“La Casa Histórica debe pertenecerle a Tucumán, no a la Nación”

“La Casa Histórica debe pertenecerle a Tucumán, no a la Nación”

Lo afirma Gabriel Miremont, uno de los museólogos más prestigiosos del país, apuntalando un debate en ciernes. Y también definió: “no creo en los museos virtuales”.

MONUMENTO NACIONAL. La Casa Histórica. (ARCHIVO) MONUMENTO NACIONAL. La Casa Histórica. (ARCHIVO)

“¿Papá Buenos Aires cree que Tucumán es un nene que no sabe administrar sus cosas?”, se pregunta Gabriel Miremont (foto), y de inmediato responde, con el énfasis que le pone a cada afirmación, que no tiene dudas: Tucumán debería hacerse cargo de la Casa Histórica. Una opinión que extiende a los grandes museos cuyos destinos decide, desde la Capital, el Ministerio de Cultura de la Nación.

Es un formidable tema de debate el que instaló Miremont, uno de los expertos en museos más prestigiosos del país. Y también un profundo conocedor de la realidad tucumana, a partir de lo mucho que viene haciendo aquí. No fue casual que viniera para presentar en la Casa Succar “Pensar y hacer museos-Museografía práctica”, un libro/manual de gran utilidad para quienes trabajan en el tema y también para los interesados en sumergirse en ese universo en el que la cultura aflora al alcance de todos.

El museo como experiencia es un tópico clave del libro y dispara, obligadamente, la influencia de internet en el futuro de la actividad. A lo que Miremont, con idéntica contundencia, replicó: “no creo en la virtualidad”.

La artista y docente Carlota Beltrame, una de las presentadoras, subrayó la deuda tucumana en materia de concursos para cubrir los cargos directivos en los museos. Algo que, según apuntó, está cambiando. También formó parte del panel el arquitecto Marcelo Beccari, quien en su rol de funcionario municipal trabajó con Miremont en proyectos desarrollados por la Ciudad. Los temas tratados dieron el pie para profundizar en la entrevista con el autor.

- ¿Cómo es eso de que no crees en la virtualidad?

- No creo en la virtualidad porque no es una experiencia completa y la vida es una experiencia completa. La vida es tridimensión, es temperaturas, es transpirar y sentir la energía del otro. Los objetos tienen energía; cuando estás frente a un original lo sentís. Por ejemplo, en la sala donde se juró la Independencia. O frente a un cuadro. Creo que la virtualidad tiene ese déficit que no termina de completar la realidad. Si tiene algo bueno es que te puede anticipar lo que vas a ver o darte una visión si no llegás a ese lugar. Hay límites físicos, límites económicos, por eso la virtualidad sirve para acercar, pero no completa la experiencia.

- Pero antes de la pandemia ya estaba el boom de los museos virtuales.

- Las páginas de los museos y los recorridos virtuales son increíbles -de hecho acabamos de ganar un premio con el recorrido virtual al Museo del Holocausto en Buenos Aires-. Pero cuando lo veo me digo: faltan un montón de cosas que las vivís cuando recorrés un edificio y en la pantalla eso no pasa.

- ¿Cómo es tu experiencia trabajando en Tucumán?

- Cuando uno hace museos reniega mucho, y Tucumán es donde menos me hicieron renegar.

- Por cómo funciona la provincia, debería ser al revés...

- Mi experiencia es totalmente opuesta. Lo primero que hice fue el museo de la Fundación Lillo, cuando me lo propuso Esteban Lavilla; después la Casa Belgraniana, el MIA (la casa del Obispo Colombres en el parque 9 de Julio), la Casa Succar, un montón de exposiciones temporales, también arreglé la Casa Padilla... Y mi experiencia con Tucumán es buenísima porque acá la gente tiene ganas de laburar, ganas de hacer; y el público tiene ganas de ver. Creo que se diferencia un poco de la región. Es una ciudad que tiene su propio carácter y una gran producción cultural.

- Bien, entonces ¿qué nos falta?

- Frío, me muero de calor cada vez que vengo (risas).

- Aquí nos la pasamos hablando de lo mucho que se hace en otros lados.

- El error es compararse, porque uno siempre quiere el palito de arriba. Los del interior se comparan con la provincia de al lado o con Buenos Aires; y Buenos Aires se compara con Estados Unidos... Y yo soy yo. ¿Viste cuando en tu casa te dicen “es tan rico que parece comida de restorán” y en el restorán te dicen “es tan rico que parece comida casera”? Bueno, ¿por qué no es rico porque es rico? Veo que en Tucumán se están haciendo museos, y esto no es política, sino realidad. Se está haciendo cultura, tanto de Provincia como de Ciudad hay un movimiento real.

- ¿Cómo se hace para que ese motor cultural funcione?

- Los museos tienen que ver con la comunidad, que es la que dice qué guardar, qué exhibir, qué quiere ver o de qué tema quiere que sea su museo. Eso es fundamental. Pero si una comunidad desea y quiere un museo, y el político no, no sucede. Entonces es muy importante que la comunidad cultural aprenda a comunicarse con los políticos. No los juzguen, háganse amigos, porque es el que va a tener la clave. Y es una cosa que está pasando acá, y no se replica mucho en el resto del país. A veces por mirar para afuera no atendés lo que pasa acá.

- ¿Cómo te imaginás el ámbito de los museos pospandemia?

- La gente conoce más los museos cuando viaja que a los de su ciudad. Te dicen me “encanta el Louvre”. Entonces preguntás “¿y en Tucumán qué fue lo último que viste?” Te responden: “ah, no voy a museos”. Lo importante es que la gente los tenga como una opción de su ciudad, que empiece a tenerlos como un plan que no sea sólo de viajes.

- El debate sobre la Casa Histórica siempre está presente. ¿Qué opinión te merece?

- Es algo que a mí particularmente me molesta. La Provincia está poniendo plata para que funcione el Museo Avellaneda; la Municipalidad lo mismo con otros destinos. Y me molesta que el Cabildo de Salta se administre en Buenos Aires, y que a la Casa Histórica le pase lo mismo. ¿O papá Buenos Aires cree que Tucumán es un nene que no sabe administrar sus cosas? ¿Por qué seguir pensando que todo tiene que venir de Buenos Aires?

- ¿Entonces?

- Creo que es al revés: la Casa Histórica, el Cabildo de Salta o el Palacio San José de Entre Ríos deberían pertenecerle a cada provincia. ¿Por qué no darles la potestad de administrar lo suyo? Si la Casa Histórica es un patrimonio tucumano, si habla de algo que sucedió en Tucumán, si es el momento histórico de Tucumán para el país, ¿por qué no puede ser tucumana? Después verán si es de la Provincia, o de la Ciudad, o piensan en un sistema mixto... Pero lo que no debe es ser de la Nación.

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