidad de manera parcial, combinándola con clases virtuales, los niños vienen de haber pasado un año alejados de las aulas. Y las secuelas no son solamente pedagógicas. Días atrás, el psicoanalista Luciano Lutereau brindó una entrevista a Panorama Tucumano donde planteó que "el espacio natural para que un niño potencie sus factores de crecimiento junto a otros niños es la escuela”. “Los objetivos pedagógicos tranquilamente se pueden conseguir de manera virtual, lo más importante de la escuela es que es una instancia de encuentro social. Cuando el niño está todo el tiempo con sus padres (como sucedió el año pasado) tiene tendencias regresivas, suele ser más niño; en cambio, cuando está solo, potencia sus factores de crecimiento", explicó.

La larga exposición a las pantallas que conlleva una educación virtual también fue analizada por Luterau, quien recomendó alejar a los chicos de la tecnología fuera del horario de clases. "El tema no son las pantallas en sí mismas -aclaró- sino que un niño elige jugar con pantallas porque alguien antes no evitó que eso ocurra; si uno logra introducir un espacio de juego con los niños, las pantallas hasta pierden interés".

Pero también hay otras aristas. Los médicos destacan que, al no tener contacto con sus pares, los contagios no solo de coronavirus sino también de otras enfermedades bajan entre los chicos. “Con la pandemia, al no haber circulación de personas ni clases, y con la gente teniendo mucho cuidado, hubo muchos menos cuadros bronquiales”, recordó a LA GACETA Oscar Hilal, jefe del Departamento Infanto Juvenil del Programa Integrado de Salud de Tucumán (PRIS). Coincidió con él Santiago Assaf, especialista en neumonología infantil, que marcó una diferencia con 2020: “este otoño, al haber más circulación (los chicos volvieron a encontrarse, a hacer deporte, a ir a la escuela) hay más posibilidades de contagio y por consiguiente, más cuadros respiratorios; por suerte la mayoría de los casos no están siendo de covid-19”.

La directora del hospital del Niño Jesús, Cristina Alabarce, dijo la semana pasada a LG Play que entre los chicos son más los casos sospechosos de coronavirus que los positivos. Según datos de la Dirección de Epidemiología de la Provincia, hasta el 21 de marzo se confirmaron en Tucumán 888 casos de chicos de cero a nueve años, y 3.683 de nueve a 18 años.

Entonces, ¿qué hay que hacer con los chicos? Verónica Alí, a cargo de la Dirección Estratégica del PRIS de Tucumán, consideró que la medida prioritaria para evitar los contagios, más que el aislamiento y la vacuna, “es respetar la distancia. Nos cuesta mucho y es lógico que nos cueste, somos seres sociales, afectivos, necesitamos el contacto. Pero con estirar el brazo y dar un paso atrás quedamos a dos metros de las personas, las protegemos, las miramos a los ojos, podemos conversar, podemos compartir tiempo. Esa herramienta, la distancia, es fundamental en este momento”, afirmó.

¿Es entonces suficiente con separar a los chicos en burbujas y mantener así el vínculo social en las escuelas? La Cámara de Apelaciones porteña hizo lugar a una medida cautelar a favor de las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires. En el fallo advirtió que suspender la presencialidad afectaba “seriamente” el derecho “a la educación de niños, niñas y adolescentes”. En el caso de Tucumán, el gobernador Juan Manzur avisó que por el momento las clases se mantienen. Un análisis epidemiológico permitirá darles o no la razón, pero eso se sabrá con el tiempo.

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