Atlético, en Pascuas de Resurrección

Atlético, en Pascuas de Resurrección

El equipo de Omar De Felippe parecía muerto tras el primer tiempo en Junín; jugaba mal y estaba con un jugador menos. Sin embargo, con buenos cambios, actitud, juego, y goles, revivió y ganó.

El fútbol, a diferencia de otros deportes, tiene entre los resultados posibles (y definitivos) de un partido, el empate. En el básquet, por ejemplo, un partido no va a terminar hasta que haya un ganador. Ayer, Atlético podría haber terminado su duelo ante Sarmiento 1 a 1. Quizás era el escenario más probable por cómo estaba el partido a los 86 minutos, con ese marcador: el equipo jugaba de visitante, venía de un primer tiempo espantoso, jugó más de una hora con un jugador menos y el cansancio empezaba a sentirse. Sin embargo, la ambigüedad que hubiese generado en el equipo irse al hotel con un punto, funcionó como un motor en el “Decano”. Es que si lo analizamos de forma abstracta, un empate en esas circunstancias era un buen resultado. Si lo analizamos teniendo en cuenta el contexto de un equipo que ganó uno de siete partidos, que viene justamente de dos empates de local con gusto a poco y que enfrentaba a un rival directo en la lucha por mantener la categoría del año entrante, no era un buen resultado. Esa salsa agridulce de sensaciones no fue necesaria de servir porque con el gol de Javier Toledo a los 87’, el segundo de su cuenta, el trago que Atlético dio ayer en el estadio “Eva Perón” fue exclusivamente dulce.

SEGURO. Cristian Lucchetti despeja la pelota ante la mirada de Vergini y Risso Patrón. El “1” estuvo firme todo el partido. SEGURO. Cristian Lucchetti despeja la pelota ante la mirada de Vergini y Risso Patrón. El “1” estuvo firme todo el partido.

Pensar en los supuestos del 1 a 1 vale la pena en este caso porque trae a colación el tema de la urgencia. ¿Cuántas conclusiones parecían ya sacadas e impresas en el entretiempo? 45 primeros minutos y casi nada de fútbol. Un nuevo gol recibido tras una pelota parada, una expulsión poco profesional de Guillermo Acosta y, como nunca, nada de generación de juego ofensivo. Con varios partidos sin ganar en el pasado reciente y con River en el futuro inmediato. Si eso no era una urgencia... Así se vivió en el vestuario “decano” en el entretiempo. Incluso en el banco aún en el primer tiempo. La primera maniobra de reanimación de Omar De Felippe fue meter a Nicolás Aguirre y sacar a Junior Benítez, que había pasado inadvertido. Ya en el descanso, la segunda fue el ingreso de Franco Mussis por Cristian Erbes. Las dos funcionaron. 

En el principio del complemento comenzaron a aparecer los signos vitales. Los ingresos de Leonardo Heredia y Toledo terminaron de darle a Atlético el pulso que necesitaba para volver al partido. Mientras Atlético revivía, Sarmiento se descompensó luego de un mano a mano desperdiciado o mejor dicho, arruinado, por Cristian Lucchetti. La defensa “decana” se solidificó y arriba empezaron a tocar. Sí, a tocar por abajo en un campo de juego malo hasta para el Federal A. Claro, las jugadas eran gestadas ahí, pero el último toque lo darían por arriba.

El empate llegó por izquierda, tras una gran combinación, un centro de Ramiro Carrera (también revivió) y un cabezazo de Toledo. El 2-1 llegó por derecha, tras otra gran combinación, un centro de Marcelo Ortiz y un cabezazo de Toledo. Parece simple verlo escrito, pero créame que no lo era en su ejecución.

En el día de su cumpleaños, De Felippe leyó el partido que Atlético debía jugar en ese segundo tiempo. 45 minutos tarde, es cierto, pero aún así había tiempo. Sobre todo si los jugadores ejecutaban correctamente. Lo que faltó en esa primera etapa, sobró en la segunda: actitud, defensa, ataque y goles. Fundamental para no irse derrotado ni empatado. Atlético fue por todo y se llevó todo.

Comentarios