A 10 semanas de su asunción, Biden busca el camino en un país dividido

A 10 semanas de su asunción, Biden busca el camino en un país dividido

Un plan de salvataje económico, vacunación masiva, políticas hacia los migrantes y vuelta a los aliados tradicionales marcan la nueva etapa.

DESAFÍO. Biden puso a su vicepresidenta a cargo de la cuestión de la frontera sur. DESAFÍO. Biden puso a su vicepresidenta a cargo de la cuestión de la frontera sur.

En las 10 semanas desde que asumió y a poco de cumplirse 100 días de lo que muchos consideran el día más nefasto de la democracia estadounidense en los últimos 100 años, Joe Biden ya ha trazado varias líneas de su gobierno. Desde que asumió el cargo, el 20 de enero, ha tratado de diferenciarse de la turbulenta presidencia de Donald Trump.

Algunas políticas, como el tratamiento a los migrantes o las decisiones ante la pandemia, muestran esas diferencias. Otras, explica el politólogo e investigador del Conicet Luis Karamaneff, están más allá del control de Biden y tienen que ver con la posición estructural del país.

Biden asumió la presidencia de Estados Unidos en un momento de gran polarización, que tuvo su peor momento el 6 de enero, con lo que ya se conoce como “el asalto al Capitolio” por parte de violentos seguidores de Trump, que intentaban evitar que se confirmara a Biden como ganador.

En ese aspecto, indica Karamaneff, después de una etapa de “retraimiento” en política exterior, el gobierno de Biden vuelve a mirar a sus aliados estratégicos, como Japón y la OTAN, con la idea de recuperar su posición de “líderes del mundo libre”, como les gusta definirse.

En el vínculo con Rusia y con China es donde se nota que no hay modificaciones estructurales, más allá de “mucha retórica pero poca sustancia”. “Estados unidos vuelve a poner en primer plano los aranceles al acero, la disputa geopolítica y el debate por el control de la tecnología del 5G con China, y la disputa aeroespacial con los rusos”, señala.

Un cambio de postura en política interior, pero que afecta de manera directa a Latinoamérica -en particular a México y al Triángulo Norte de Centroarmérica, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador- es la cuestión migratoria. Biden, no hay que olvidarse, es un especialista, que encabezó la comisión de Relaciones Exteriores del Senado durante muchos años.

Un primer gesto de la relevancia que busca darle es la decisión de poner a su vicepresidenta, Kamala Harris, a cargo de la cuestión, señala, como también lo es la decisión de mejorar las oportunidades en los países de origen para contener la llegada de migrantes: “Hay un cambio de matices en la política de los demócratas. Una posición un poco más receptiva, más amigable con los migrantes. Además, está haciendo movimientos para regularizar la situación de los sin papeles, como los “dreamers”, que llegaron cuando eran niños”.

En el plano interior, el plan de estimulo económico, sumado al plan de vacunación masiva, buscan un camino de salida a la crisis causada por la pandemia, explica el experto. El plan de estímulo económico es uno de los más extensos de la historia del país. Además de los cheques para los afectados, con una especie de asignación por hijo, incluye medidas como la prohibición de desalojo y estímulo para la creación de empleos.

Uno de los principales desafios que enfrenta esta presidencia es el de sanar una sociedad muy dividida y polarizada, en la que Trump y su mirada sobre la política tiene muchos apoyos. “Es un gobierno con muchas dificultades para pasar leyes -recuerda Karamaneff-, debido a la que tiene una mayoría muy estrecha en la Cámara de representantes y un virtual empate en el Senado”.

Una modificación interesante, si logran pasar la ley, son los cambios en la distribución distrital para la elección de Representantes. Se trata de una reforma política para promover el voto y aumentar la participación, un punto especialmente sensible, después de las acusaciones de fraude que hizo Trump.

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