Tuvieron resto para más de un deporte

Tuvieron resto para más de un deporte

Encasillar a alguien en una especialidad deportiva se complica cuando incursiona en más de una actividad. Ellos son los ejemplos de deportistas, a secas. Ni futbolistas, ni pilotos, ni basquetbolistas, ni ciclistas: deportistas apasionados. En la provincia, el país y el mundo, hay infinidad de atletas que hicieron otra actividad que los atrapó más aún. Es que no se aguantaron las ganas, quisieron concretar un sueño o lo usaron como excusa para entrenarse para su deporte de base.

 Tito Sánchez Tito Sánchez

Tito Sánchez
Cómodo con todos

Ni uno, ni dos, ni tres, ni cuatro... ¡cinco! Ese es el número de Tito Sánchez deportista. El orden va así: tenis, karting, rally, pádel y enduro. El concepcionense, por lógica de su lugar de nacimiento, tierra de Nasif Estéfano; y por el apellido, es hijo de Víctor Sánchez, sobrino segundo de Roberto y, por el lado materno, sobrino de Rubén Posse y primo de Juan María, tiene más “deporte tuerca” en su currículum que de otro tipo.

“Todos son deportes que realmente me apasionan y me siento muy cómodo haciéndolos. Logré ganar trofeos en todos”, contó Sánchez que tenía planeado correr el Campeonato Tucumano de enduro el año pasado, pero la pandemia frenó a la moto. “Empecé con el tenis a los cuatro años porque había visto jugar a chicos más grandes y le dije a mi mamá, Judith, que quería hacerlo. Lo practiqué con muchísimo entusiasmo hasta los 16 años, jugué torneos nacionales y estuve bien posicionado en el ranking”, recordó.

“En 2013 me pica el bichito del karting, fue una hermosa etapa. Mientras tanto, siempre practiqué otros dos deportes, pero como hobby: enduro y pádel. Quizás son los dos que más hago. En fin, siempre que haya un deporte y una competencia, me gusta hacerlo”, reconoció el múltiple deportista.


Fernando Robles
Del básquet al fútbol y de arquero a delantero

Quedó demostrado que Fernando Robles, jugando al fútbol, era letal marcando goles de cabeza. Y que jugando al básquet en Concepción BB, volcaba la pelota en el aro con mucha elasticidad.

“Al básquet jugué desde los cuatro años hasta los 19 y al fútbol en Primera, desde los 17 hasta los 40”, detalló “El Gaucho”, ídolo de dos Atlético, Concepción y Tucumán. Al básquet también jugó para Libertad de Sunchales, con apenas 16 años. “Jugué el TNA y después de un año me volví. Empecé a jugar de delantero en el fútbol porque antes, entre los 11 y los 16, era arquero. Jugando para el equipo de mi barrio, el 20 de Junio, un día me vio un dirigente de los ‘Leones’ y ahí comencé una linda carrera”, contó Robles.

En 1995, cuando empezó a formar parte del plantel profesional “decano”, siguió sólo con el fútbol. Hay también una explicación de por qué en la cancha estuvo en dos puestos distantes en los extremos. “Me hicieron cinco goles una vez. Ese día me amargaron tanto que no fui más al arco. Me dediqué a hacer lo mismo que me hicieron a mí: amargar a los arqueros”, sentenció “El Gaucho”.


Martín Terán
Dos tries en un Mundial y un gol salvador

Dos tries a Australia (después campeón mundial en la Copa del Mundo 1991 que se disputó en Inglaterra), y un gol que salvó del descenso a Atlético en la temporada del Nacional 1996/1997 son las reliquias deportivas que guarda Martín Terán. Fue Puma y “Decano”. En el rugby debutó en Tucumán Rugby a los 19 años y ganó de todo con el club, también con la selección tucumana y, además del Mundial 1991, jugó el de 1995 en Sudáfrica.

Muy joven, a los 26 años, y en un gran momento de su carrera como rugbista, pese a tener ofertas para jugar en el exterior, decidió dar prioridad a otras cosas de su vida. El fútbol también era su pasión y el destino le dio al ex wing de rugby la chance de jugar profesionalmente como delantero en el equipo del que es simpatizante. “Jugando al fútbol con amigos, entre ellos había dirigentes del club, me entusiasmaron para que me probara en Atlético. Allí comenzó todo. Y fue como tocar el cielo con las manos”, contó Terán en un reportaje en LG Deportiva.


Diego Fort
Un mundo que ni sabía que existía

El ganador del premio LA GACETA en squash, Diego Fort, dejó de empuñar la raqueta para agarrar firmemente los puños de la mountain bike. “Empecé con la ‘bici’ como complemento para el squash y me enganchó mucho. Es un deporte completamente distinto: en el squash estas encerrado en cuatro paredes”, describió. “En la ‘bici’ salís y en una hora estás en lugares que ni sabía que existían”, agregó.

“Después de un año sin correr quedé quinto en mi categoría y noveno en la general”, contó con orgullo Fort el rendimiento que tuvo en la carrera. En 2019 se subió a la bicicleta de montaña. “Corrí en Tapia, en Promocional, y quedé segundo. Pero fue en el Trasmontaña cuando el mountain bike me atrapó del todo”, reconoció.

Como viene el pedaleo, no es muy descabellado pensar que la historia exitosa del squash se pueda repetir en el ciclismo. De seguro, tendrá que trabajar intensamente si se plantea ese objetivo. “Al squash, jugué tres años. Salí campeón anual de Primera en 2018, segundo en la Liga de las Misiones en Paraguay y en un nacional disputado en Salta”, seleccionó Fort sus logros más importantes con la raqueta.

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