El héroe desconocido del día en que el tren salió por las puertas de la estación

El héroe desconocido del día en que el tren salió por las puertas de la estación

Héctor Rejas era jefe de Boletería el 1 de febrero de 1965 y cuando advirtió que el tren llegaba sin frenos hizo que la gente se retirara hacia un costado. La máquina arrasó con la boletería y nadie salió herido. Nunca se supo que él salvó a todos.

CONMOCIÓN EN LA CALLE CORRIENTES. La máquina salió por la puerta de la estación y se quedó frente a la plaza. CONMOCIÓN EN LA CALLE CORRIENTES. La máquina salió por la puerta de la estación y se quedó frente a la plaza.

Cada historia tiene secretos guardados que alguien atesora. Eso ocurrió con el jefe de boletería de la estación Mitre, donde el 1 de febrero de 1965 ocurrió el accidente del tren “El Aconquija”. La locomotora, que arrastraba 17 vagones, entró sin frenos a la estación a 38km/h, embistió los postes de quebracho del final de las vías, atravesó como un bólido la entrada, cavando un surco, y bajó las escalinatas para terminar detenida sobre la calle Corrientes, junto a la plaza Alberdi.

EL HÉROE DESCONOCIDO. Hector Bruno Rejas salvó a la gente que esperaba el tren. EL HÉROE DESCONOCIDO. Hector Bruno Rejas salvó a la gente que esperaba el tren.

Héctor Bruno Rejas, jefe de la oficina de venta de pasajes, vio desde el andén al tren y advirtió que se acercaba demasiado rápido. Sin generar alarma, les pidió a las personas que estaban comprando pasajes que se pusieran en fila junto a la pared del edificio. La máquina se llevó puesta la boletería y nadie salió lastimado. Rejas quedó al costado de la locomotora cubierto de polvo y entre escombros. En medio de la confusión alguien le adjudicó a su hermano, José “Chiquitín” Rejas, que era guarda del ferrocarril, la orden que salvó a todos. Nadie, excepto sus allegados, lo supo, y nunca se dio a conocer, acaso por la poca importancia que le dio la misma familia Rejas al episodio, ya que tuvo otro héroe que descolló en ese momento, el inspector de máquinas Nicolás Vicente Antonelli, que viajaba en el tren y que se ocupó de dar órdenes para atenuar la marcha del bólido y calmar a los pasajeros.

REMOCIÓN Y LIMPIEZA. En un primer momento se temió que hubiera víctimas fatales. REMOCIÓN Y LIMPIEZA. En un primer momento se temió que hubiera víctimas fatales.
El héroe desconocido del día en que el tren salió por las puertas de la estación

Esa mañana el tren debía llegar de Retiro a las 10. Transportaba 726 personas. La locomotora estaba a cargo del maquinista Babil Nuin, el ayudante Gregorio Díaz Ocón, el inspector Antonelli, el guarda jefe Aníbal Álvarez, el guarda segundo Ramón Reynerio Acosta y el guarda colaborador Hugo Rojas. Por La Banda (Santiago del Estero, última estación del itinerario) el tren pasó con media hora de retraso. Pero muy cerca del lugar de destino comenzó a acelerar y, al llegar, se llevó por delante los paragolpes de gruesos quebrachos plantados al final de los rieles, la mampostería del andén (abriendo un ancho surco); pasó bajo la galería de acceso al andén, destruyó un quiosco de cafetería y golosinas, parte de la boletería y la sala de encomiendas, y salió por la puerta principal, derribando una columna de 4 metros de altura; bajó por las escalinatas y se detuvo en medio de la calle. Sobre la máquina quedó afirmándose una viga del balcón del piso superior de la estación.

Todos los protagonistas centrales han muerto. Las peripecias del accidente, que no tuvo muertos por milagro, fueron relatadas en la edición de ese martes 2 de febrero de LA GACETA y allí, en una nota breve, titulada “Cola que pudo ser trampa mortal”, se adjudicó a José “Chiquitín” Rejas la decisión de avisar a la gente que debía hacer una cola junto a la pared, lejos de la boletería. Años después, en 1977, en una entrevista que le hizo el periodista y escritor Dardo Nofal a Antonelli para rememorar el accidente, este repitió el error y volvió a mencionar a “Chiquitín” como un artífice central del milagro. Pero no era él, sino su hermano.

