Rubén Cruz y esa hermosa profesión de parir canciones

Rubén Cruz y esa hermosa profesión de parir canciones

El cantautor taficeño acaba de editar “Raíz en vuelo”, obra que reúne una parte de su obra compositiva, con partituras y poemas

FECUNDO AUTOR. Cruz comenzó musicalizando poemas de otros creadores y ahora lo hace con los propios.  FECUNDO AUTOR. Cruz comenzó musicalizando poemas de otros creadores y ahora lo hace con los propios.

Una síncopa de tarcos vagabundea quizás a menudo por sus insomnios taficeños. Amigos. Paisajes. Personajes. Pensamientos. Recuerdos. Muerte. Cristo. Misterios... Circulan por sus versos y melodías hidratadas por sentimientos y a veces por los ángeles del vino. “De tanto nombrar la muerte su copla se fue enlutando y encenizado de ausencia su nombre se fue apagando. Ni bien ensayó el olvido su lánguido gesto adusto, se fue quedando sin cuerpo la sombra de José Augusto…”, escribe sobre el vate Moreno este hijo de la Ciudad del Limón que vio la luz hace 68 años. “No debe haber profesión más hermosa que la de parir canciones. Es por eso que me considero un hombre afortunado por llevar a cabo esta disciplina del arte tan cercana a Dios y tan necesaria para nuestra cultura”, sostiene Rubén Cruz, músico, poeta, letrista, cantor, compositor, que en estos días ha sacado de su horno creativo Raíz en vuelo, un libro que reúne poemas, letras y partituras de su propia cosecha y compartida con otros autores.

Sobre su nuevo trabajo, el artista señala que ha cuidado que el contenido de cada canción sea lo más cercano posible al buen gusto y acota que a la postre, es el público quien decide, aunque no siempre se inclina por lo de mayor calidad. “Pero sabe distinguir, sin equivocación alguna, el ángel o duende de cada canción, algo que a los creadores les cuesta mucho porque se enamoran de cada tema que componen y en la mayoría de los casos, les falta objetividad”, dice.

El autor de Los soles del desvelo y De hombres y pájaros explica que en este material, “creo haberme pensado más como poeta, a diferencia de los dos anteriores en los que prevalecía mi condición de músico”. “El inicio de mi oficio fue musicalizando poemas de otros, esto fue mutando y actualmente trabajo en forma equitativa como compositor y autor”, añade.

En Raíz en vuelo, Cruz comparte la autoría de varias de sus creaciones con Ramón Navarro, Pancho Cabral, Hugo Rivella, Julio Lacarra, Bebe Ponti, Roberto Yacomuzzi, Nahuel Pennisi, Rabito Vélez, Beto Sará, Camilo Matta, Hugo Figueroa, Lucho Hoyos, Eduardo Guajardo, Chuni Cardozo, Claudio Sosa y Carlos Podazza. “Tucumán siempre palpita en su obra, es como la semilla que devino en árbol frondoso que no entrega flores y frutos de diversos sabores y colores, enraizados en la hondura de la tierra, iluminados por su luna tucumana. Tarea de orfebre fecundo y generosa la suya, labriego que sabe lo que siembra y lleva luego en una cesta campesina el fruto de su labor para que disfrutemos todos de los abrazos cancioneros de la vida”, ha escrito el notable riojano Ramón Navarro sobre el creador taficeño.

El músico, que cuenta con 17 trabajos discográficos, ha incluido en su libro “Cristo de barro”, obra integral con textos de Hugo Rivella. “Tengo mucha fe en su proyección a futuro porque fue concebida con la intención de generar una obra precisa, para lo cual tuve que ponerle varias melodías a cada texto y elegir la mejor, la más musical, la más directa y de más fácil comprensión y de más posibilidad de canto desde la mirada popular. Los tiempos que hoy vivimos, en los que todo es relativo, ilógico e inesperado, nos obligaron a reinventarnos, a ordenar nuestro trabajo, a valorarnos, a sabernos con la vida prestada por Dios y a darnos cuenta de que solo somos lo que entregamos”, afirma Cruz.

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