Por Guadalupe Norte
01 Marzo 2021
LOS MEJORES MOMENTOS PARA ESCUCHA. Al despertar, antes de dormir o durante una caminata.
Si hay algo que nos permitieron WhatsApp y las redes sociales es que prime la comodidad. A partir de la instantaneidad de los mensajes, las reglas de la comunicación en línea han cambiado y eso también implica haber adoptado algunos hábitos nuevos.
Entre ellos, una de las costumbres más curiosas tiene que ver con los audios que mandamos. ¿Por qué reproducimos nuestros propios mensajes después de enviárselos a algún amigo o conocido?
“Escuchar cómo sonamos y los matices que tiene nuestra voz es un gesto que remite a la autoestima y a la autopercepción. Por eso esta práctica involucra un poco de narcisismo y puede ayudarnos a detectar y reflexionar sobre la manera en que nos presentamos ante el mundo”, comenta la coach ontológica Marta Hynes.
Además, es sobre todo frecuente en personalidades sensibles a los detalles o gente perfeccionista. “Los códigos que manejamos con WhatsApp hacen que los mensajes tengan menor 'curaduría'. La mayoría apretamos send con cada oración y emoji en lugar de crear párrafos completos. Parece una tontería, pero este acto alude a las dosis de ansiedad que desarrollamos. Por eso, no sorprende que queramos escucharnos otra vez para intentar explicar lo mejor posible las cosas”, reflexiona Hynes.
Según la especialista en inteligencia emocional, lo interesante del hábito es que también podemos usar el servicio de mensajería como un recurso para cambiar emociones negativas o rutinas nocivas.
“En el coacheo se trabaja bastante con la configuración neurolingüística y las afirmaciones positivas. En este sentido, algunos ejercicios recomendados son grabar automensajes con las metas que queremos alcanzar o colocar en el calendario de Google algunos alientos diarios. También sirve crear una carpeta de imágenes para visibilizar nuestro objetivo y mantener en los chats conversaciones con un lenguaje afirmativo”, detalla.
Es decir, sin usar palabras como “no”, “quizás” y “tal vez” ni oraciones en que hablemos de necesidades sin fijar tiempos concretos (por ejemplo: es mejor textear “voy a ir al gimnasio todos los martes” antes que “tengo que arrancar el gimnasio, quería ir los martes”).
“El lenguaje que maneja nuestra mente influye en la percepción de lo que hacemos o deseamos y aquello que se escucha (sean palabras de ánimo propias o ajenas) es un cimiento importante”, agrega el coach cognitivo Javier Trivino.
Durante los últimos tres años, este fue el motivo de que los podcasts de mindfulness o coach ontológico sean tendencia en iTunes y Spotify.
“Para que funcione no basta con enchufarnos los auriculares y listo, sino ejercer una escucha consciente, entender las frases que se dicen y complementarlas con una respiración pausada y asertiva. Los mejores momentos para utilizar esta clase de podcasts es antes de dormir, al caminar o durante la mañana apenas nos levantamos. La reiteración hace que de verdad funcionen, pero lo mejor siempre es escucharnos a nosotros mismos para que el impacto de esas metas por lograr sea mayor”, afirma Trivino.
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