Cuando el hincha es más hincha que nunca

Cuando el hincha es más hincha que nunca

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Hoy, 7 de marzo, los hinchas de Racing celebran su Día. Y lo harán apenas horas después de sufrir su peor derrota en una final, 5-0 contra River en la Supercopa Argentina, en el flamante y lujoso estadio Madre de Ciudades, inaugurado a un costo de 1.500 millones de pesos en Santiago del Estero, una de las provincias más pobres de la Argentina. Ojalá el estadio tenga al menos un mejor uso que las instalaciones de los Juegos de la Juventud 2018, que fueron construídas en Buenos Aires con un presupuesto superinflado y con amigos contratistas y mucha menor indignación mediática. Lujos de rico, lujos de pobre.

Los hinchas de Racing celebran hoy su día en pleno debate sobre un proyecto que terminó, que tenía como cara visible a Diego Milito, y otro que comenzó con Diego Capria en lugar del ídolo y Juan Antonio Pizzi como DT y que el jueves pasado amagó jugarle de igual a igual a River, con la diferencia de que el rival lleva más de siete años en su proceso y la “Academia” apenas un puñado de meses. En algún momento, Racing hasta pareció a tiro del empate, pero desde el inicio quedó clara la sensación de que River podía liquidar el pleito apenas tuviera algo de suerte. La suerte, claro, que siempre lo ha encontrado trabajando. El dato de Marcelo Gallardo quedándose a dormir esa misma noche del triunfo en el predio de River para poder ver al día siguiente a la Reserva exime de cualquier otro comentario.

Al “Millonario” todo le sale bien. Entra el pibe de las inferiores (Julián Álvarez) y desequilibra el partido. Entra el nuevo refuerzo (Agustín Palavecino) y parece que ya debería ser titular. El líder histórico (Leo Ponzio) anuncia su retiro y ya está allí el sucesor (Enzo Pérez) más líder que nunca, tanto que, minutos después de conquistado el título, confiesa que, efectivamente, recibió a sus 32 años una oferta de Europa pero que decidió quedarse en River. Si hasta la partida de su jugador más importante (“Nacho” Fernández), lo que hubiese sido un drama para cualquier otro equipo, en River es vivido casi como una fiesta. “Me voy como mejor jugador y mejor persona”, dijo “Nacho”. Y todo comienza a tener sentido. El club de Núñez gana hoy y sigue construyendo para futuro. Es cierto que los barras fueron noticia mucho tiempo y que se precisó un desastre para frenarlos y por supuesto que hay altas y bajas, pero este ciclo de River se confirma como uno de los mejores que pueda recordar cualquier club argentino en toda su historia. Y de abajo para arriba. Y con Gallardo como referente ineludible. Claro que más de una vez ha demostrado que no digirió bien alguna derrota y que acaso se contradijo, pero es una cabeza de lujo para pensar el fútbol en la Argentina. El lujo es que también él siga aquí.

Los hinchas de River celebran su Día el 28 de septiembre porque en esa fecha nació Ángel Labruna. Pero todos sabemos que la fecha más festiva ya es la de Madrid, 9 de diciembre, el 3-1 a Boca en la final de la Libertadores. Y esa fecha, claro, le pertenece al “Muñeco”, que además, está cada vez más cerca de superar el récord de Labruna como jugador y DT con más títulos en la historia del club. Elegir el Día del Hincha no recuerda sólo a un gran triunfo o al nacimiento del ídolo. Recuerda especialmente al día que el hincha fue más hincha que nunca. Y es un recuerdo que, muchas veces, así es el fútbol, no nos habla de alegría sino del sufrimiento que implica esa pasión. O ambas cosas juntas. ¿O no fue sufrimiento de derrumbe y alegría de pertenencia para Racing la fecha del 7 de marzo de 1999 cuando unos 30.000 hinchas, más jugadores, cuerpo técnico y viejos ídolos, fueron al Cilindro de Avellaneda para cantar durante todo un “partido” que no fue tal?

Cuatro días antes, la síndico Liliana Ripoll había pronunciado una de las frases más recordadas en la historia del fútbol argentino (“ha dejado de existir Racing Asociación Civil”). Racing, que estaba en quiebra, no podía jugar entonces ese domingo por una decisión judicial, pero allí fueron igualmente todos a la cancha. Más que nunca. Ripoll dijo que, si bien no fue sutil, nunca se arrepintió de esa frase porque sirvió al menos para que los hinchas se movilizaran masivamente y recordaran que un club de fútbol es mucho más que un asiento contable, que presidentes fallidos y entrenadores y jugadores de posible paso fugaz. Y también que una derrota en una final. Por más dura que sea.

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