La aventura de viajar en pandemia: tucumanos cuentan su experiencia

La pandemia de la covid-19 trajo consigo un sinfín de cambios para las sociedades de todo el mundo. La irrupción de este virus encontró a muchas personas lejos de su país de origen y ante esta situación muchos, cuando tuvieron la oportunidad, regresaron a sus casas por la situación excepcional que atraviesa el mundo.

Sin embargo, a pesar de el aislamiento, los cierres de frontera y las distintas normas que limitan los movimientos de las personas. La pasión por viajar y conocer el mundo se impuso al virus para muchos. Este es el caso de dos tucumanos. Que decidieron años atrás emprender su aventura de trotamundos y la pandemia no los detuvo.

Cuentan que la aventura tiene momentos difíciles, más en pandemia; con altibajos, pero con experiencias inolvidables. ¿Qué desafíos tuvieron que atravesar?.

Ignacio Canuedo, un joven de la ciudad de Yerba  Buena. Si bien, estudió gestión de empresas decidió hace seis años atrás dejarlo todo y comenzar su  aventura por el mundo. "La pandemia me encontró en Dinamarca. Cuando comenzó todo el tema del virus aún me quedaban siete meses de visa. Al principio el Gobierno danés nos brindó mucho apoyo".

En ese contexto, al ver cómo avanzaba la covid en Dinamarca tuvo que tomar una decisión. "Pasaban los  meses y la situación se empezó a complicar y las  restricciones iban en aumento. En ese momento, tuve  que buscar cuales eran las alternativas posibles para viajar, debido a que no podía quedarme en el país, porque mi estadía legal se terminaba. Luego de investigar y ver cuáles eran las opciones viaje a Chipre, donde la situación era un poco más calma y no había muchas restricciones".

Asimismo, el viajero sostuvo que trasladarse a otro país durante la pandemia es "muy difícil" ya que no se manejan los tiempos, a raíz de las normativas que se ven obligados a tomar los Gobiernos ante el aumento de los casos. "Uno de los obstáculos con los que te encuentras, es que no puedes planificar tu viaje con tiempo. También, al estar en una situación sanitaria excepcional se suman a los gastos tradicionales de avión y hospedaje, tenes que sumar el gasto del PCR (Reacción en cadena de la polimerasa), hacer cuarentena en un hotel o muchas veces te encontras con cambios de vuelos  por nuevas normativas; es complicado y genera estrés. Una sola cosa que se modifique puede complicar todo el viaje".

"Un ejemplo de una situación que viví fue cuando estaba por salir de Dinamarca a Chipre. Dos días antes, las autoridades dinamarquesas anuncian que el país cambió de escala y pasó a ser de 'riesgoso'. En ese momento, Chipre toma la decisión de empezar a pedir test a los turistas que ingresaban, y los resultados no eran inmediatos se demoran un par de días. En esa situación, yo me encontraba en el aeropuerto sin saber si podía viajar. Finalmente sobre la hora me llegaron y tomé el vuelo", relató.

"La pandemia me encontró recorriendo el sudeste asiático. Cuando llegamos con mi novio a Tailandia se desató todo lo del virus. Al principio creíamos que no era algo tan grave, como muchos pensaron también; entonces tomamos un vuelo el 9 de marzo y tomamos un vuelo de Bangkok a Roma que prácticamente iba vacío, éramos muy pocos. Fuimos el último vuelo para entrar a Italia", relató Florencia Salinas, una joven que partió de Tucumán en febrero 2019 rumbo a Estados Unidos, como primer destino, para comenzar su aventura por el mundo.

En marzo de 2020, Italia se había convertido en el centro de la pandemia del virus de la SARS-CoV-2, que comenzó en China en diciembre. El Gobierno italiano fue uno de los primeros en dictar confinamientos y anunciar restricciones, que tuvieron una repercusión directa en el viaje de Salinas y de otros cientos de turistas que la pandemia los encontró allí.

"Cuando llegamos a Roma estaba todo cerrado. Nosotros habíamos quedado con  la dueña de un hostel en Roma para hacer voluntariado y conseguimos alojamiento. Estuvimos 40 días encerrados, sin poder salir. Me acuerdo que cuando se flexibilizaron las medidas y fuimos al Coliseo, Vaticano y la Fontana di Trevi, no había nadie. Era una escena de película apocalíptica", recuerda.

Para Florencia, los meses posteriores a su llegada al viejo continente fueron de mucha incertidumbre. La pandemia no así más que comenzar y las noticias que le llegaban desde la Argentina para la repatriación no eran alentadoras. " Estábamos en una nebulosa donde todo y nada eran posibles al mismo tiempo, un vuelo de repatriación a Argentina salía 2000 euros, no era una posibilidad para nosotros. Enviamos mails a todas las embajadas argentinas para ver si nos dejaban abordar vuelos, para tratar de buscar una solución a la incertidumbre que vivimos".

"En la búsqueda sale la posibilidad de viajar a México, Tulum. Sin dudarlo, abordamos el primer vuelo con apenas 30 pasajeros. Estuvimos cuarenta días y posteriormente regresamos a Estados Unidos, donde tengo amigos y nos quedamos ahí", agregó.

Sin embargo, la pandemia no detuvo a Salinas y su pasión por la aventura la llevó a seguir recorriendo otros países. En estos meses, viajó a Costa Rica, Honduras y Guatemala. "Lo más difícil de viajar en pandemia, son las restricciones por países que cambian todo el tiempo, los PCR que solo duran 72 horas, los precios exorbitantes que cobran por ellos solo por ser turistas", explica.

Tomando todos los cuidados y evitando las grandes urbes, sostiene que no dejaría de viajar.  "No dejaríamos de hacerlo, siempre tratamos de estar en lugares alejados de grandes ciudades, con mucha naturaleza, donde la situación de la pandemia es distinta y sentís que estás en una burbuja aunque sea por un tiempo".

"Viajar es apasionante, siempre con las precauciones que se deben tomar por la situación epidemiológica. Pero, la vida nómada me atrapó por completo", cerró.