En Tucumán, el scrum sin disputa genera rechazo

El scrum es no sólo la formación más distintiva del rugby, sino también la que por lejos mayor cantidad de ajustes reglamentarios recibe, siempre en pos de brindar mayor seguridad a los jugadores que intervienen en ella. Sin embargo, cada modificación suele venir acompañada de intensos debates, en muchos casos por entender que se atenta contra la esencia del juego. Así y todo, pocas levantan la polvareda que generó la decisión de la UAR de que el regreso a la competencia se haga con un scrum ficticio, en el que no habrá posibilidad de disputa de la pelota. Es decir, el scrum popularmente conocido como “tira, saca”. Si bien luego se aclaró que tal medida obedecía a razones de seguridad, habida cuenta el prolongado tiempo de inactividad que arrastran los jugadores, igualmente se desató una ola de críticas a nivel nacional hacia lo que se tildó como una variante injustificada. En Tucumán, la opinión mayoritaria también se volcó hacia la oposición, y se reflejó con crudeza en las redes sociales. Para muchos, un scrum sin empuje no es scrum, y rugby sin scrum no es rugby.

“No estoy de acuerdo. Entiendo que se busca reducir riesgos, pero le quita esencia al rugby en sí. Creo que deberían seguir apuntando a la prevención de lesiones, pero sin quitarlo del juego”, opina Matías Orlande, primera línea de Natación.

“Me parece que cada vez que hay una situación incierta, el que paga los platos rotos es el scrum. Siempre los ajustes vienen por ahí. Creo que no se lo valora como el arma estratégica y psicológica que es. Además, encierra los valores que nuestro deporte pregona, como la lealtad y el trabajo en equipo”, resalta Federico Lazarte, de Los Tarcos. “Si la medida fuera para juveniles lo entendería, porque ahí no hay un seguimiento tan detallado sobre la preparación física de los primeras líneas. Pero los mayores jugamos hace mucho tiempo y nos seguimos entrenando mientras no hubo rugby. Además, si vamos al caso, hay otras situaciones en las que también correríamos riesgo si no estuviéramos bien entrenados. Un tackle, una mala caída en un line, o si se derrumba un maul. Si se duda de nuestra condición física, debería pagar todo el juego, no sólo el scrum”, completó el hooker de los “Rojos”.

Ventajas

Uno de los cuestionamientos sobre la medida apunta a que, al no haber disputa en el scrum, el rol principal de los primeras líneas quedaría desdibujado. Algo que afecta principalmente a aquellos equipos que se valen del scrum entre sus mejores armas de ataque y sumisión psicológica del rival. Lince, por caso, es uno de los que se caracteriza por tener un scrum muy duro. “Por un lado, creo que la decisión tiene su lógica, porque el scrum es una formación compleja y se debe entrenar bien. Personalmente, me encanta jugar el scrum, el empuje, pero es una realidad que no pudimos tener mucha continuidad por la pandemia, y por eso buscan prevenir lesiones”, reflexiona Ramón González, pilar de los “Grises”. “Sería importante que esta regla se use tal cual y que no haya quienes traten de sacar ventaja, haciendo formar jugadores que no sean primeras líneas aprovechando que no hay disputa”, advierte.

Bernabé Alzabé, entrenador de M17 de Lawn Tennis, opinó que, si es por seguridad, está a favor de que se quiera cuidar a los jugadores. “Pero me parece que se podría haber implementado algo más progresivo y no tan tajante. Cortar el scrum de esa manera no me parece la solución. Se pueden pensar en otras medidas para llevarlo fecha a fecha”, dijo.