El inspector Antonelli, en 1977, recordaría que, pasando la estación Muñecas, advirtió que el tren iba “demasiado fuerte”. “Me acerqué al maquinista, Babil Nuin, y le pregunté por qué no ‘tiraba’ los frenos. Estaba pálido el hombre. Y mudo. Hasta que pudo decirme que ya había intentado frenar, pero que ningún vagón respondía al comando”. Miró el velocímetro: 100 km/h. “Entonces me quedé mudo yo. ‘¡Dios mío, esto no da para más!’, gritó Nuin. A esa velocidad la desesperación era lógica. Íbamos a reventar la estación y los coches, de seguro, tenían que montarse unos con otros. A mí se me nubló la mente por un momento. Pero después me di cuenta de que en los 1.500 metros que quedaban se podía hacer algo”. Antonelli hizo que se aplicase la contramarcha. “Eran todos los vagones peleando contra la máquina”. Al entrar al tinglado de la estación, ya habían logrado bajar la velocidad a 38 km/h. El inspector ordenó que los pasajeros de los dos primeros vagones se tiraran al piso y que no se tocara la bocina, para que las 3.000 personas que estaban en los andenes no corrieran despavoridas. “Por otro lado, hay que reconocer la presencia de ánimo de un boletero, el ‘Chiquitín’ Rejas. Él vio que veníamos muy fuerte. Entonces corrió hasta las boleterías y a las 300 personas que estaban allá las hizo desplazar hacia las paredes laterales. La máquina pasó por entre las dos filas de gente”.

Pero no era “Chiquitín”, sino su hermano Héctor Bruno. Eso nunca se explicó y nadie entrevistó a ninguno de los Rejas. “Mi papá fue el que sacó a la gente. ‘Chiquitín’ era guarda y viajaba hasta La Banda. No sé quién fue la persona que dijo que era ‘Chiquitín’ el de la boletería”, explicó Cristina Rejas, hija de Héctor. Su hermano Rafael -fallecido en 2018- había conjeturado que la confusión pudo deberse a que ‘Chiquitín’ era muy conocido porque era árbitro de fútbol, además de ferroviario. Por otra parte, Héctor, según su hijo, “era una persona de poco hablar”. Su viuda, Rosa, explicó a LA GACETA que “cuando lo vio al tren así, como se decía en palabras del campo, ‘alzado’, entonces hizo que toda esa gente se vaya del todo de ahí. Se fueron todos, no quedó nadie. Y él quedó mirando, cuando el tren diera en los paragolpes, cómo iba a quedar”. Según Cristina, su padre quedó del otro lado de la gente, separado por la locomotora, junto a la entrada, envuelto en polvo. “Él pensó que la máquina había arrasado con sus compañeros de la boletería y sólo decía ‘¡Los muchachos! ¡Los muchachos!’. Pero ellos se habían guarnecido debajo de una mesa en un sector de la boletería que no había sido tocado por el tren. A salvo”. Rosa dijo que su marido era enfermo del corazón (falleció a los 51 años, en 1972). Su hermano ‘Chiquitín’ murió en 1974. Eran cinco hermanos Rejas, dijo Cristina. “Todos trabajaban en el tren, pero sólo tres estaban en Tucumán: Horacio, en Control; mi papá en Boletería, y Chiquitín’ como guarda”. Cuando Antonelli volvió a mencionar el error, en la entrevista que le hizo el periodista Nofal en 1977, ya no hubo quién aclarara la confusión. En 2006, durante el programa televisivo “Pasando revista”, de Mario Escobar, se volvió a adjudicar a José Rejas el milagro. Los Rejas, oriundos de Pinto (Santiago del Estero) y luego afincados en Cevil Pozo (la familia de Héctor vive en Villa Luján), dejaron esa jornada en el arcón de los recuerdos familiares. “Nosotros sacamos la Virgen de aquí en la casa, tres días después, y la llevamos al Corazón de María, porque fue un milagro”, dijo Rosa. Nadie de la familia de ‘Chiquitín’ aclaró el error. “Hoy, de él, sólo quedan los nietos. Uno de ellos, Lito, trabaja en el ferrocarril”, explicó Cristina.

 EL HÉROE CONOCIDO. Nicolás Antonelli se ocupó de la emergencia desde el tren.     EL HÉROE CONOCIDO. Nicolás Antonelli se ocupó de la emergencia desde el tren.

¿Cómo pudo ocurrir que nadie advirtiera la equivocación, en el medio siglo que ha pasado desde el accidente? “Creo que ellos lo mencionaron alguna vez, pero mi papá era así, de no hablar mucho -concluyó Cristina-. Una vez me dijo: ‘y bueno, total, todos somos Rejas’”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios