Una obra que sólo existe en la pantalla se remató a casi 70 millones de dólares

Una obra que sólo existe en la pantalla se remató a casi 70 millones de dólares

La tecnología otorga a través de nuevos códigos y archivos una autenticidad. Aseguran que no se puede copiar ni plagiar. No son fungibles ni tangibles.

“TODOS LOS DÍAS”. Durante 13 años el artista realizó 5.000 imágenes.  “TODOS LOS DÍAS”. Durante 13 años el artista realizó 5.000 imágenes.

El jueves pasado una subasta de Christie’s creó una línea divisoria en el arte, lo que no es poco. El mercado, las finanzas, la moneda y las propias teorías estéticas y hasta filosóficas quedaron en el centro del debate, que promete extenderse más.

Una obra de arte digital se vendió por casi 70 millones de dólares en la casa de remate, en la primera venta de ese nivel de una obra que no existe en forma física. Su única existencia está en la pantalla.

“Todos los días: los primeros 5.000 días” es una obra digital del artista estadounidense Mike Winkelmann, conocido como Beeple. Es un collage de 5.000 imágenes individuales, que realizó durante 13 años. Vale aclarar que iniciativas similares son ampliamente conocidos en este país.

De todos modos, la casa Christie’s colocó a Beeple entre los tres artistas vivos más valiosos, luego de Jeff Koons y David Hockney, El remate comenzó con una base de apenas 100 dólares y llegó a casi 70 millones en los minutos finales.

1.- La venta ha destacado la transacción con la criptomoneda ether (de Ethereum, similar al bitcoin, más conocido en estas tierras). Si bien no es una operación nueva, lo cierto es que en el mercado de arte lleva un poco más de un año, aunque con operaciones limitadas. Nunca antes se había llegado a un precio como con la venta de esta obra (al igual que el Bitcoin, el Ether puede llegar a millones). El mercado del arte se adaptó, de este modo, a una tendencia que, según sus operadores, es más transparente y da garantías de autenticidad.

2.- Se viene indicando desde hace varias décadas que la tecnología no solo influye en el arte, sino que lo transforma. Nadie duda ya de esta afirmación. El arte digital existe desde fines de los 60, 70, pero a través de procesos que se visualizan con banners, enmarcados, láminas, verdaderos cuadros. Se constituyó de esta manera en la expresión para la circulación de este arte. En esta provincia hemos observado de qué modo numerosos artistas incursionaron en el arte digital, pero sin mayores desarrollos (con algunas excepciones, por supuesto).

3.- Pero estas obras son distintas: son inmateriales, existen como software. Como se ha dicho en una nota anterior, son 100% digitales. Existen únicamente en las pantallas, no son tangibles, tampoco fungibles. El trabajo tiene la forma de un nuevo tipo de activo digital, un Token No Fungible (NFT), indican las agencias informativas y expertos en análisis artísticos. Los NFTs han permitido crear un gran mercado de venta de arte digital, así como de contenido digital coleccionable, desde gatitos criptográficos hasta videos de mates de la NBA, que en algunos casos se venden por decenas de miles de dólares. Cualquier imagen vale en el mundo del mercado del arte. Vale cualquier precio, debería agregarse. Un mercado especial porque su valor no depende de la oferta y la demanda.

Los NFT

4.- ¿Qué son los NFT? Un objeto único no fungible (NFT son sus siglas en inglés), elaborado a partir de una serie de códigos. La obra de Beeple, entonces, no solo es un collage de 5.000 imágenes sino que su composición construido con esos códigos lo harían única. La casa de subasta advirtió al comienzo del remate: “no puede en ningún caso ser copiado ni plagiado porque se ha creado con tecnología blockchain”, que es una base de datos privada, muy utilizada por los grandes bancos; como un libro de contabilidad, como un escribano que autentica.

5.- Las afirmaciones en relación a copias o plagios y la reproducción masiva solo pueden tener tener sentido para el mercado del arte. Ciertamente protegen el derecho de autor y por tanto, el derecho de propiedad; la autenticidad que le garantiza a los grandes capitales sus cada vez mayores inversiones, en un tiempo en el que las falsificaciones y las acciones de los hakers están al orden del día. Con estas obras, no podría suceder lo del documental de Netflix “Made You Look: Una historia real sobre arte falsificado” (2020). Se cuenta allí uno de los mayores fraudes de arte en Nueva York, durante dos décadas, que involucró a 60 pinturas falsificadas por un valor de 80 millones de dólares, y que fue advertido recien en 2008. Nada menos que un Pollock (Jackson) o un Rothko (Mark)

6.- Pero aunque algunos analistas de arte y críticos especializados se hayan apresurado a especular con el retorno del “aura” en la obra y, por tanto, su carácter único e irrepetible, sobre lo que tanto teorizó Walter Benjamin, deben puntualizares algunas consideraciones. La cita, que algunos teóricos como Julia Kristeva y Gerard Genette incluyen en la copia, el plagio, incluso el pastiche, es como tal un dato de la realidad. Un texto artístico entendido como una instalación o una puesta en escena, una coreografía, o una pintura, está construido por otros textos. Esos otros textos son citas, copias. En la actualidad, nada hay que no tenga ese anclaje: los otros textos funcionan de ese modo. Ese intertexto trabaja en distintos momentos; cuando Beeple dibuja, fotografía o pinta la obra diaria desde hace 13 años, por ejemplo. Pero igualmente cuando decide pasar a la composición, un collage que, desde lo tradicional, lo clásico, es lo opuesto a la composición. Los inversores podrán poseer la obra con los códigos que le den más seguridad. Seguramente en no muchos meses podrán multiplicar las ganancias. Pero en la cabeza del artista hay citas (o copias) presentes, ¿Se puede reproducir? Claro que sí. Pero no es la original, se objetará. ¿Pero cuál es? Y los interrogantes podrán seguir.

Cifras

7.- Números. Ya se dijo que la base fue 100 dólares y que finalmente se vendió por 69,3 millones de dólares. El evento fue seguido por 22 millones de visitas, y el pase mágico hasta la cifra final se debatió en los últimos 15 minutos. En la puja participaron interesados de 11 países. Finalmente ayer se conoció que el comprador fue Metakovan, un alias del fundador de Metapurse, el mayor fondo de NFT. No es muy aventurado sospechar que la maniobra de oferente haya hecho subir el precio intencionamente. Cosas del mercado, cosas de la subasta.

8.- El mes pasado, relata la agencia Reuters, un videoclip de 10 segundos que presentaba una imagen de un Donald Trump caído, también de Beeple, se vendió por 6,6 millones de dólares en un mercado de NFT llamado Nifty Gateway. “Este tipo de arte es casi imposible de falsificar y su proveniencia y originalidad está clara, algo que con el arte tradicional no siempre es el caso y requiere de expertos y terceros que certifiquen la obra”, explicaba en reciente entrevista un experto del mercado, Pablo Rodríguez Fraile, quien posse, además, una colección reconocida como una de las más grandes de América.

La tecnología y el arte no son opuestos; desde hace mucho que se ha abandonado esa idea de asociar la primera a la ciencia. Como también a esta última con el mismo arte.

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