Manzur, Jaldo y una vía de escape para la interna del PJ

Manzur, Jaldo y una vía de escape para la interna del PJ

Manzur, Jaldo y una vía de escape para la interna del PJ

Juan Manzur cumplió esta semana uno de sus objetivos políticos a corto plazo. A partir de la renovación de autoridades internas del peronismo que se concretará el mes próximo, el gobernador se sentará en la “mesa chica” del Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ), a cuatro lugares del presidente Alberto Fernández. Para el médico implica no sólo un reconocimiento por parte del albertismo, sino además una nueva prueba de confianza de parte del núcleo duro del kirchnerismo, aquel que lo había incluido en la extensa lista de “enemigos íntimos” en 2016, cuando buena parte del peronismo le dio la espalda a la hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

La noticia del “ascenso” de Manzur en el PJ nacional -hoy es consejero titular- generó tal expectativa en el oficialismo tucumano que hasta los jaldistas más acérrimos salieron a celebrar el posicionamiento del jefe del Ejecutivo provincial en el ámbito federal, ilusionados ante la posibilidad de un escenario ideal con miras a las elecciones de 2023.

Nada mejor para el vicegobernador Osvaldo Jaldo que observar a su compañero de fórmula abocado a la puja por espacios de poder en el ámbito federal, cada vez más alejado de las versiones de antaño que trataban sobre un supuesto intento del manzurismo de reformar la Constitución provincial para darle luz verde a un nuevo mandato de su líder.

El tranqueño, de hecho, enfatizó en sus redes sociales que el inminente arribo del gobernador a la estructura nacional del PJ “pone a Tucumán en el centro de la escena política e institucional”. Aunque no vaya a repetirlo en público, el titular de a Legislatura siente que se avecina su gran chance de conducir la Provincia.

El interrogante en torno a la principal novedad política para el peronismo tucumano en lo que va de 2021 es si la llegada de Manzur a la vicepresidencia cuarta del PJ nacional efectivamente tendrá un impacto en la realidad. No sólo que se materialice en obras y en programas federales para la provincia, como indicó el referente manzurista de la Legislatura Gerónimo Vargas Aignasse. La duda es si se trata de un guiño al gobernador tucumano con miras a su futuro político; o si simplemente Alberto Fernández retribuyó el apoyo brindado desde estas tierras para que pudiera desembarcar en la Casa Rosada con el Frente de Todos.

Ante todo, el propio Manzur se encargó de hacer las gestiones para sumarse a la mesa directiva que integrarán Cristina Álvarez Rodríguez (diputada nacional por Buenos Aires); el gobernador bonaerense Axel Kicillof; la vicegobernadora de Chaco, Analía Rach Quiroga; y Lucía Corpacci (diputada nacional por Catamarca). Cuentan que las charlas avanzaron hace 10 días, en San Javier, cuando el Presidente vino a Tucumán para participar de una reunión estratégica con industriales del norte argentino. Pero todo se definió vía telefónica, a través de las conversaciones del propio Manzur con Eduardo “Wado” de Pedro, ministro del Interior de Fernández y armador político clave de Cristina. Para el gobernador fue tan buena noticia el visto bueno del Presidente como la falta de resistencia del diputado nacional Máximo Kirchner a su próxima designación dentro del PJ nacional.

Sí sorprendió en parte del peronismo local que el otro nombre aportado desde Tucumán al Consejo Nacional justicialista sea el de Elia Fernández de Mansilla, quien aparece como primera consejera suplente en la nómina que será aprobada en marzo por el partido. En principio, se mencionaba que ese lugar estaba previsto para la diputada nacional kirchnerista Mabel Carrizo, pero en la Rosada habrían pedido que se propusiera a una intendenta. La elegida fue la jefa municipal de Aguilares y esposa del legislador Sergio Mansilla, un dirigente que desde 2003 ha sido clave en cada votación para el armado oficialista en la sección Oeste. Durante el alperovichismo, el ex guardameta llegó a ocupar un escaño en la Cámara Alta. Todo un reconocimiento. Hoy, el oficialismo está en plena danza de nombres pensando en las elecciones nacionales de octubre. ¿Podría Fernández de Mansilla ser candidata a senadora nacional por el Frente de Todos? Imposible descartarlo cuando ni siquiera se sabe todavía si habrá PASO o no este año. Por lo pronto, el matrimonio más poderoso de Aguilares mantiene además una fluida relación con el ministro del Interior de la Provincia, Miguel Acevedo.

Por supuesto, la designación en un cargo partidario no implica que tal o cual dirigente reciba necesariamente una cuota real de poder. De hecho, la tucumana mejor posicionada en la estructura del PJ nacional que finaliza su mandato es la ex senadora Beatriz Rojkés de Alperovich, quien hoy no ocupa cargo electivo alguno. Pero en la política, los gestos son a veces más importantes que la palabra escrita. El valor simbólico de acompañar al Presidente en la “mesa chica” del partido tiene una destacada relevancia para los “compañeros”. Y Manzur demostró una vez más su capacidad para moverse en las esferas más altas del gobierno. Frente a una oposición que aparece fragmentada, con dos posturas en principio irreconciliables con respecto a una alianza con Ricardo Bussi, en el oficialismo tucumano perciben que por fin la interna entre el manzurismo y el jaldismo puede encontrar una vía de escape.

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