Caso Lebbos: “tienen tres días para hacer las imputaciones que postergaron años”

Caso Lebbos: “tienen tres días para hacer las imputaciones que postergaron años”

Alberto Lebbos pide que la Justicia impute a los acusados por el crimen de su hija antes de que la causa prescriba.

INQUEBRANTABLE. A 15 años del crimen de su hija, Alberto Lebbos aún exige Justicia. La causa podría cerrarse. la gaceta / fotos de diego aráoz INQUEBRANTABLE. A 15 años del crimen de su hija, Alberto Lebbos aún exige Justicia. La causa podría cerrarse. la gaceta / fotos de diego aráoz

A sólo tres días de que la causa por el crimen de Paulina Lebbos prescriba y se garantice la impunidad de los implicados, la Corte Suprema de Justicia dejó firme la sentencia que dictó un tribunal el 25 de febrero de 2019, en el que solicitó que se investigara a Sergio Kaleñuk, César Soto y Esteban Gómez por el crimen de la estudiante y a una veintena de personas por diferentes delitos. Alberto Lebbos, entre otras cosas, recordó el dolor que carga sobre su espalda desde hace 15 años y le pidió medidas urgentes a la Justicia para que impute a los acusados por el asesinato de su hija.

-¿Qué piensa sobre la decisión que tomó la Corte Suprema de Justicia? ¿Llega tarde o en el momento indicado?

- No llega tarde, llega tardísimo. Esperábamos que confirmaran lo que pedíamos en nuestra apelación, pero en su lugar dejaron firme la sentencia de la Sala III. En fin, espero al menos que ahora (Eduardo) Di Lella vaya a la cárcel y no al sanatorio Modelo alegando una enfermedad. A diario se lo ve realizando deportes en avenida Perón. Esta demora de la Corte muestra la deuda terrible que tiene el Estado con las víctimas. Al final las causas prescriben porque todos los jueces se excusan. Esa deuda, además, requiere una obligación a los otros poderes, no sólo al judicial.

- ¿A qué se refiere?

- Los legisladores nacionales (diputados y senadores) deben cambiar las leyes. Hace un tiempo, y con buen tino, se determinó que las causas de lesa humanidad no podían prescribir en nuestro país. Fue algo acertado, por eso ¿cómo un homicidio en democracia puede prescribir a los 12 o 15 años, dependiendo el caso? No puede ser, un crimen no puede proscribir nunca; tampoco una causa por abuso sexual ni un delito cometido por funcionarios públicos. Sale muy barato delinquir. Las sanciones deben ser duras.

-¿Que se haya dejado firme la sentencia no cambiará nada entonces?

- El 25 de febrero de 2019 estaban dadas todas las condiciones para que se empezara la investigación contra todos los acusados del crimen de Paulina. Ahora con la sentencia firme, el Ministerio Público Fiscal (MPF) tiene tres días para hacer las imputaciones a los acusados, si no la causa prescribirá y se concretará el peor escenario: la muerte de mi hija será un crimen perfecto. Nadie paga por lo que hizo. El nuevo Código Procesal Penal no me permite a mí como querellante pedirle medidas a la Justicia. La causa está a punto de cerrarse; el Ministerio Público nunca debió esperar la sentencia firme para ordenar las imputaciones de los acusados por el homicidio; no hacía falta esperar a este día. ¿Por qué el MPF no impulsó en este tiempo que se investigara a (el ex fiscal de la causa) Carlos Albaca y (al ex gobernador) José Alperovich? Porque hay una decisión política para que no se avance.

-¿Ve eso reflejado en otras causas?

-En miles. El problema es que no se sanciona a quienes posibilitan eso. Basta con recordar uno de los casos más recientes en nuestra provincia: el de Paola Tacacho. ¿Hubo alguna sanción para el juez Francisco Pisa? No, se va a jubilar seguramente. ¿Hubo consecuencias para los funcionarios (judiciales) que obraron mal en esa y en otras causas? Tampoco. Al único que sancionaron por otros temas es al juez Enrique Pedicone. Personalmente presenté 150 escritos al Congreso, a distintos senadores. A todos, oficialistas y opositores, les pedí que investigaran la conducta de Alperovich en Tucumán. Y esto fue mucho antes de que su propia sobrina lo denunciara por abuso sexual.

- ¿Qué puede decir sobre la hipótesis de la participación de los “hijos del poder” en el crimen de su hija?

- Que las pruebas están ahí. Siempre estuvieron y de hecho en últimas ediciones de LA GACETA se recordó cada una. ¿Qué pasó? ¿Por qué no avanzaron los fiscales? Sergio Kaleñuk es hijo del secretario de Alperovich (Alberto Kaleñuk) y tiene de todo en su contra. Nadie así va en “cana” aquí. Y no somos los únicos que sufrimos esto.

-¿Se puede decir que este fue un caso caliente por sus componentes?

-No. Fue un caso más de los tantos que sufrimos como sociedad tucumana. Gracias a Dios esta causa se volvió pública y llegó a ser tema de los medios nacionales incluso. A pesar de eso pienso en toda esa gente que sigue invisible. En todas las víctimas que fui conociendo en estos años, en todos esos casos impunes que se van diluyendo en el tiempo. También espero siempre que la sociedad se involucre aún más con estos temas, porque la impunidad cada vez es peor, y a cualquiera le puede pasar lo que vivió Paulina. No hay que esperar a ese día para decir basta.

- ¿Cómo fueron estos 15 años sin su hija?

- Son días duros. Son mazazos que a uno le dan a diario. Es difícil ponerlo en palabras. Convivimos a diario con la tristeza, el enojo y la desilusión. Nos reconfortan los amigos y el apoyo que nos brinda la sociedad en nuestra lucha. Paulina quería ser periodista, y es imposible no hacer un paralelismo cuando me entrevistan sus colegas. En todos estos años, dejé de leer y de ver series policiales o que involucraran aunque sea superficialmente un homicidio. No quería saber nada relacionado hasta que me enteré de que Claudia Piñeiro había escrito una novela inspirada en lo que habíamos sufrido (Los Lebbos y otras familias). Le agradecí mucho, porque reflejaba todas esas situaciones horribles que no podemos expresar nosotros: “no sólo te quitan a una hija, la pérdida es enorme”.

- ¿Algo cambió en estos 15 años tras el crimen de Paulina?

- Una cosa sí. Para las nuevas generaciones es casi impensado, pero 15 años atrás era inimaginable ver una marcha frente a Tribunales. Estaba ese miedo hacia el funcionario, hacia quienes integraban la Justicia. Ahora es algo que se realiza siempre después de un crimen o delito grave. Al menos se perdió ese miedo. Hoy le pido a la gente que se siga involucrando, que no se quede en la comodidad del “a mí no me va a pasar”, porque un día pasa ¿quién no conoce a alguien que haya perdido a un familiar a manos de asesinos? Hay que luchar contra esa resistencia al cambio que tiene el Estado; no quieren cambiar las cosas que fallan, lo ven cómo una debilidad.

- ¿Marcharán esta semana pidiendo Justicia?

- Hoy (ayer) marchamos, como todos los martes a las 20. El viernes 26 de febrero, como todos los años, volveremos a marchar desde las 17 por el aniversario del crimen Paulina. Hay una necesidad imperiosa de que el Ministerio Público Fiscal haga las imputaciones que dejó pendientes desde hace tantos años. Ojalá el viernes no tengamos que lamentar que hayan dejado prescribir la causa.

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