Cartas de lectores III: el derecho al transporte

Cartas de lectores III: el derecho al transporte

06 Abril 2021

En el ejemplar del 4 de abril se dedica un importante espacio al agudo problema del transporte público, que, como tantísimos otros, complica la  vida diaria de los ciudadanos tucumanos. Si bien es cierto que dicho artículo menciona solamente las complicaciones del municipio de Yerba Buena, sería bueno que las autoridades de la provincia dejen, sólo por un instante, de pensar y deliberar sólo para reforzar sus feudos y sus intereses políticos y económicos, y recuerden que el transporte es un servicio público, y que todos los habitantes, de todos los barrios y municipios, tienen los mismos derechos a contar con un servicio eficiente y digno. El señor Berreta, vicepresidente de la Aetat, alega que, en el caso de Yerba Buena, el servicio no es rentable, y me imagino que lo mismo piensa del deplorable servicio hacia los barrios más alejados de la capital, a los que llegan esporádicamente algunas unidades en pésimo estado, sin respetar ningún horario ni frecuencia. A ese razonamiento sólo cabe responder que, si no es rentable, que se dedique a otra actividad, y a las autoridades les digo que tienen la potestad de rescindir los contratos con empresas que no cumplan con la obligación de brindar el digno transporte que los ciudadanos necesitan y merecen. Los señores empresarios alegan no recibir los subsidios para pagar sueldos a los choferes, y el sentido común nos indica que los subsidios estatales fueron establecidos justamente para que brinden un servicio eficiente, no para que sólo paguen los sueldos y se embolsen las ganancias netas. Más allá de la necesidad real de contar con bicisendas y ciclovías, como cualquier ciudad evolucionada, hay personas mayores, o con distintas discapacidades, o madres embarazadas, o con cochecitos y niños pequeños, etcétera, que no podrían desplazarse en bicicletas ni monopatines, y necesitan el transporte público para movilizarse, porque no todos los ciudadanos cuentan con auto particular. A los funcionarios públicos les digo que  es una cuestión de criterio, de deponer los egos y los intereses personales, y dedicarse a la función para la que se los designó, es decir, buscar el bienestar de la población.  Gracias.

Ana Mercedes Raffo

anitameraffo gmail.com

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