Batallas subterráneas en el PJ
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A falta de un armado opositor que se muestre a priori cercano a arrebatarle las riendas del Gobierno, el PJ tucumano se enfrasca en internas ante las tensiones que afloran entre sus dos líderes, el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo.

Es cierto que el diálogo entre el jefe del Ejecutivo y el presidente de la Legislatura mostró signos de mejoría con relación al primer semestre de 2020, cuando llegaron a pasar más de una semana distanciados. De hecho, ayer compartieron actividades por la visita del ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, con Jaldo haciendo las veces de “local” cuando la comitiva se trasladó a Trancas. Alrededor de la mesa del almuerzo no había manzuristas ni jaldistas: eran todos peronistas. El pragmatismo es el eje conductor de la dinámica entre el “uno” y el “dos”.

Por lo bajo, en cambio, los chispazos son permanentes. Como en la Guerra Fría, a veces da la sensación de que cualquier excusa puede ser buena para apuntar los misiles. Aunque en las alturas el trato sea cordial y amigable, en la dirigencia olfatean las diferencias y van tomando posición por uno u otro. No es momento de pintadas ni de rupturas. De hecho, quienes juegan a dos puntas todavía tienen un amplio margen de acción. Pero ejemplos de tensiones sobran en el PJ.

Esta semana se inauguró el capítulo “Defensoría del Pueblo”. La Legislatura designó en 2016 al actual ombudsman, Fernando Said Juri Debo, quien finaliza su gestión el 8 de marzo. La Constitución provincial le permite ser reelecto una vez. Así que el ex legislador justicialista se inscribió para el período 2021-2026. Pero entre los 51 candidatos a defensor del Pueblo apareció un nombre que amenaza con truncar sus aspiraciones: el legislador jaldista Eduardo Cobos. “Ponele una ficha”, respondieron en la Cámara provincial sobre esta alternativa. ¿Se trata de una reacción por la afinidad de Juri Debo con Manzur? Es factible. Pero lo cierto es que el ombudsman nunca tuvo llegada entre –valga la paradoja- los representantes del pueblo. En los cinco años que lleva en el cargo, jamás pudo exponer en el recinto de la Legislatura su informe anual de gestión. Para ello, el contador llegó a solicitar formalmente la convocatoria a una sesión especial y pública, algo que establece la ley de creación del organismo. Pero todo indica que finalizará su primer mandato sin que ello ocurra. Juri Debo otra vez se tuvo que conformar con entregar el balance anual a través de mesa de entradas en el edificio de Muñecas al 900.

¿Se trata de un espacio de gestión que amerite una ruptura en el oficialismo? Para nada. Es más: Manzur y Jaldo hasta ayer por la tarde no habían tocado el tema. Entonces, a pesar de los dimes y diretes en torno al asunto, lo más probable es que el nombre del próximo defensor del Pueblo (sea Juri Debo u otro) salga de un acuerdo que insumirá un puñado de minutos.

En la “ciudad del limón”

Las tensiones oficialistas en Tafí Viejo también quedaron enmarcadas en la interna Manzur-Jaldo. Pero por el momento es un partido que se juega a nivel local entre el intendente, Javier Noguera, y otros dos referentes peronistas de la “ciudad del limón”: el jefe del bloque oficialista de la Legislatura, Roque Tobías Álvarez, y el prosecretario legislativo Alejandro Martínez. Parecía que la disputa había tenido su punto de ebullición el año pasado, cuando la “vieja guardia” le arrebató la conducción del Concejo Deliberante de Tafí Viejo al armado del intendente. El disfrute por aquella votación se puede ver plasmado en la foto que, poco después, se tomaron los miembros de la nueva mesa de autoridades taficeña junto a Jaldo, a Álvarez y a Martínez, todos en el despacho del vicegobernador.

Este episodio, sin embargo, podría verse reducido a una anécdota si se tiene en cuenta el nuevo cruce entre los ediles afines a la “vieja guardia” y el noguerismo. Ayer, la mayoría del Concejo derogó la creación del sistema de transporte público de pasajeros “EcoBus”, una iniciativa que el propio Noguera había dispuesto a través de un decreto ad referéndum del cuerpo vecinal. En el espacio del intendente, afín a la Casa de Gobierno, no dudaron en deslizar que el jaldismo estuvo detrás de lo que pasó. Mientras tanto, quienes responden a Álvarez y a Martínez sostienen que el jefe municipal no debería haber avanzado con la conformación de un servicio de ómnibus desde el Departamento Ejecutivo, dado que se trata de un asunto de competencia específica del Concejo. Al margen de ello, todo hace pensar que la polémica sumará nuevos capítulos y acusaciones cruzadas. ¿Puede haber una fractura entre Manzur y Jaldo por la interna en el PJ taficeño? Como en el caso del defensor del Pueblo, lo más factible es que la dupla gobernante imponga su pragmatismo para buscar a un acuerdo y, dado el caso, evitar que la sangre al río.

Sin embargo, estos sucesos que dan por lo bajo en la estructura justicialista les sirve a los conductores para medir fuerzas. Manzur sabe que pronto perderá el poder, pero no debe permitir que eso se perciba. Y Jaldo necesita avanzar en la conquista de espacios si quiere quedarse con la Gobernación en 2023. Mientras la oposición no genere una figura que sacuda la estructura oficialista, esa será la dinámica entre los jefes del PJ.

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