Boca y River: juego comparativo

Boca y River: juego comparativo

Ambos clubes terminan abril con panoramas con ciertas similitudes.

LO SACÓ A FLOTE. River pudo ganarle a Junior de Barranquilla en la fecha 2, pese a que los colombianos propusieron un juego ambicioso, con y sin pelota. Twitter @RiverPlate LO SACÓ A FLOTE. River pudo ganarle a Junior de Barranquilla en la fecha 2, pese a que los colombianos propusieron un juego ambicioso, con y sin pelota. Twitter @RiverPlate

BUENOS AIRES.- Parecidos pero distintos. Así lucen los presentes de los dos más grandes del fútbol argentino, disputadas las dos fechas iniciales de la fase de grupos de la Copa Libertadores y a dos fechas para la bajada de telón de la fase de grupos de la Copa de la Liga Profesional.

En las tablas de uno y otro certamen, Boca le saca una luz de diferencia a River. Porque el “Xeneize” tuvo un comienzo perfecto en el torneo continental, sacando seis de seis, mientras que el “Millonario” suma cuatro unidades. Y además, el “Auriazul” parece integrar un grupo menos parejo que el de la “Banda Roja”.

Eso sí, ambos se ubican en la cima compartida de sus respectivos grupos (Boca, superado por diferencia de gol por el Barcelona ecuatoriano; River, igualado en todo con Fluminense).

En el certamen local, la derrota ante San Lorenzo comprometió la clasificación del “Millonario” (quedó tercero en la Zona A). Una eventual derrota ante Banfield y una serie de resultados desfavorables podrían dejarlo en la cuerda floja.

El “Xeneize”, en cambio, está más holgado (se ubica en el segundo puesto de la Zona B). Una victoria el domingo ante Lanús lo meterá en los playoffs. E incluso una derrota no lo sacará del camino ni mucho menos.

Para ambos “gigantes”, la Copa Libertadores es prioritaria, pero la Copa de la Liga Profesional encierra un plus en esta ocasión.

Para Boca, porque quiere certificar un “triplete” (viene de ganar la última Superliga y la Copa Diego Armando Maradona). Para River, porque el territorio local le ha sido mayormente adverso (excepción hecha de las tres coronas de Copa Argentina y las dos de Supercopa) en años recientes.

Más allá de las estadísticas, en el presente “conceptual” (funcionamiento y rendimientos) Boca también termina abril mejor “aspectado” que su eterno rival.

Hay razones para ello. Principalmente, la notoria mejoría del “Xeneize” a partir de que Miguel Ángel Russo, forzado por lesiones y contagios de covid-19, se decantó por darle rodaje al piberío en el medio campo.

Alan Varela, Cristian Medina y Agustín Almendra aportan competitividad, dinámica y pase en una zona clave. Con ellos tres de titulares, Boca abrochó cuatro victorias consecutivas.

También están las ausencias obligadas de Carlos Zambrano y Marcos Rojo: la pareja central conformada por Lisandro López y Carlos Izquierdoz casi nunca te deja a pie. Y la frutilla del postre: la prometedora vuelta de Cristian Pavón.

En todo caso, el problema que se levanta en el horizonte “xeneize” tiene que ver más con la abundancia que con la escasez: ¿qué hará Russo cuando los nombres de peso estén listos para regresar?

Mientras tanto, en Núñez, River vive en un subibaja. En los últimos meses alternó goleadas aplastantes con partidos de dominio abrumador y carencia de efectividad en la red rival.

En ese sentido, la victoria ante Junior fue el reino del “revés”: la visita tuvo mayor posesión de pelota, pero los muchachos de Marcelo Gallardo fueron más contundentes, apoyados en la línea de tres.

El “Millonario” necesita que Gonzalo Montiel y Fabrizio Angileri vuelvan a su mejor nivel (el miércoles ya dieron señales al respecto). Y que se termine de asentar Agustín Palavecino. Y que Matías Suárez vuelva pronto y bien.

En fin, hoy Boca tiene la sonrisa un poco más fácil que River. En unas semanas, quién sabe qué muecas reflejará el siempre cambiante espejo de este imprevisible deporte llamado fútbol.

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