Lo mataron con una de las espadas de artes marciales que coleccionaba

Lo mataron con una de las espadas de artes marciales que coleccionaba

Rafael Uncos, karateca de 51 años, fue hallado en el baño de su casa. Presentó una dura pelea contra el asesino. La Policía tiene varias pistas y estaría descartado que haya sufrido un robo.

ANALIZANDO. Investigadores en la cuadra donde se produjo el hecho. ANALIZANDO. Investigadores en la cuadra donde se produjo el hecho.

Rafael Uncos (51 años) era un fanático de las artes marciales. Su cuerpo fue hallado sin vida ayer a la mañana en el barrio Oeste I. El asesino utilizó para matarlo una de las espadas que tenía colgadas de adorno en la pared. Le aplicó dos o tres golpes en la nuca y uno en la garganta. Los móviles del ataque no están claros aún, pero no se descarta que se haya producido por una cuestión sentimental.

A las 10 de la mañana, una vecina encontró deambulando por la calle al perro de Uncos. Fue a golpearle la puerta para avisarle, pero como no le contestaba, les avisó a sus parientes. Los padres del hombre entraron a la casa y lo encontraron muerto.

La escena del crimen fue macabra. Uncos estaba en la bañadera cubierto de sangre. En un principio, los pesquisas pensaron que había fallecido por el corte que tenía en la garganta, pero después descubrieron que tenía más herida. Al requisar la casa, descubrieron que la víctima tenía al menos cuatro espadas de artes marciales colgadas y las llamadas estrellas ninjas. En el lugar faltaba uno de los sables. Lo encontraron en otro lugar de la vivienda. Los investigadores sospechan que esa fue el arma asesina. También tenía varios cortes en el brazo, lesiones defensivas, es decir, que intentó poner sus brazos para que no lo mataran.

Todo desordenado

Los pesquisas de la división Homicidios, que actuaron bajo las órdenes de Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib, encontraron todo revuelto en la vivienda. En un principio se pensó que quien lo atacó buscó algo para robar. Pero, al encontrar numerosas prendas con manchas de sangre, sospecharon que en realidad estaba buscando ropa para cambiarse.

“Era una persona tranquila. No tenía problemas con nadie en el barrio. Nos llamó la atención todo esto”, dijo María del Carmen Rodríguez, una de las vecinas de Uncos. “Nadie escuchó nada ni vio nada raro. Los policías estuvieron recorriendo las casas para ver si tenían cámaras de seguridad que permitan identificar al autor del crimen”, agregó la mujer.

Los policías creen que Uncos conocía a quien lo mató. Ninguna de las puertas ni las ventanas de la vivienda estaban violentadas, por lo que se cree que la víctima permitió el ingreso. El que cometió el crimen también sabía algunos detalles como la distribución de las habitaciones y el lugar donde podría encontrar ropa para cambiarse.

Una duda

Hubo un detalle que para el fiscal Ignacio López Bustos ayuda a conjeturar que no se trató de un homicidio en ocasión de robo: en el garage de la casa estaba una motocicleta que se podría haber llevado fácilmente. El rodado también tenía manchas de sangre, por lo que se piensa que por algún motivo en particular decidió no llevársela.

Los pesquisas descubrieron que la moto estaba a nombre de otro hombre cuyo nombre no trascendió y que, después de haber puesto punto final a una supuesta relación sentimental, Uncos decidió quedarse con ella.

Los vecinos comentaron que días atrás, un allegado al propietario de la moto se presentó y mantuvo una fuerte discusión con la víctima. “Fue algo muy comentado en el barrio, pero no creo que ello haya sido el móvil del crimen”, indicó Julia, que se acercó para observar cómo trabajaban los peritos en la escena del crimen. La saña con la que asesinaron a Uncos es otro de los detalles que quedó plasmado en los informes realizados por los peritos y médicos. “Esta es una investigación que recién comienza y que no tiene una sola línea”, dijo el fiscal López Bustos, sin dar mayores detalles.

Las claves del caso

La víctima habría conocido al asesino, ya que ingresó a la vivienda sin haber violentado ningún acceso.

El autor del homicidio conocía algunos detalles de la distribución de las habitaciones y lugares donde guardaba cosas.

El fallecido tenía una moto que estaba a nombre de otro hombre. El titular del rodado habría tenido una relación con él.

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