Desde hace 12 años, los Timo rinden tributo a Serrat y Sabina

Desde hace 12 años, los Timo rinden tributo a Serrat y Sabina

Lo que comenzó para Rodolfo como darse un gusto al cumplir 50 años, se transformó en un proyecto artístico junto a su hijo Luciano.

“DOS PÁJAROS DE UN TIMO CONTRATACAN”. Rodolfo y Luciano recorren canciones de Serrat y Sabina.  “DOS PÁJAROS DE UN TIMO CONTRATACAN”. Rodolfo y Luciano recorren canciones de Serrat y Sabina.

En 2008, Rodolfo Timo cumplió 50 años. No podía ser un festejo más: decidió darse un gusto a lo grande, tan grande como rendirle tributo a uno de sus máximos ídolos de la canción, Joan Manuel Serrat, a quien seguía desde hacía tres décadas.

“Lo conocí cuando vino a presentar el disco ‘Mediterráneo’ en el club Caja Popular. Entonces comprendí que era lo mío, lo que disfrutaba, lo que me identificaba; siempre estuve relacionado con la música, fui al Conservatorio, tocaba la guitarra y pertenecí al coro de ‘Mi Bella Dama’. Pero ese año resolví montar un espectáculo tributo a él en algún teatro”, recuerda.

En ese momento, Serrat estaba en gira con Joaquín Sabina, que también prendió en su oído desde que su hijo Luciano cantaba algunas de sus canciones. “El color de voz de ambos era muy parecido, y le pregunté si se animaba a sumarse al proyecto que debutó en el Centro Cultural Virla, y que seguimos haciéndolo hasta hoy en distintos espacios de Tucumán, Buenos Aires, Salta, Santiago del Estero, Santa Fe y Santa Cruz”, se entusiasma.

Ese recorrido por salas y pubs lo llevará etsa noche, a las 22, a Viva Perón Bar (Miguel Lillo 388), en la última función programada en este lugar de “Dos pájaros con un Timo contratacan”, segunda parte de su show original.

Luciano suma su palabra:lo más destacable de Serrat y de Sabina son sus letras; las del catalán son como una banda sonora de la vida de todos, con cosas con la que todos nos identificamos, que todos queremos decir y no sabemos cómo; mientras que el de Jaén tiene un contenido más metafórico, relacionado al desamor y episodios de la vida cotidiana, y mientras más triste, mejor como él dice”.

El espectáculo fue modificándose a través de los años y del tamaño de los distintos escenarios, confiesa Luciano. Llegó a haber una banda de 11 integrantes y un grupo de danza; mientras que ahora el formato es más pequeño, casi íntimo, con cinco integrantes. Algo no cambia: él se guarda la voz de Sabina y su padre, la de Serrat, incluso cuando interpretan temas del otro compositor. “Siempre hay alguna sorpresa”, afirma Rodolfo.

Sobre el escenario, la relación padre-hijo está presente: “es parte de la esencia del grupo, que es como una gran familia que incluye también a los músicos. Jugamos mucho con ello y con la diferencia generacional. La gente lo disfruta mucho y ni hablar de lo lindo que es compartir una pasión con los seres más queridos y cercanos”, afirma el menor del dúo.

Pero hay algo más aparte de este tributo, ya clásico en la provincia. Timo hijo está “en la búsqueda de mi universo interno, de lo propio, de lo nuevo; a veces es difícil encontrarlo, pero trato de trabajar día a día para ir desarrollándolo”.

La crisis de la pandemia agravó un estado de cosas en la provincia. “En Tucumán siempre existió una especie de maltrato hacia el músico, en términos de pago o de condiciones. Todavía hay muchos lugares que implementan sistemas que requieren más esfuerzo del artista y siempre hay un riesgo económico, sobre todo en nuestro caso, donde la propuesta es tocar en vivo. No vivimos de esto, pero no somos ajenos a la situación general y a lo difícil que es este trabajo. Sabemos que a muchos espacios les cuesta llevar adelante su emprendimiento en una economía como la nuestra y somos conscientes de que el trato hacia las bandas fue evolucionando para mejor a través de los años, y esperamos que así continúe”, concluye Luciano.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios