Lucía Piossek Prebisch: un homenaje a las ideas, al estudio y al amor

Lucía Piossek Prebisch: un homenaje a las ideas, al estudio y al amor

Fueron parte esencial de su vida. La UNT la recordará mañana con un encuentro virtual por YouTube.

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07 Marzo 2021

Hace pocos meses, en noviembre, Lucía Piossek Prebisch dejó a Tucumán huérfano de su pensamiento lúcido, y a la vez de una sonrisa tan cálida e irresistible como el placer de su conversación. El Día de la Mujer es el momento perfecto para brindarle un homenaje y así lo hará mañana la Universidad Nacional de Tucumán. “Sus cualidades son motivos suficientes para realizar este tributo tan merecido”, destacó Susana Maidana, encargada de coordinar el encuentro virtual que podrá seguirse desde las 19.30 por este enlace de YouTube.

Maidana colaboró con un texto para LA GACETA (ver Punto de vista) en el que anticipa el carácter que tendrá el homenaje: desacartonado, más volcado a las historias y a las ideas, tan al estilo de Piossek Prebisch, que a los currículums y las formalidades académicas. La iniciativa es de la Secretaría de Extensión, con el auspicio de la Facultad de Filosofía Letras, casa en la que la filósofa desarrolló su extensa y prolífica carrera proyectada desde Tucumán al mundo. También será la oportunidad para que el Centro Cultural Virla, involucrado en la organización, retome una agenda de actividades que quedó muy afectada por el año pandémico.

“Lucía también fue una maestra en su calidad de formadora de filósofos, de estudiantes, directora de tesis, de licenciatura, de doctorado. Ha sido una investigadora en momentos en que todavía no era algo usual en el mundo académico”, añadió Maidana.

Fueron numerosas las entrevistas que la filósofa brindó a nuestro diario, la última en mayo de 2019, a los 93 años. Fue, además, una permanente colaboradora de LA GACETA Literaria. En más de una ocasión se refirió al rol de la mujer y esta fue una de sus apreciaciones:

“Pude comprobar, año tras año, los enormes cambios en la condición de la mujer, particularmente a partir de su ingreso en el mundo del trabajo. No del trabajo de la mujer humilde, que desde siempre ha trabajado duro dentro y fuera de su casa, sino de la mujer de clase media. Hay que reconocer que esto fue posible, en buena parte, por el mejor conocimiento que la mujer tiene ahora de su condición corporal, gracias a la ciencia y la medicina. Y a propósito de su condición corporal, permítame decir algo sobre una cuestión muy delicada. El teatro en el que tiene lugar la dramática discusión actual sobre el aborto (discusión de carácter ético, religioso-teológico, médico, político, sociológico) es el cuerpo de la mujer joven. Pienso que en este punto se toma con un alto grado de simplificación el tema del derecho y la defensa de la vida. ¿Por qué digo simplificación? Porque no se suele distinguir, o casi no se distingue, entre vida biológica y vida biográfica. El dar a luz compromete de por vida, en sentido no sólo biológico, a una mujer, y en mayor medida cuanto más consciente es. Un embarazo fruto de una violación no es sólo un accidente pasajero en una existencia humana. La vida latente de un nuevo ser y la vida real biográfica de una mujer son ambas sagradas. El tratamiento de este problema crucial nunca puede ser simple”.

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