Una voz invita a descubrir mundos literarios

Una voz invita a descubrir mundos literarios

El ciclo “El vagabundo de las estrellas” difunde en la madrugada poemas y narraciones a cargo del locutor cordobés Jorge Chacho Marzetti.

EN LA MADRUGADA. Desde las 0.30 hasta las 2 de la mañana, Jorge Chacho Marzetti despliega su talento para la lectura de diversos autores. EN LA MADRUGADA. Desde las 0.30 hasta las 2 de la mañana, Jorge Chacho Marzetti despliega su talento para la lectura de diversos autores.

Cada noche, 0.30 a 2, el cordobés Jorge Chacho Marzetti se convierte en “El vagabundo de las estrellas” y sumerge al oyente de Radio Nacional en el universo mágico de la literatura. Por ejemplo, hace unos días dedicó una velada a la poeta española Miriam Reyes y leyó:

“...no pienso darte hijos ni anillos ni promesas./

Toda la tierra que tengo la llevo en los zapatos./

Mi casa es este cuerpo que parece una mujer,/

no necesito más paredes y adentro tengo/

mucho espacio:/

ese desierto negro que tanto te asusta”.

El programa, que hace nueve años nació en Radio Nacional Córdoba, ahora se emite para todo el país (se escucha también por Radio Nacional Tucumán) y representa una oportunidad imperdible para los oyentes que disfrutan de la lectura de textos, en este caso a cargo de un exquisito locutor-actor que sabe darle el tono justo a cada párrafo. Todo ello alternado con la mejor música que selecciona el propio Marzetti.

Los poemas o las narraciones dialogan con pausas musicales a tono con el tema en cuestión. Durante la lectura de la novela “Cien años de soledad”, por ejemplo, que abarcó más de tres meses, predominó la cumbia. Pero si se trata de cuentos de Raymond Carver, será el turno del jazz.

A lo largo de tantas noches, pasaron textos de Jorge Luis Borges, Claudia Piñeyro, Gabriel García Márquez, Alejandra Pizarnik, Mariana Enríquez, Daniel Moyano, Juan Gelman, Camila Sosa Villada, Pedro Mairal, el tucumano Juan José Hernández... y muchos más.

De ayer y de hoy

Según comentó en diálogo telefónico con LA GACETA -desde Córdoba-, Marzetti no se limita a los textos de escritores clásicos o consagrados, sino que además se ocupa de buscar nuevas voces de la literatura para darlas a conocer. “Si no, esto parecería ‘La sociedad de los poetas muertos’”, bromeó. De todos modos, sigue usando discos para armar la selección musical, y negándose a incursionar en Spotify u otras tecnologías digitales. Entre los temas de las últimas emisiones, figura el de “Atahualpa Yupanqui en Santiago del Estero”. Antes había hecho una sobre Yupanqui en provincia de Buenos Aires y más adelante planea enfocar la obra del folclorista en Tucumán,

“Personajes como éste son tan grandes que resultan casi inabordables en una hora y media”, afirmó. Años atrás leyó por entregas la novela “Shunko”, de Jorge Washington Ábalos, recreando las voces de los alumnos y su maestro con indudable talento actoral. Pero aclara que el teatro no es lo suyo. “El teatro es improvisación y memoria. Comprobé que yo no tengo ninguna de las dos cosas -reconoció entre risas-. En cambio, en la lectura por radio encontré la horma de mi zapato”.

Además de leer por radio, Marzetti presenta espectáculos junto a músicos, como el tucumano Juan Falú -con quien abordó la obra del salteño Manuel J. Castilla- y frecuentemente con los cordobeses Mingui Ingaramo (exintegrante del grupo Músicos del Centro), con Guadalupe Gómez y con la banda Toch.

- ¿Cuándo comenzó esa vocación tuya por la lectura en voz alta?

- Yo tenía 12 años y mi abuela me regaló un libro de María Elena Walsh: “Otoño imperdonable”. Los Walsh eran parientes de ella. Iba a ir María Elena a mi pueblo cuando yo vivía en Pigüé (provincia de Buenos Aires), pero le salió una beca para viajar a Estados Unidos. Entonces le mandó a mi abuela el libro con una cartita. Yo entré a leer el libro en voz alta de punta a punta, una y otra vez. Después mi abuela, que no era lectora, me regaló un libro chiquito de una colección de Torres Agüero Editor: era “Residencia en la Tierra”, de Pablo Neruda. También lo leía en voz alta, aunque a veces no entendía nada (vuelve a reír). Después viajaba a Bahía Blanca a comprar libros, pero mi mayor acceso a la literatura era a través de la radio, escuchando a Hugo Guerrero Marthineitz en “El show del minuto”. Él leía a Ray Bradbury, a Borges, a Jacques Prevert... Y en la revista Gente, que compraba mi viejo, se publicaban notas como, por ejemplo, un reportaje de tres páginas a Juan L. Ortiz.

- Entre tus autoras preferidas están Enríquez y Sosa Villada.

- Sí. A Mariana me la recomendaron en una librería, y he leído por radio casi todos sus cuentos, que me alucinaron. Y Camila es amiga mía. La he leído desde su primer libro “La novia de Sandro” (de poemas) y hace poco estuve leyendo la novela “Las malas”. Además, como autora y actriz de teatro presenta aquí en Córdoba unas obras extraordinarias.

- Otra lectura memorable fue la de la “Saga de los confines”, de Liliana Bodoc (escritora fallecida en 2018).

- Sí. Cuando yo iba por el tercer tomo, ella se apareció en el estudio a leer conmigo. La llevó un oyente, porque justo Liliana estaba en Córdoba, así que me di el gusto de leer con ella uno de los capítulos.

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