Un viaje al corazón de Europa

Un viaje al corazón de Europa

Se cumplen 35 años de la publicación de El Danubio, de Claudio Magris. Es un homenaje y un testimonio.

Un viaje al corazón de Europa
28 Marzo 2021

Por Martín Mazzucco Cánepa - Abogado y escritor

La entrega del Nobel de Literatura es uno de esos acontecimientos anuales que -como los premios Oscar o la final de la Copa Libertadores- nos obligan a elegir un ganador entre los contendientes. Desde hace mucho anhelo que algún día el premio sea para Claudio Magris; específicamente, lo deseo desde el momento en que terminé de leer El Danubio, quizá el título más conocido del autor, publicado en 1986.

Si el recorrido de la travesía es más o menos lineal, no lo es el devenir de la narración, que se nos aparece como una suerte de fractal en el que cada lugar visitado conduce a una calle, a un nombre o a una historia que, a su vez, lleva a otros lugares para que la figura se repita. Esta es la razón por la que la lectura se detiene permanentemente para apreciar cada detalle de lo que Magris quiere rescatar en cada hito de su recorrido. Del mismo modo en que el amante del arte puede pasar horas delante de un altar barroco para contemplar hasta el mínimo recurso del escultor, los lectores de El Danubio podrían estar ese mismo tiempo sin dar vuelta la hoja, intentando abarcar cada referencia que Magris aporta desde su vastísima -pero nunca arrogante- cultura. Tanto es así que, hace unos años, un amigo me preguntó si conocía Austria. Le respondí que no, entendiendo que se refería a si había estado físicamente allí alguna vez, pero tuve la impresión de no ser exacto en la respuesta, ya que Austria no me es desconocida desde que Magris me la transmitió. A contramano de una época en que los viajes suponen placeres predeterminados para un turista modelo, El Danubio rescata a un viajero decimonónico que conoce el destino al que arriba porque entiende su historia y a sus protagonistas, y la narración con la que todo buen viaje debe concluir es tan auténtica que nos deja transportarnos a los lugares narrados.

Magris optó por un viejo y famoso río para seguir su travesía. Podría haber elegido a los Alpes o al Mediterráneo, pero para un hombre nacido en Trieste contarnos la Europa Central -aquélla que durante el siglo XX mutó década tras década en los mapas políticos- era una tentación lógica más que una arbitrariedad. No fue necesario inventar una trama compleja que sirva de justificación: el narrador inicia un viaje, y las buenas costumbres sugieren terminarlo. Desde las fuentes a la desembocadura del Danubio, todo lo que se narra merece guardarse en la memoria. En épocas donde las circunstancias impusieron ciertas limitaciones a nuestra intención de recorrer el mundo, reencontrarnos con este libro de Magris representa un placer inefable.

Pasadas las tres décadas de su publicación, El Danubio continúa siendo un firme habitante de estanterías en librerías cada vez más heterogéneas, mientras observa a sus compañeros eventuales de vida breve, que en poco tiempo truecan de “Más Vendidos” a “Saldos: 3x1”.

© LA GACETA

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