18 Abril 2021
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¿Qué regalo les haría a los monumentos y sitios históricos claves de la provincia?, fue la pregunta/propuesta de LA GACETA. La respuesta de la Comisión de Patrimonio Cultural de Tucumán, integrada por 22 expertos, es amplia y valiosa. Aquí, los principales conceptos:
- Todo lo que el hombre construye, lo tangible y lo intangible, es patrimonio; sus valores determinan el posicionamiento o su importancia para la salvaguarda. Por eso hay bienes considerados:
a- Patrimonio de la humanidad: sus valores representan a la humanidad en su conjunto (en el NOA, la Quebrada de Humahuaca).
b- Patrimonio nacional: son valiosos para todos los argentinos. En Tucumán tenemos muchos, de todas las épocas y de distinto tipo, como la Iglesia y Convento de San Francisco, la Casa Histórica de la Independencia, la Villa de Medinas o el Parque 9 de Julio, sólo para citar algunos.
c- Patrimonio provincial: nos dan identidad como tucumanos: Teatro Alberdi, Viaducto del Saladillo, algunos monumentos del Cementerio del Oeste, Casa de Gobierno, estaciones del ferrocarril.
d- Patrimonio local o municipal: Casa Sucar, Casa Chaker Apás, los cementerios del Oeste y del Norte, el Parque Guillermina, las plazas ubicadas entre las cuatro avenidas, la plaza Independencia.
- Constitucionalmente, los argentinos hemos delegado en el Estado la salvaguarda de nuestra identidad. Para ello, el Estado ha generado estructuras administrativas responsables de la conservación de los bienes, según las categorías mencionadas antes. También existen marcos normativos para su protección, así como marcos teóricos que orientan las intervenciones.
Tres regalos
Todos los bienes patrimoniales tienen la misma necesidad: el reconocimiento por parte de los gobiernos de la conservación del patrimonio, señala la Comisión, que destaca los siquientes “regalos”:
1- La asignación de partidas presupuestarias: el gran regalo para el patrimonio de Tucumán sería estar presente en el Presupuesto nacional, provincial y/o municipal. La Ley de Patrimonio prevé la creación de un fondo que hasta hoy no se efectivizó. Este permitiría profundizar el conocimiento de los bienes, su materialidad y las técnicas de intervención. Como resultado, se podría dar nueva vida al capital heredado, insertándolo en el flujo de las necesidades contemporáneas. El patrimonio restaurado contribuiría al bienestar de la comunidad.
2- Que en cada bien patrimonial confluyan conocimientos, saberes, decisiones políticas y presupuestarias que superen las barreras de la fragmentación social. Para situarnos en el caso San Francisco, hasta hoy la comunidad, a quien la Comisión representa, ha recorrido de forma incansable despachos y oficinas con el propósito de interesar al sector público a que asuma sus responsabilidades en el tema del patrimonio. Las puertas se abrieron escasamente: sólo la Municipalidad está desarrollando obras de seguridad y protección y restauración de las fachadas, impulsando con ello lo que la comunidad había iniciado. Los habitantes han respondido con mucha generosidad y responsabilidad en una iniciativa de micromecenazgo inédita y ejemplar.
Ahora bien, ¿qué puede pasar con el resto de los bienes patrimoniales de nuestro acervo cultural ante la ausencia de política y presupuestos para su salvaguarda?, se pregunta en forma retórica la misma Comisión. El 16 de abril, LA GACETA empezó a publicar fotografías demostrativas del estado en que se encuentran algunos monumentos. Sólo abandono y desidia se observan al respecto. ¿Es que puede ser esta la cara visible de nuestra identidad?, inquiere.
3- ¡Hacer conocer el patrimonio! ¡Difundir sus valores! El Instituto de Historia y Patrimonio realiza esta actividad desde hace décadas, a la par de otros institutos universitarios. Y la Junta de Estudios Históricos de Tucumán ha dictado cursos sobre el patrimonio durante extensos períodos. Por último, la Comisión recomienda los numerosos artículos de Carlos Páez de la Torre para conocer nuestro patrimonio cultural.
El texto de la Comisión lleva la firma de los integrantes de su Comité Ejecutivo: Ana Chiarello (UNT), Gerónimo Cárdenas (Fundafet), Daniel Mafud (FET), Andrés Nicolini (Dirección Nacional de Arquitectura), Fray Fernando Lapièrre y Nilda Velázquez (Orden de Frailes Menores franciscana) y Olga Paterlini (Comisión Nacional de Monumentos).
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