La producción necesita caminos en condiciones

La producción necesita caminos en condiciones

Los inconvenientes que venía originando la pandemia en los diferentes ámbitos productivos y de la sociedad en su conjunto se fueron solucionando, ya que casi todos los que producen fueron adaptándose para poder, de alguna manera, continuar con sus obligaciones laborales diarias.

A pesar de que la segunda ola es un hecho, hay actividades esenciales que deben seguir su curso, pase lo que pase con la covid-19.

Ya estamos en los primeros días de abril y algunas actividades productivas continúan, como el inicio de la zafra citrícola, durante la cual se cosecha para los mercados internacionales de fruta fresca. Debido a esto, los trabajadores de están cumpliendo con los protocolos de seguridad sanitaria.

La trilla de granos gruesos y la zafra azucarera son otras actividades muy próximas a iniciarse, por lo que seguramente tendrán el mismo comportamiento para evitar que la pandemia las afecte.

Aun con esto resulta importante señalar que las lluvias que se dieron durante el verano fueron, en general, muy irregulares. Aunque se registraron ciclos de sequías intercaladas, cuando llovió lo hizo con una intensidad a la cual los tucumanos estamos acostumbrados. Esto generó diversos daños, que afectaron a la población adyacentes a las zonas bajas y cercanas a las escorrentías de los torrentes originados, pero también afectaron, de manera importante, la red de caminos.

A raíz de este comportamiento climático, la gran cantidad de agua caída en diferentes períodos de tiempo durante el verano tucumano siguió provocando daños y roturas en los ya deteriorados caminos y rutas que sirve para la logística de los productores.

El estado de los caminos sigue siendo deplorable, y la falta de conservación es casi total, salvo en las rutas nuevas.

La mala conservación no se da solo en los caminos rurales, sino también en las rutas secundarias y hasta en algunos casos de rutas primarias.

Como dijimos, en la fecha en la cual nos encontramos ya se está trabajando a full en la cosecha de limón, se está a la espera de la trilla de granos -principalmente, de soja- y faltan algunos días para el inicio de la zafra azucarera.

Los productores manifiestan que el deplorable estado de rutas y de caminos no solo afecta el desenvolvimiento normal de la cosecha de las principales actividades productivas de la provincia, sino que el costo de los fletes puede llegar a aumentar debido al riesgo que tiene el transporte a romperse con mayor facilidad. Ni hablar del precio de los combustibles, que hace del transporte un costo extremadamente importante.

La producción agropecuaria provincial es importante. Más de 50.000 hectáreas de limón, con una producción de más de 1,1 millón de toneladas de fruta destinada a la industria y a la exportación -según estiman los expertos-. Y la producción cañera -la más importante de la provincia, desde el punto de vista económico-: más de 270.000 hectáreas de caña, a partir de las cuales se producen unas 1,5 millón de toneladas de azúcar. Pero para ello hay que transportar por rutas y caminos valores mayores a las 15 millones de toneladas de caña con destino a los trapiches de los ingenios.

En granos se estarían alcanzaron una superficie cercana a las 190.000 hectáreas en soja, que darían al momento adecuados rendimientos; el maíz, con 90.000 hectáreas; y unas 25.000 hectáreas de poroto dan una idea de la gran necesidad de camiones y de movimiento de maquinarias y de vehículos que deben transitar las rutas y los caminos tucumanos.

Todos los años Tucumán enfrenta veranos lluviosos, que ponen de manifiesto la fragilidad de los caminos; sobre todo, de los rurales, por los cuales no se puede circular mientras dura el período de lluvias. Lo peor es que muchos caminos del campo tucumano funcionan como verdaderos ríos, sacando toda el agua caída, lo que demuestra que las obras de desagüe casi no existen.

Los caminos deben recibir un mantenimiento para una adecuada circulación de los vehículos de transporte y de cosecha. En muchas zonas los propios productores utilizan sus maquinarias, que no son las adecuadas, para realizar un cierto mantenimiento.

Una de las prioridades del Gobierno debe ser la de mantener en condiciones los caminos. Para ello, el trabajo en conjunto con los productores resulta fundamental; se debe tener abiertas las vías de comunicación, para conocer las necesidades.

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