Excremento de aves: el fertilizante infalible en pleno desierto

Excremento de aves: el fertilizante infalible en pleno desierto

Los usaban en Atacama desde mucho antes del arribo de los incas. Luego fue el “oro blanco”.

ARIDEZ. Atacama (norte de Chile) es una de las zonas más secas del mundo. ARIDEZ. Atacama (norte de Chile) es una de las zonas más secas del mundo.
01 Marzo 2021

Mucho antes de la llegada de los incas, hubo comunidades agrícolas que prosperaron en el desierto de Atacama, una de los zonas más secas del mundo. ¿Cómo consiguieron sacar adelante los cultivos en un lugar donde llueve una vez cada varios años y sin el desarrollo de los complejos sistemas de riego incaicos? Usando el excremento de aves marinas como fertilizante.

Así lo determinó una investigación publicada por BBC Mundo y que consistió en el análisis de 246 cultivos y plantas silvestres encontrados en 14 sitios arqueológicos en Atacama, al norte de Chile. Estas plantas corresponden a un período de casi 3.000 años que abarca desde las civilizaciones antiguas hasta la conquista de la región por parte de los incas, concretada en el año 1450, poco antes del arribo de los europeos a América. El equipo de investigadores estuvo integrado por Francisca Santana-Sagredo, Julia Lee-Thorp y Rick Schulting.

Lo que se encontró en esas plantas fueron isótopos de nitrógeno que pueden actuar como trazadores de procesos bioquímicos naturales. “Cuando observamos los restos de cultivos arqueológicos, como el maíz, la calabaza y los chiles, encontramos proporciones de isótopos igualmente altas en plantas que datan de alrededor del año 1000 en adelante”, explicaron.

“Nuestra investigación encontró que las personas en las antiguas comunidades de Atacama obtuvieron esos altos valores de isótopos de nitrógeno de los peces, solo que fue indirectamente, a través de las aves marinas, que comieron el pescado y luego lo excretaron como guano, que se convirtió en fertilizante para los cultivos”, detallaron los miembros del equipo.

El informe de BBC Mundo apunta que si bien hubo indicios de que las altas proporciones de isótopos de nitrógeno aumentaron notablemente en los granos de maíz desde el año 1000 en adelante, lo que indica un aumento considerable en el rendimiento de los cultivos y permite asentamientos más grandes, algunos granos carecían de esta evidencia. Más bien mostraban signos de otros fertilizantes como abono verde o estiércol de llamas y de sus parientes.

“Pudiera ser que algunas familias o clanes tuvieran vínculos privilegiados con la costa -a unos 90 kilómetros de distancia- y pudieran obtener guano de aves marinas y utilizarlo principalmente para su propio beneficio como fuente de poder y prestigio -indican los investigadores-. El desierto floreció, pero para algunos más que para otros”.

La fertilización del guano continuó en los períodos incaico y colonial. A principios del siglo XIX se hizo más conocido en todo el mundo como un superfertilizante. Cada año se enviaban cientos de miles de toneladas al extranjero, principalmente a EEUU y a Europa; fue en ese momento cuando el guano se conoció como “oro blanco”.

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