Más solitarios, la secuela de los cuidados y los miedos

El coronavirus ha acelerado la tendencia a hacer la vida en el hogar. Esto puede afectar nuestro bienestar psicológico y hasta causar depresión. Consejos para no aislarte del mundo si estás teletrabajando.

Más solitarios, la secuela de los cuidados y los miedos
Lucía Lozano
Por Lucía Lozano 28 Abril 2021

Cosas que se pueden hacer sin salir de casa: tener clases, teletrabajar, ver a los amigos por videollamada, buscar pareja, hacer gestiones bancarias o administrativas, hacer compras virtuales, tener una consulta médica, jugar algún entretenimiento on line y ver estrenos de películas. Actividades que antes implicaban salir a la calle y relacionarse con otras personas. Si le buscamos el lado bueno a esta situación obligada por la pandemia, desde el hogar todo parece ser más cómodo y barato. Pero habrá que ver cuáles son los efectos a largo plazo de vivir más tiempos encerrados.

La soledad no es algo nuevo, aunque los expertos no dudan que empeoró con la pandemia. Los psicólogos y psiquiatras atienden cada vez más consultas por las secuelas que está dejando la covid-19 en la salud mental. La depresión, soledad y tristeza está dejando demasiadas huellas, advierten.

¿La emergencia sanitaria nos ha hecho más solitarios? “Hay una conjunción de factores que de algún modo contribuyen a que hoy nos percibamos más solitarios. Por un lado, el protocolo de cuidado sanitario ya incluye distancia y conductas de evitación (no besarse, no abrazarse, no compartir utensilios ni mate). Creo que de a poco fuimos generalizando el criterio "cuanto más lejos, mejor ", y algunos lo llevaron al extremo de ver al otro como amenaza, y al virus presente en lugares y circunstancias imposibles. De modo que ser más solitarios bien puede ser una secuela no deseada de los cuidados y los miedos”, opina el psicólogo Arturo Gómez López.

El profesional tiene pacientes que incluso han desarrollado una obsesión respecto de la higiene personal, de los objetos y de la distancia con las otras personas. “Aumentaron las consultas en general. Vemos más personas con ansiedad, depresión, tendencia a la soledad. Hay gente que se aísla en su propia casa; no quiere tener contacto ni siquiera con su familia. Los momentos de encuentros cambiaron. La cohesión familiar está debilitada. Veo una pandemia psicológica por el debilitamiento de los vínculos. Habrá que trabajar mucho en ese sentido para restablecer la calma, la confianza. Es hora de pensar en nuevos códigos de comunicación que supongan afecto y cercanía”, propone.

Altos costos

Hemos aprendido a fuego que el hogar es un lugar seguro. El espacio exterior se ve como peligroso. Esta situación le vino bien principalmente a quienes ya sufrían algún tipo de fobia social y quienes se sienten a gusto con la soledad porque tienen temor a entrar en contacto con la gente, a ser cuestionados o al ridículo. “Pero esto no es posible en el mundo real; tenemos que aprender a convivir con los otros. Esa soledad, esa comodidad, termina teniendo un costo para la salud porque puede convertirse en depresión”, explica la psiquiatra Myriam Figueroa.

Necesitamos a los demás y también necesitamos saber que los demás nos necesitan: conocer nuestro lugar en el mundo también da sentido a nuestra vida. Es cierto que internet puede suponer un nuevo espacio virtual donde desplegar las relaciones sociales, pero ni es lo mismo ni nuestra mente lo entiende igual.

Figueroa comenta que ya hay estudios que muestran cómo a raíz de la pandemia aumentaron los síntomas de angustia y depresión en una buena parte de la población. “En mi caso aumentaron un 70% las consultas por depresión. Se ve mucha angustia, falta de placer y de ganas de vivir”, detalla. Muchas veces el aislamiento se genera por el temor que causan los mensajes que dan los políticos, señala. “No cuestiono las limitaciones, que son necesarias en tiempos de pandemia, sino la forma en que se manejan estas cuestiones; muchas veces generan miedo, incertidumbre, desesperación, frustración y sensación de que perdemos libertad”, sostiene-

Quienes más están sufriendo la soledad son los adultos mayores, aunque cualquier persona la puede padecer, resalta Figueroa. A qué señales hay que estar atentos: desgano, tristeza, amargura, llanto, irritabilidad, estrés, falta de ganas de vivir. A nivel físico, las personas pueden sufrir palpitaciones, sudoración, temblor, dificultad para dormir , problemas con la memoria y la concentración y contracturas generalizadas.

Tetrabajo, de positivo a negativo

¿Tuvo el teletrabajo algo que ver en esta soledad que crece? Desde hace poco más de un año miles de trabajadores mudaron su oficina a la casa. Al principio este home office obligado tuvo reacciones muy positivas. Aunque la situación era terrible, por fin se iba a experimentar aquello de lo que se hablaba mucho y pocos habían probado: desempeñarse desde el confort del hogar, sin tener que hacer un largo trayecto hasta el lugar de trabajo, sin tener que arreglarse y con la posibilidad de organizar las jornadas según nuestras necesidades.

Pero con el paso de los meses, el teletrabajo empezó a causar estragos en algunas personas. “Estar desempeñando todas las tareas laborales en casa implica no frecuentar personas como de forma recurrente se hacía, esto puede causar sentimientos de soledad y aumentar el estrés. A partir de esto, se detectan los índices más altos de depresión, ansiedad y suicidio en mucho tiempo. Las empresas están lidiando con el mayor número de certificados por depresión, incrementados a un 100%. Es por esto, que las organizaciones están comprometidas a alertar y tomar las medidas correspondientes”, revela María Laura Colque, presidenta de la Fundación para el Desarrollo Profesional.

Hay frustración y aburrimiento, resalta. Y da una serie de consejos para no aislarse cuando uno está en casa trabajando:

- Hacer juegos lúdicos fuera de horario. Por ejemplo, los bingos home office. Se genera un ambiente cálido y distendido donde naturalmente se comunican.

- Participar de cursos o entrenamientos.

- Cuidar nuestra salud mental. Por ejemplo, haciendo yoga, buscando momentos de meditación. La conexión con las plantas ha dado muy buenos resultados.

- Cuidar nuestras relaciones y ser capaces de apreciar las ventajas del trabajo en casa son clave para tener mejores jornadas.

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