Que la covid-19 no frene la lactancia

Que la covid-19 no frene la lactancia

La posibilidad de presencia del virus en la leche es ínfima y, con los cuidados adecuados, la relación riesgo beneficio va “a favor” de la teta.

Ninguno de los especialistas lo duda. Y la síntesis que le hizo a LA GACETA Fabiana García, infectóloga perinatal en los centros Stamboulian y del sanatorio de La Trinidad, de Ramos Mejía (Buenos Aires), y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) es contundente: “la leche materna es una fuente irremplazable nutricional e inmunológica. Si la mamá está clínicamente bien, no hay razones para contraindicar la lactancia. Lo que debemos hacer es enseñarle cómo minimizar el riesgo de contagio, que -claramente- no viene por la leche sino por las secreciones respiratorias”, aseguró.

Su recomendación coincide con las de la sociedad Argentina de Pediatría (SAP). “Se ve claramente una menor afectación (por SARS-CoV-2) en los recién nacidos, que en la mayoría de los casos cursan la enfermedad de manera asintomática o con síntomas leves. Por eso promovemos la lactancia materna y privilegiamos mantenerla siempre que sea posible”, destacó Roxana Conti, pediatra y neonatóloga, integrante del Comité Nacional de Lactancia de la SAP.

Las recomendaciones -dato clave en estos tiempos de fakenews- se basan en un metaanálisis pormenorizado de 50 estudios que les permitieron a los especialistas afirmar, en primer lugar, que la presencia del genoma del SARS-CoV-2 en la leche materna es poco común (5% de los caso). “En otros estudios ese porcentaje es aún menor; y por otra parte, que el genoma esté presente no significa, por ejemplo, que los jugos gástricos del bebé no lo destruyan”, resaltó García. En segundo lugar -como explicó Conti-, más de un año de pandemia dejó claro que los recién nacidos, si se infectan, cursan la enfermedad asintomáticos o con síntomas leves, que (destaca la SAP) no contrarrestan la batería de beneficios que provee la lactancia.

Y, en tercer lugar, se observó alta presencia de anticuerpos contra SARS-CoV-2 en la leche del 83% de mujeres que tuvieron covid-19 y amamantan.

En consonancia con estos datos, un relevamiento sobre el manejo de los recién nacidos de madres covid-19 positivas realizado en 91 instituciones en Argentina (una encuesta a los profesionales de salud) mostró que en el 70% de los casos se recomendó la puesta al pecho con medidas de protección; un 23%, la administración de la leche de la madre con biberón, y sólo un 7%, recurrió a las leches de fórmula.

En el 90% de las instituciones, médicos y enfermeros se refirieron a la importancia de involucrar a la madre en la toma de la decisión de cómo alimentar a su bebé.

Es la experiencia que se está implementando en las maternidades de Tucumán. “En caso de que la madre esté cursando la enfermedad y pueda amamantar a su hijo, debe hacerlo -destacó Claudia Quinteros, a cargo de la Unidad de Lactancia de la Maternidad-. La leche materna no transmite el virus, y con los cuidados adecuados es lo mejor que puede recibir el bebé”.

Los prematuros

Y esto, según la OMS, vale también para los “bebés apurados”. Un nuevo estudio realizado por la institución y publicado en The Lancet EclinicalMedicine indica que el contacto estrecho entre el recién nacido y sus padres tras el parto sigue siendo vital, sobre todo para los prematuros o de bajo peso. Y que advierte que, incluso en el marco de la pandemia, esa práctica, conocida como "canguro" (contacto piel a piel), puede salvar la vida de hasta 125 000 recién nacidos.

"Hemos de prestar mucha más atención para que profesionales de la salud y responsables políticos de todo el mundo sepan que las madres y los niños deben estar juntos en esos primeros días cruciales, especialmente en el caso de los bebés de bajo peso o prematuros -advirtió en el sitio de la OMS Queen Dube, funcionaria del Ministerio de Salud de Malawi y una de las autoras del informe-. El método de la madre canguro es una de las formas más rentables y eficaces de proteger a los neonatos de bajo peso o prematuros. Nuestro análisis demuestra que los riesgos de no aplicarlo superan con creces la baja probabilidad de que un recién nacido enferme gravemente por covid-19".

Cuidados

Las precauciones para poder amamantar en caso de estar cursando una infección por SARS-Cov-2 son, en esencia, las mismas que para cuidar al resto de la familia, coincidieron García y Quinteros: lavado de manos antes y después de levantar al bebé para darle de mamar; tener todo el tiempo correctamente colocado el barbijo (“y no tocárselo”, añadió García); mantener los ambientes bien ventilados... Quinteros agrega la desinfección de superficies y de baños con lavandina, y el cambio diario de barbijo y su lavado con agua y jabón. “Eso, si no hay mocos; si los hay, hay que cambiarlo (y lavarlo) cada vez que se humedezca”, añadió Quinteros.

“Con estos cuidados y manteniendo la distancia entre mamá y bebé luego de la lactancia y el cambio de pañal, el bebé puede permanecer en la habitación con ella”, resaltó García.

“Otra precaución importante y sencilla es que la mamá no lleve el bebé a su cama para amamantarlo, así este no entra en contacto con las sábanas, donde pueden quedar restos de secreciones respiratorias -aconsejó-. Lo ideal es que se siente en una silla que pueda ser desinfectada cada vez que se utilice”.

“En la Maternidad tenemos camisolines estériles para darles a las mamás cuando amamantan; así se evita el contacto del bebé con la ropa. Y cuando se detecta un caso, se los deriva a los dos al Hospital del Este o al Avellaneda”, contó Quinteros.

“En la casa la mamá no tendrá camisolines; pero basta con que se lave bien las manos, tenga el barbijo lavado y bien colocado, y se ponga -cuando va a amamantar- un remera limpia antes de alzar al bebé. Estas sencillas medidas minimizan los riesgos de contagio”, aseguró García.

Vacuna contra la covid-19: ¿sí o no?

La SAP destaca que no hay información sobre riesgos asociados a vacunas contra la covid-19 porque todos los estudios excluyeron a niños, embarazadas y puérperas que estaban lactando. “No obstante, como las vacunas no contienen virus replicativos, es poco probable que representen un riesgo para el niño que se amamanta”, destaca el texto. “La decisión de vacunar a mujeres en período de lactancia debe tener en cuenta su tipo de actividad laboral; si presenta o no enfermedades crónicas asociadas (respiratorias, cardiovasculares u oncológicas, y diabetes, entre otras), las características de las vacunas... Y es clave consensuar con las mamás y dejarlo asentado”, señaló Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga pediatra, miembro de la SAP.

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