14 Abril 2021
El país, también el mundo, está viviendo una verdadera tragedia humanitaria. Todo es incierto, imprevisible, amenazante, y cada uno lo maneja como puede, o como no puede: con más o menos recursos y responsabilidad, con mayor o menor criterio, con más cautela o de manera más desafiante, etc. Pero nosotros los argentinos estamos inmersos en una situación extra a la emanada por la pandemia; a mi entender, la lucha política frente a las próximas elecciones legislativas, que se ha puesto muy por delante del drama que emerge de la pandemia. Tucumán, como otras provincias, debe elegir nuevos representantes al Congreso de la Nación. Desde la vuelta a la democracia en 1983, el peronismo ha sido mayormente gobierno en esta provincia, con el lamentable resultado negativo y progresivo aumento de los índices en diferentes áreas. Y uno se pregunta qué ha sucedido con el Partido Radical que, salvo honrosas excepciones en cargos legislativos e intendencias, no ha logrado ser alternancia, cuando durante las primeras décadas del siglo XX han desarrollado y modernizaron la provincia eximidos gobernadores radicales como Miguel Campero (en dos oportunidades), Miguel Critto y Celestino Gelsi. Es sabido que los oficialismos cuentan con más recursos económicos, humanos y de estructura para encarar las elecciones que la oposición; de ahí la necesidad que tiene la oposición de encontrar puntos de coincidencia sólidos, sustentables, alentadores, dejando atrás errores o dicotomías propias de tiempos pasados, ante la nueva realidad político institucional, económica y social del país, mostrando que, en estas elecciones, nos ponemos de pie en defensa de la República.
Florencia Aráoz de Isas
Santa Fe 990
San Miguel de Tucumán
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