16 Abril 2021
“En la guerra, como en el amor, todo vale”. Este dicho resume, en toda su dimensión, la desmesura de la pelea por el poder entre el gobernador Manzur y su vice, Jaldo. Con una provincia sumida en el peor de los escenarios, como nunca antes vivimos los tucumanos, lo único que cuenta para ambos es ganar la pulseada para ver quién sigue manejando nuestro incierto destino. Esta repudiable ambición llevó al Gobernador a exponer la vida de una reconocida referente política de avanzada edad, para retener el poder del Consejo Justicialista, arriesgándola a un mortal contagio sanitario. No conforme con esto, nombró a un ex concejal monterizo, expulsado de su banca el año pasado por haber violado abiertamente la cuarentena vigente, en un importante cargo en el Ministerio del Interior. O sea, prontuario mata currículum… Nada que pueda sorprendernos a esta altura de los acontecimientos en “Trucumán”… (¡permiso, Irene Benito!). Previamente el vicegobernador le “pasó la guadaña” a miles de nombramientos legislativos de “compañeros” que pusieron el “lomo” para que ambos estén en el lugar que ocupan. Ahora bien ¿con qué autoridad moral va a venir el gobernador Manzur a imponer las nuevas restricciones pandémicas, cuando él es el primero en incumplirlas? ¿Aceptarán mansamente las prohibiciones aquellos directamente perjudicados por estas medidas, cuando vemos que violar las normas por parte de quienes deben dar el ejemplo, no sólo no tiene castigo sino que reciben un “premio” por ello? Si la desastrosa situación económicosanitaria a la que nos llevaron no es un límite para sus ambiciones, ¿qué lo sería? Queda claro para todos los tucumanos que esta disputa entre el “uno” y el “dos” como los llaman sus acólitos, sólo traerá para la provincia más de todo lo malo que ya estamos viviendo… dolorosamente..
Ricardo A. Rearte
Pasaje Díaz Vélez 66
Monteros
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