René Russo: una estrella en plena madurez

En su último filme "Showtime", la actriz acompaña a Robert De Niro y a Eddie Murphy en una comedia desopilante y vertiginosa.

16 Junio 2002
LOS ANGELES.- No le gusta ocultar su edad. Tiene 47 años y lo grita a los cuatro vientos. "El dato está en cualquier artículo, ¿para qué molestarme en ocultarlo?", señala. Y es justamente esta postura la que la ha convertido en una estrella. Acaso nunca en la cultura popular estadounidense tantas mujeres maduras han podido mantener una imagen pública de glamour y atractivo tan firmemente establecida que su edad parece irrelevante. Entre ellas, sobresalen Michelle Pfeiffer, Sharon Stone, Annette Bening y, por supuesto, ella: René Russo.
En su último filme "Showtime", la actriz acompaña a Robert De Niro y a Eddie Murphy en una comedia desopilante y vertiginosa, más cerca de las taquilleras "Arma mortal 3 y 4" que del suspenso de "El rescate" o el erotismo de "El caso Thomas Crown". Precisamente en este último filme, que hizo cuando tenía 45 años, Russo se anima por primera vez a rodar escenas de alto voltaje y un desnudo que permite apreciar lo bien que mantiene su cuerpo. Es que, en la vida de una actriz linda y exitosa, la carrera al estrellato parece un camino sin obstáculos. Sin embargo, para Russo hay un período de su vida que le ensombrece el rostro: su infancia. Hija de madre soltera, trabajadora de una fábrica, la hoy esplendorosa actriz creció en una calle pobre de Burbank, en California, donde el crimen y la droga eran moneda corriente. Su padre, un escultor que murió en 1997, abandonó a su familia para ir detrás de cuanta mujer se le cruzaba por el camino. Su vida en la escuela fue, según confiesa, "miserable". De los 10 a los 14 años usó un yeso en su cuerpo porque sufría de una curvatura en la columna vertebral, hecho que le provocó una gran ansiedad. "Era muy flaca y demasiado alta. Todos me ponían apodos y yo me sentía una desgraciada", asegura. Tal vez por eso, dejó la secundaria y terminó trabajando como inspectora de lentes en una fábrica de anteojos.
Su suerte cambió cuando decidió modificar su look. A la salida de un recital de los "Rolling Stone", un agente la descubrió y, en pocas semanas la puso en un avión hacia Nueva York, donde comenzó una exitosa carrera como modelo. Con algo de fortuna y una pizca de fama, Russo se casó a los 29 años y se separó 18 meses después. "Fue un error", declara.
Fue justamente en esa época conflictiva cuando la bella modelo decidió dejar atrás las pasarelas y las tapas de las revistas más glamorosas para dedicarse a la actuación. Consiguió un papel en la serie "Sable" y, sin más experiencia que un par de audiciones, el director David Ward la eligió como protagonista de "Major League", junto a Tom Berenger. A partir de aquí, su carrera fue vertiginosa y sus actuaciones recibieron elogiosas críticas. Actuó con Clint Eastwood ("En la línea de fuego"), con John Travolta y Gene Hackman ("En el nombre del juego"), con Dustin Hoffman ("Epidemia"), con Kevin Costner ("El campo de los sueños"), con Mel Gibson ("El rescate", "Arma mortal 3 y 4"), con Pierce Brosnan ("El caso Thomas Crown") y, la última, con Robert De Niro ("Showtime").
En 1992, cuando filmaba "Freejack" junto a su ídolo Mick Jagger, conoció a Dan Gilroy, con quien se casó después de un año y medio de noviazgo y con quien tiene una hija. Hoy, luego de 9 años, Russo es capaz de analizar su matrimonio con otra perspectiva: "Me di cuenta de que hay que intentar comunicarse", declara.Hoy, la bella actriz encuentra consuelo leyendo la Biblia. Se considera una mujer religiosa que practica su fe en privado. "Creo que la sabiduría te llega de distintas formas, a veces en forma de dolor. Pienso en mí a la edad de mi hija y eso me ayuda a entender un poco más mi vida", concluye. (Especial)

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