Una oportunidad, la mochila y “gran hermano”

Una oportunidad, la mochila y “gran hermano”

Los fanáticos exigen que ellos les den satisfacciones; la prensa pide nombres que generen un atractivo; los detectores de talentos sueñan con hallar en cualquier lugar que visitan un Maradona, un Messi, un “Kun” Agüero; los representantes se frotan las manos ante una posible venta a alguna liga top; los dirigentes aspiran a una venta que oxigene finanzas en el club; los padres se ilusionan con tener en casa a aquel que les permita salir de las dificultades económicas. Pueden ordenar cada frase como quieran, que el resultado será siempre el mismo: cada futbolista juvenil que aparece, se estabiliza en Primera, tiende a hacer todo bien y hace aportes cada vez más decisivos, genera todas las sensaciones descriptas en el mundillo de la pelota, en los directa o indirectamente relacionados a ella. Y ellos, dale que dale al entrenamiento, a la mejora física y técnica, a la disciplina que puedan transmitirle los cuerpos técnico. Con sus propias búsquedas, y con una mochila que arrastran por tanta gente que los sigue de cerca como un “gran hermano”. Ellos, los chicos, transitan hoy por una etapa que brinda una oportunidad única y especial, forzada por las circunstancias, pero oportunidad al fin. Y lo están haciendo bien en su mayoría. Y se proyectan con paletas interesantes de colores. Aun de las situaciones más difíciles se pueden sacar cosas positivas.

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