02 Abril 2021
Viajó desde Tucumán hasta Alaska en bicicleta. En 1989, comenzó a pedalear y de lo único que estaba seguro era de su destino: el norte del continente. Santiago Aragón comenzó aquel viaje con apenas U$S 20 en el bolsillo y en el trayecto empezaron a crecer las ilusiones y a dejar el miedo detrás de cada kilómetro recorrido. Aquellos cuatro años que le llevó el viaje fueron un aprendizaje de vida.
"Un día llegué a mi casa y mi amigo Benjamín Salinas llamó para decirme si me gustaría ir a Canadá en bici. Le dije que me parecía mejor llegar hasta Alaska para que sea un recorrido hasta el final, y aceptó. Como no tenía bicicleta, el hermano de 'Benja' me prestó la suya y, después de hacerle los arreglos correspondientes gracias a la ayuda de muchos amigos, no dudé en emprender el viaje", rememora Aragón.
Aquel viaje le dejó muchas enseñanzas. A su regreso comenzó a trabajar con la fundación “Two Wheel view” (La visión de las dos ruedas), que desarrolla actividades con jóvenes y usa a la bicicleta como instrumento para llevarlos a una calidad de vida natural. Con esa premisa, en Tucumán, impulsó la fundación "Bicichangos".
"El mensaje que intentamos impulsar y transmitir a los chicos y jóvenes es que cuando proyectás algo, deseas algo y si te organizás, podés lograrlo", remarcó.
Érika Regner, otra de las impulsoras de "Bicichangos", conoció a Aragón y lo invitó a visitar el centro comunitario del barrio Álvarez Condarco, en la capital tucumana. "Allí compartieron charlas de motivación con los chicos, y jóvenes y trabajaron en la reparación de bicicletas -recuerda Aragón-; empezamos a hacer viajes de un día a El Cadillal, a Horco Molle, cada uno traía unas verduras y hacíamos una gran ensalada y en esas actividades buscamos transmitir la organización, la vida sana, la comida sana, la bicicleta para lograr los objetivos personales", resalta.
Valores sociales
Desde su creación, el objetivo de "Bicichangos" fue acercar experiencias de viajes y viajeros a grupos de jóvenes. "De esta forma -explica Aragón- tenían la posibilidad de aprender, obteniendo conocimientos sobre cultura general, además de generar una apertura que permita cultivar ciertos valores sociales".
Así fue el caso de Lucrecia Ricci, por ejemplo, que compartió algunas historias sobre ruedas, y les habló de la preparación física y de la alimentación adecuada para una óptima pedaleada. Sin embargo, la pandemia también los afectó, como a todo el mundo.
Las actividades se frenaron durante 2020, pero ahora quieren retomar, siempre y cuando la realidad lo permita. En base a la experiencia de esas charlas y motivados por el entusiasmo de estos adolescentes de entre 12 y 18 años, surge la idea de exponer a los jóvenes a nuevos desafíos utilizando la bicicleta y su contexto como motor de cambio.
Habilidades personales
"El objetivo principal del proyecto es concientizar a los jóvenes sobre la importancia del compromiso en equipo, el respeto, la solidaridad y la responsabilidad. Promover el desarrollo de capacidades y habilidades personales, utilizando como principales herramientas, tanto las experiencias compartidas, como los viajes en bicicleta. Luego de las diferentes charlas el proyecto fue tomando forma y evolucionando", explica Aragón.
"Bicichangos" es un proyecto colectivo al que Aragón le dio el puntapié inicial, pero en la creación del grupo también participaron Erika Regner, Roxana Aragón, Pablo Córdoba, Leticia Moyers.
"En las reuniones se intercambian opiniones, ideas, saberes, inquietudes y sueños, conformando un lugar de mutua contención, pertenencia y crecimiento para todos los integrantes del grupo". Así se presenta la fundación en su página de Facebook.
La solidaridad
La primera salida del grupo con los chicos y los jóvenes dispuestos a pedalear fue a la Reserva de Horco Molle, un espacio ideal para conectarse con la naturaleza y generar el sentido del compromiso, el respeto, la responsabilidad y la solidaridad, indispensables en experiencias de este tipo.
Como resultado de aquella exitosa primera experiencia en bicicleta, decidieron organizar un segundo viaje a la Quebrada de Lules. "Con todas estas gratificantes vivencias recolectadas a partir de los viajes y reuniones, percibimos que el esfuerzo y energía puestos en esta causa comenzaban a dar frutos. Decidimos seguir creciendo y aprendiendo junto con los adolescentes, con la esperanza y el deseo de poder en un futuro ampliar nuestro proyecto y extenderlo a distintas comunidades", rememoran en las redes sociales.
En Yerba Buena
Para este año comenzaron una serie de reuniones con autoridades de la Municipalidad de Yerba Buena para organizar una movida para este mes. "La Dirección de Deportes de Yerba Buena nos ofrece unas bicis del Banco Macro para que traigamos a los chicos y hagamos un recorrido por Yerba Buena, a lugares donde pueda ir los chicos y preparar un almuerzo y hacer las charlas", anuncia con entusiasmo Aragón.
Por supuesto que dependerá del comportamiento de la pandemia de coronavirus y el cumplimiento de los protocolos sanitarios. Aunque las ansias de volver a pedalear y compartir momentos están intactas.
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