Verde que te quiero verde
Verde que te quiero verde

Convincentes y esperanzadoras sonaron las palabras de Catalina Lonac, propietaria del ingenio La Florida y de la planta Bioenergética Florida, cuando vaticinó que en menos de 10 años los cañaverales serán los nuevos “pozos petroleros” que proveerán de “energía verde”. Dio de lleno en la declamada preocupación del mundo político tucumano sobre el futuro de la ley de biocombustibles y tocó otro punto sustancial sobre lo que se viene en materia de transportes, cuando dijo que la producción de energía eléctrica “todavía no es limpia”. Y cuando todos ven que el sistema de transporte en Europa se está trasladando hacia los vehículos eléctricos y que en provincias como Mendoza o Córdoba ya hay colectivos eléctricos o híbridos, aparece este debate sobre la conveniencia o no de la energía eléctrica que, por lejano, no se ha tenido en cuenta. Pero que nos va a llegar antes o después.

Los fantasmas del lobby petrolero

Mientras tanto, los tucumanos hemos asistido a varios soponcios desde mediados de marzo, cuando vino el presidente Alberto Fernández para una visita pasada por agua en San Javier en la que se pensaba que anunciaría la prórroga de la ley de biocombustibles (que vence el próximo 12 de mayo y que deben debatir los diputados) y que resultó insulsa y sin anuncios. Allí nacieron los “fantasmas del lobby petrolero” que provocaron un susto tras otro. Se advirtió que las empresas de petróleo, que están excluidas del negocio de los biocombustibles (hechos con el etanol producido de la caña de azúcar y de cereales como maíz y soja) presionaban para que se disminuya la incidencia del bioetanol en las naftas (12%) y para entrar en la cadena de producción y distribución de biocombustibles. “Se ve que el lobby petrolero es muy fuerte”, dijo en marzo el ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán, Álvaro Simón Padrós. Se habló de un proyecto sin firma que circulaba en Buenos Aires, que generó pánico en Tucumán, y luego de un proyecto de Máximo Kirchner, que, aunque no causaba tanto miedo, daba la posibilidad de subir o bajar el corte (la proporción) y perjudicaba a las provincias cerealeras.

Al final, hay un proyecto de los legisladores nacionales tucumanos para prorrogar la norma que sería más tranquilizante. Por lo menos no se oyó hablar en estos días del fantasma del lobby petrolero, aunque el legislador provincial José Ricardo Ascárate pronostica un futuro negro al respecto: “mientras el mundo va hacia un incremento en energías renovables y disminución de huella de carbono, las decisiones en la Argentina van a contramano de la mano del lobby petrolero”.

Habrá que ver qué pasa en la sesión. Al fin de cuentas, a las  empresas petroleras, que ven que el mundo se está yendo hacia otras energías (en Europa ya les están poniendo una “dead line” a los autos a combustión), sí les interesan los biocombustibles. El experto azucarero Santiago Paz Brühl dijo que  “en Brasil, principal país cañero del mundo, los petroleros se están convirtiendo en empresas bioenergéticas”. Acá eso será antes o después.

El fantasma de la vinaza

Lonac asegura que el NOA puede ser “Vaca viva”, porque “los nuevos pozos petroleros son el etanol, la caña de azúcar”. En ese sentido, es cierto que el alcohol que se produce a partir de la caña se ha convertido en una estrella de gran atractivo, para combustible o para uso en medio de la pandemia por coronavirus. ¿Cómo se produce? Con un costado contaminante. El biólogo Juan González hizo la ecuación: “Según el INTA, para la zafra 2019/2020 se produjeron 326 millones de litros de alcohol. Esto implica que también se han generado 3.912 millones de litros de vinaza, asumiendo que por cada litro de alcohol se producen 12 litros de vinaza. Si tuviéramos que almacenar las vinazas generadas en piletas de contención resulta que tendríamos que construir 1.564 piletas olímpicas repletas de vinaza. Y bueno, no se ve esa cantidad de piletas construidas”.

La vinaza dio lugar a una interesante polémica en febrero entre la empresaria Mónica Cabariti, que tiene un proyecto (“Nueva Tucumán”) para tratar la vinaza y el legislador Ascárate. Cabariti dice que el gobierno de Tucumán no cumple con la ley ambiental en lo que respecta a la vinaza  ya que autoriza a los ingenios a hacer disposición en suelo de este residuo. Según ella, se contamina hasta las napas.

Al respecto, la directora de Medio Ambiente, Florencia Sayago, reconoce que el Gobierno tiene un problema con la vinaza, pero recalca que desde 2011, cuando hubo la crisis con Santiago del Estero por contaminación del agua del río Salí, los 11 ingenios denunciados se comprometieron a “vinaza cero en el agua”, “ceniza cero de los filtros” y “recirculación del agua del lavado de caña”. Dice que se hacen lagunas de disposición de vinaza (que llenan de moscas algunas zonas). “Hay matices. Algunos ingenios riegan con un protocolo que debe ser controlado. También el traslado de la vinaza es muy complicado, son muchos litros, algunos lo hacen en camiones y estos tienen seguimiento satelital. Nos ha pasado que alguno quiso tirarla en el río. También se han hecho vinazoductos, algunos de los cuales tienen problemas”, explica. Hubo un caso de desborde de un canal de transporte de vinaza de La Trinidad, que le dejó a la gente una laguna de 10 cm de vinaza.

Dejar la economía circular

Dice Sayago que hay planes como el de Los Balcanes para incinerar la vinaza en calderas y generar energía eléctrica. El proyecto se postergó durante el cambio de gobierno nacional.

La funcionaria asegura que “tenemos que pasar de la etapa de la economía circular y hacer que la vinaza sea un insumo de alternativa para energía”. Y concluye: “coincido en que no se puede pensar en plan de aumento o promoción de biocombustibles si no se piensa en la planificación y las externalidades ambientales”. Sostiene que Brasil está avanzado en este sentido y “necesitamos ver cómo es la tecnología”. Con ella coincide Paz Brühl: “hay que tomar el costo total de la energía, no solo el combustible, sino sus consecuencias en el medioambiente. Entonces, hay que poner un valor al aire. ¿Cuánto te cuesta recapturar una tonelada de C02 de la atmósfera?”

Habrá que ver si se discutirá de esto en la Cámara de Diputados en Buenos Aires, cuando se trate la prórroga de la ley de biocombustibles y los tucumanos apunten a que se avance hacia la “energía  verde”. Que sea verde de verdad, en términos económicos y ambientales.

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