En Santiago del Estero, River golea

River, ante Central Córdoba, dejó las cosas en orden. La goleada 5-0 a los santiagueños le sirvió, primero, para consolidarse como escolta en la Zona B de la Copa de la Liga Profesional y después para esperar con calma el debut en la Copa Libertadores ante Fluminense, el jueves, en Brasil. Ánimos le sobraban porque venía de sacarle el invicto a Colón. Además, en el “Madre de Ciudades” santiagueño, se siente como en casa ya que repitió el mismo resultado con el que le ganó a Racing hace pocas semanas la Supercopa Argentina.

En el primer tiempo, el mediocampo estuvo superpoblado. River estuvo obligado por el planteo de Central Córdoba a moverse en esa zona. Con ese panorama, el esquema de Marcelo Gallardo no podía ser efectivo. Los tres atacantes Lucas Beltrán, Rafael Santos Borré y Julián Álvarez no podían ser bien asistidos.

Central Córdoba complicó a River, pero también pagó consecuencias de ese planteo, que le funcionó hasta el único minuto agregado por el árbitro Silvio Trucco. Los de Gustavo Coleoni tenían la concentración de sus energías en impedir la conexión de los mediocampistas “millonarios” con los delanteros, pero llevar peligro hasta el arco de Franco Armani requería un desgastante cambio de aire. Milton Giménez puesto como el único referente de ataque para los santiagueños, era el que debía correr y correr, con persecución rival.

River necesitaba espacios; los buscaba siempre por los costados. No los pudo encontrar con la pelota en movimiento, pero desde la pelota parada, a la que habían apostado más los locales, llegó el gol de cabeza de Fabrizio Angileri.

Ya para el complemento la pregunta era a quién había despabilado más el único gol de un partido que era parejo. La respuesta llegó a los seis minutos con la conquista de Santos Borré. No sólo significó más ventaja en el marcador, también demostró que lo que le había resultado a Central Córdoba, River logró destrabarlo. Santiago Simón, la apuesta de Gallardo para reemplazar al lesionado Nicolás De la Cruz, conectó a la perfección el pase a Álvarez y así el colombiano, a la carrera, empujó la pelota sin dudar ante la salida del ex arquero de Atlético, Alejandro Sánchez.

Con ese marcador, los bancos de suplentes empezaron a moverse. Por el lado de River, para generar la rotación y cuidar jugadores para la Libertadores -de paso marcar más goles- y del lado de los santiagueños, para intentar torcer una historia que ellos se arriesgaron a escribir con un planteo ordenado, pero que con jerarquía River supo desordenar con una catarata de goles.